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25.5.14

"El hombre de papel", Ismael Rodríguez

Y nos vuelve a tocar un mini maratón, en este caso de un director mexicano clásico, Ismael Rodríguez. Y empezamos con "El hombre de papel", protagonizada por el también clásico Ignacio López Tarso.



"No te humilles, mano. Lo que necesitas es endurecerte el corazón"
A pesar de ser considerada una de las mejores películas de Ismael Rodríguez, probablemente no sea la primera que venga a la mente cuando se piense en su filmografía, ya lo suficientemente grandilocuente con clásicos como "Nosotros los pobres" y sus derivados. "El hombre de papel" mantiene, por otro lado, una perspectiva mucho menos edulcorada de la realidad mexicana de la época, por más que ciertos rasgos chaplinescos de López Tarso quieran rememorar un cine un poco más esperanzador.

Ese hombre de papel es Adán, un pepenador analfabeto y mudo, quien tiene que sobrevivir en un ambiente donde cualquiera trata de pasar por encima del otro abusando de lo que se pueda. Y si su condición socioeconómica no es ya la mejor, su discapacidad vocal sólo aumentará los peligros por los que se tenga que enfrentar en la vida diaria. Un día la suerte le sonríe dejando en su camino un billete de $10,000 pesos, pero ese fantástico revés de la vida no tardará demasiado en mostrarse como otra posible calamidad a punto de suceder, por no poder confiar en nadie que lo ayude a aprovechar ese dinero sin querer engañarlo. 

En lo que podría ser otra de las martirologías propias del cine de la época, la figura del mudo no ostenta la misma condición que otros grupos venidos a menos, como los indígenas o los pobres. Incluso siendo que Adán encarna en cierta medida una inocencia casi infantil, una cierta pureza social precisamente a través de aquello que lo aisla del resto de las personas, no es un personaje que se engrandezca noblemente (martirológicamente) al sufrir sus tragedias. Y es que a través de sus aisladas 'aventuras' no busca invitar al espectador a meter el dedo en la herida, o a sublimarse con las propios latigazos que sufre. Lo que Adán busca con su billete de $10,000 es humanidad. La humanidad que le parece completamente negada por el hecho de ser mudo. 

Desgarradora película que, si bien requiere un ánimo particular (como casi todo el Cine de Oro mexicano), no nos deja con la sensación de que hemos presenciado una serie de trágicas circunstancias por que sí, porque 'ya qué', como es el caso de muchos otros personajes cinematográficos que parecen condenados a cargar ese sino funesto del que no pueden desprenderse. Si bien hay algo de eso en este hombre de papel, desde la alegría hasta la desgracia Adán nos habla también de los estigmas sociales de la minusvalía, acercando su trágica condición de mudo a la también trágica de ser pobre y analfabeta. Una situación que más de 50 años después no podemos decir que haya cambiado drásticamente en la sociedad. 

Ignacio López Tarso encarna en su interpretación de Adán los rasgos más dulces de los cómicos del cine mudo y las imágenes duras de los personajes del neorrealismo italiano. Aunque no sea uno de sus papeles icónicos lo aborda con una mezcla de emociones totalmente convincentes y que confieren a la historia uno de sus puntos más fuertes. Resulta curioso pensar que originalmente Ismael Rodríguez esperaba que fuera Toshiro Mifune quien lo interpretara, actor que por más delirante que suene ya había trabajado a las órdenes del director en "Ánimas Trujano". Sin dudar de las capacidades de Mifune para hacerse pasar por mexicano (en "Ánimas Trujano" probablemente sea el que más luce indígena de todo el elenco), seguro que el cambio de último momento fue para bien.
Como otro dato curioso, y aprovechando el aparente gusto de Rodríguez por lo internacional, en la película aparece la actriz italiana Alida Valli, aunque no fuera ésta la primera película que rodara en México.

Ya hablaremos un poco más de Ismael Rodríguez.




¿Alguna otra película con un personaje mudo que les guste?

23.5.14

"Cheon-nyeon-yeo-woo-yeo-woo-bi", Sung-gang Lee

Y ese impronunciable título podemos traducirlo como "Yobi, the five tailed fox", porque hace rato que no hablamos de animación por acá y qué mejor que hacerlo de una región de donde no conocemos mucho de este género: Corea del Sur.



"¿Crees que yo también tenga un alma?"
Japón nos malacostumbra. Y es que el estilo animesco y hasta la premisa más inmediata puede llevarnos a pensar en que este tipo de producciones ya las hemos visto y ya sabemos que esperar. Pero aunque Corea del Sur tenga algunos puntos en común, en el aspecto cultural, con ese gigante de la animación, no estamos precisamente ante un Ghibli y seguramente no deberíamos siquiera esperarlo.

Las leyendas sobre zorros con varias colas y/o poderes sobrenaturales son propias de varios países asiáticos (e incluso no asiáticos, al parecer a todas las culturas les encantan los zorros). La historia se inspira en los cuentos folklóricos coreanos del Kumiho, un zorro con nueve colas que puede transformarse, adoptando incluso la forma humana. Pero como si una criatura mitológica no fuera suficiente, a la trama se añaden extraterrestres peludos y cómicos, una escuela de niños problemáticos, una sombra autónoma y una especie de inframundo para almas-pájaro. Alguno de los elementos tiene que funcionar, ¿no?

Yobi, el zorro, es prácticamente una niña mágica que se divierte en el bosque con sus amigos extraterrestres, hasta que se adentra en el mundo de los humanos y queda fascinado por el mismo. Lo cual, obviamente, desencadenará futuros problemas. Sin embargo es posible que el punto clave de la película es que Yobi, pese a tratarse de una criatura legendaria, se ve y se comporta como una niña, convirtiendo todo el asunto de leyenda en una especie de aventura infantil con tintes fantásticos y poco más. No es necesario avanzar demasiado en la película (sobre todo con esa evidente nave extraterrestre al inicio) para darse cuenta de que el público objetivo es bastante infantil y que no va a tratarse de uno de esos casos de 'películas que puedes disfrutar a cualquier edad'. A lo que se suma el hecho de que si bien el diseño de personajes es decente (y todavía más el de escenarios), la animación se ve considerablemente rudimentaria para la calidad que uno podría esperar, haciendo que todo el visionado se quede bastante en lo anecdótico.

Aunque he leído comentarios en exceso positivos, algunos que hasta se atreven a nombrar a Miyazaki en vano, la película tiene más tono de un ensayo infantil y fantástico que de una producción bien lograda, ya no digamos una gran aventura mitológica. Y es una pena, porque siempre he creído que los zorros de muchas colas se prestan para maravillosas películas que no me ha tocado ver.




¿Conocen otras películas surcoreanas de animación?

18.5.14

"Event Horizon", Paul W.S. Anderson

Y regresamos a las películas regulares, en este caso de los excepcionales casos (para mí), de películas encontradas al azar viendo televisión. En ese momento yo no tenía más referencia sobre ella además del título "Horizonte final" (y no me fue tan mal ya que al parecer en algunos países se tradujo como "La nave de la muerte"), pero la ciencia ficción nunca está de más. 



"The ship brought me back. I told you she won't let me leave"
Más que ciencia ficción, Philip Eisner, el guionista, parece querer concentrarse sobre todo en el género de terror. Tras sufrir una desgracia familiar al parecer volcó sus sentimientos en una historia especial sobre naves malditas. Lo que en ese momento se vendió como una suerte de "El resplandor" en el espacio, finalmente terminaría pareciendo mas bien un "Hellraiser" en el espacio. Si ya sabemos todo el horror que pueden contener los avances tecnológicos. 

La premisa nos suena a algo visto mil veces, pero lo cierto es que el espacio no necesita mucho más, la idea de naves que se perdieron en ese inmenso vacío y que ahora reaparecen con un dejo fantasmagórico es ya un escenario propicio para empezar. Y es justo la nave "Event Horizon" la que reaparece tras siete años de haberse perdido, y lo único que se puede obtener de ella a la distancia es una grabación de gritos donde sólo se entiende una voz diciendo en latín 'sálvame'. Justo el sueño de todo astronauta con vocación de salvador y ahí va la tripulación del Capitán Miller, junto con uno de los creadores originales de la nave perdida, el Dr. William Weir, a ver qué es lo que todavía se puede rescatar. 

Muy "Alien", ¿no? No hay que ser adivinos para saber que lo que puedan encontrar en esa nave fantasma está lejos de ser agradable. Y es en este punto donde nos alejamos de los extraterrestres mortales pero también de los encierros espaciales capaces de volver loco a cualquiera. Lo que el "Event Horizon" encontró en el espacio, a raíz de ciertas condiciones excepcionales en su creación, fue un estado alterno, una suerte de 'otra dimensión' capaz de ahogar a las personas en sus propias emociones convirtiéndolas en lo más terrible que puedan presenciar. Y es claro que todos los personajes tienen heridas que esconder.

Aunque la premisa no sea de lo más original lo cierto es que "Event Horizon" (la película y la nave) tienen cosas interesantes que ofrecer y las que sin duda la han convertido en una especie de película de culto a la larga. Teniendo ese toque de ciencia ficción televisiva destaca por algunos conceptos bien planteados y desarrollados, con ese toque preciso de bajo presupuesto que no se ve del todo mal. Para mí el principal problema de la misma, y el que hace que no terminara de gustarme del todo, es el protagonismo de Sam Neill como el obsesivo Dr. Weir. Aunque unos años había salvado a un Parque Jurásico del desastre, en esta ocasión resulta muy poco convincente como el personaje que encarna ese 'descenso a la locura' implícito en la trama. Y lo cierto es que no consigue la mejor de las impresiones en ninguna de sus facetas, ya no digamos cuando debería él mismo representar todas las posibilidades del horror de la historia. Y en el punto en que llega al culmen de su protagonismo puede incluso resultar un poco ridículo, echando un poco por tierra todos los demás esfuerzos por crear una historia sólida con una buena ambientación.
También creo que sin duda un exceso más marcado de violencia le habría beneficiado mucho. Y es que Paul W. S. Anderson había incluido mucha más en su primer corte, que se pasaba de las dos horas, pero tuvo que limitarla por cuestiones de tiempo y de clasificación. Una pena, porque creo que habría podido conseguir una dimensión cenobita de lo más convincente y quizás hasta se nos olvidaba un poco nuestro protagonista. Algunos años después el director pensaría en hacer una 'versión del director' pero por desgracia para entonces mucho del metraje desechado ya se había perdido. Nunca lo sabremos.

Como película para encontrarse al azar en la tele sin duda cumple a la perfección su papel y me alegro de no haber tenido expectativas muy altas porque quizás no me la hubiera esperado justo como una 'película de culto'.




¿Terror en el espacio que les guste? 

16.5.14

"Polisse", Maïwenn

Todo parece indicar que "Polisse" será la última película que alcance de la más reciente Muestra Internacional de la Cineteca. Yo quería llegar a "La danza de la realidad" pero al parecer Jodorowsky tendrá que esperar. Así que, cine francés sobre crímenes relacionados con niños.



"Daddy loves me too much"
Es complicado hablar sobre crímenes infantiles encontrando el punto correcto entre lo particularmente trágico de estas situaciones y el modo correcto de presentarlas sin caer en el sensacionalismo. La película abre con un interrogatorio donde una niña, casi sonriente, habla lo mismo de su gusto por el color rosa y los episodios en que su padre entra en su cuarto por las noches. La premisa de "Polisse" busca retratar en lo general y lo particular a los individuos que forman parte del cuerpo de policía enfocado en los crímenes que involucran menores, aunque la trama puede también partir de la intromisión de una fotógrafa que llega a esta área para hacer una serie de fotografías y el choque que sufre tanto con los personajes a los que debe retratar como con las situaciones que presencia. 

El grupo de personajes se nos introduce más por sus propios problemas personales que por los casos en los que trabajen, aunque estos de algún modo terminen reflejando situaciones complicadas para ellos. La maternidad, el abandono, el deseo de estabilidad. De manera fragmentaria pasamos de redadas a grupos gitanos que a interrogatorios de violaciones, adolescentes con una sexualidad demasiado libre a madres que no pueden hacerse cargo correctamente de sus hijos. En uno de los primeros choques Fred acusa a Melissa, la fotógrafa, de sólo buscar la foto alarmista y no ver más allá en la verdadera labor que ellos hacen. Probablemente es a partir de esa declaración de intenciones que Melissa (interpretada por Maïwenn quien es a la vez directora y guionista de la película), tratará de ir más allá de la historia concreta, del caso escandaloso, y adentrarse en la compleja psicología de este particular grupo.

Tema complicado y por el que se apuesta con una estrategia fragmentaria, con escenas que van de un momento trágico a un incómodo ataque de risas. A resoluciones superficiales de complejos que sólo podemos intuir pero que no tienen suficiente tiempo en pantalla como para que podamos entenderlos por completo. Mientras unos personajes consiguen dejar en claro la situación por la que atraviesan, de otros tendremos que conformarnos con explosiones aisladas, con momentos inconexos. La policía musulmana que grita en árabe a uno de sus acusados. La fotógrafa que vivió siempre separada del padre de sus hijas (apenas por una calle) y que parece huir de esa vida perfecta. Los otros, los que están casi siempre fuera de escena, los que los esperan en casa. 

Con esta irregular estructura Maïwenn consigue buenos momentos pero no termina de dibujar a sus personajes. Al mismo tiempo que nos da la sensación de conocer tan poco de otros aspectos (procedimientos judiciales, el seguimiento de los casos) que en muchas ocasiones el proceder de los personajes parece injustificado y poco profesional. Es posible que para esto la referencia más clara sean los programas de detectives estadounidenses, que tampoco es el mejor punto de comparación, pero hay actitudes y escenas que dadas las circunstancias están por rozar lo inhumano. 

Al final parece que por más que se haya empeñado en acercarse más al policía que a los casos, que no haya querido caer en la alarmista imagen del niño destrozado, de igual modo nos quedamos con lo superficial y con la tragedia. Una tragedia incompleta que me cuesta creer represente realmente la labor y la vida de un policía dedicado a crímenes de menores. 




¿Películas que les gusten sobre crímenes relacionados con niños?

11.5.14

"The Grand Budapest Hotel", Wes Anderson

Un millón de años después le damos una pequeña renovación a este espacio, dándole incluso un poco más de luz. Y para celebrarlo nada mejor que hablar de un cineasta tan fantástico como Wes Anderson y su última y tan esperada producción: "Grand Budapest Hotel".
Y aunque no es precisamente parte de la 'celebración', me tomo la molestia de reproducir el texto sobre esta película que ya había escrito para 3GB porque me siguen pareciendo las mejores palabras para hablar de ella.



"You see, there are still faint glimmers of civilization left in this barbaric slaughterhouse that was once known as humanity"
¿Cómo mantenerte en tu mismo estilo y evolucionar? En “Gran Hotel Budapest” nos llega el mismo director de siempre, con sus particulares paletas de colores, música apropiada, y una historia que gira como una coreografía perfecta. Nos llega un autor maduro, capaz de reinventar sus mismas historias y componer nuevas, y nos lo presenta rápidamente con una introducción que es un tributo a Stefan Zweig y una declaración de principios. Una declaración de su propio amor al cine y a su infinita capacidad de contar historias. El autor que da inicio a la obra lo expone claramente: las historias nunca se acaban, siempre va a haber alguien que te abra su vida y escriba, a su modo, tu próximo libro.

El Gran Hotel Budapest es el espacio donde convergen los personajes y sus mundos. Donde inicia y dan vueltas todas las historias. Un joven escritor (un Jude Law sin duda elegido en gran medida por lo increíble que suena su voz en off) coincide con el enigmático dueño del hotel, un hombre extranjero que ahora reside en una pequeña habitación de servicio. ¿Cuál es el inicio de la historia? Una larga velada que incluye todas las vidas que han atravesado las puertas de ese Gran Hotel.

Con un amplio abanico de personajes que van desde los actores fetiches del director hasta algunas primeras apariciones, la película escala en las capacidades corales de Anderson quien ya antes ha demostrado que es capaz de trabajar con nombres destacados de la industria otorgándoles un lugar perfecto incluso cuando su participación no dure más que unos momentos. Pocos directores deben ser capaces de orquestar una pieza tan compleja, tan llena de detalles y dimensiones, de una manera tan armónica y profunda. No sólo cada personaje está perfectamente retratado y en el lugar perfecto, sino que incluso los movimientos, escenarios y acciones se presentan como un ritmo propio que se suma a los colores y a la acción de una historia que retrata y transforma a la Europa de entre guerras. Si ya antes con “Darjeeling Limited” había convertido a la India en un sitio de exóticas evasiones y encuentros con uno mismo, ahora es Europa el espacio propicio para persecuciones y tramas de cine negro reinterpretado bajo la particular visión de Anderson.

Temas usuales de su cine como la amistad y los viajes, encuentran un nuevo modo de desenvolverse con otras estructuras. Asesinatos, intrigas, persecuciones, engaños, crímenes que no siempre tienen su castigo, son algunas de las situaciones que harán que ese luminoso Gran Hotel Budapest se convierta en las ‘bellas ruinas’ en las que iniciamos la historia. O como podría pensarse: cada historia tiene otra oculta detrás. Y este retrato de personajes mucho más oscuros contrasta a la perfección con el momento histórico y con la naturaleza moral de los protagonistas. Lo dicho: una orquesta perfecta.

Difícil no detenerse en todos los personajes y los rasgos más excéntricos y característicos de sus diseños. ¿Por qué el lunar de Agatha tiene la forma de México? ¿Es el papel de Willen Dafoe un guiño a su personaje en “La sombra del vampiro”? Los cameos de siempre y los nuevos involucrados están en su máximo esplendor en una película donde hasta el mínimo detalle se luce. Gustave, un hombre especialmente sensible que sin embargo no se toca el corazón cuando es necesario, el joven Zero que se ve atrapado en un remolino de sucesos cuando él sólo quería ser botones del Gran Hotel Budapest (¿quién no querría?), Dimitri, el hijo oscuro, débil orquestador de las tramas. Agatha la pastelera. Kovacs el abogado. Madame D., la mujer que presintió su propia tragedia. Y la Guerra, y la nieve, también protagonistas de esa trama de exilios y escapes. Moustafa y un joven escritor sentados a la mesa recordando el pasado.

Porque, nos dice Anderson y/o Tom Wilkinson, las historias siempre están ahí. Y uno como escritor debe tener los ojos bien abiertos y los oídos bien dispuestos para cuando alguien aparezca y nos ofrezca una. “Gran Hotel Budapest” es la que nos ofrece un director excepcional en uno de sus momentos más altos. Un manifestación fantástica del amor por los relatos, los recuerdos y la Historia.

Aunque los hipsters quieran hacernos creer que lo descubrieron antes-que-nadie. Todavía ni Hollywood puede quitarnos (o malcriarnos) a este enorme Wes Anderson.




¿Personaje favorito de este "Gran Hotel Budapest"?

7.5.14

"Nymphomaniac", Lars von Trier

En realidad en la reciente Muestra se incluyó únicamente el primer volumen de "Ninfomanía" (es un cambio muy sutil pero parece establecer que lo relevante en la trama es la enfermedad y no su protagonista). Si de por sí la decisión de dividir en dos partes una película que no estaba pensada para eso no es de lo más oportuno, estrenar las partes por separado, cortando de manera abrupta una narración cuyo arco principal es bastante simple, resulta todavía más contraproducente. Así que nos ahorraremos todo eso y hablaremos de "Nymphomaniac" más o menos como Lars von Trier la planteó: como una sola película.



"Perhaps the only difference between me and the other people is that I've always demanded more from the sunset"
Si ya es difícil hablar de una pieza de Lars von Trier, sobre todo cuando ha tenido de por medio una exposición mediática como en este caso, pensando entre lo que se dice y lo que el autor quiso decir, o en qué punto quiso ser controversial por el hecho mismo de serlo; es todavía más difícil pensar una de sus piezas que ha sido intervenida o modificada por partes externas. Si la versión que se distribuye actualmente es la versión editada y censurada, ¿cómo podemos hablar de la pornografía en el cine de von Trier si no la estamos viendo tal cual él la planeó? Sobre todo en una historia que gira capitalmente alrededor del tema, como bien nos indica su título.

Joe es encontrada por un hombre, Seligman, tirada y ensangrentada en la calle. Rehusando pedir cualquier clase de asistencia médica o policíaca, el hombre la lleva a su casa y le pregunta qué fue lo que sucedió. Joe encuentra el momento oportuno no para rememorar la situación exacta que la llevó a terminar golpeada en la noche sino para irse todavía más atrás y confiarle al asexuado Seligman cómo desde pequeña se obsesionó por el sexo. A modo de cuento para dormir, el 'érase una vez una niña...' de Lars von Trier involucra masturbación, fijación con la figura materna, y una escalada dramática en las vorágines del sexo que aparentemente no debería sorprendernos del director. 

¿De qué se habla cuando se habla de "Nymphomaniac"? Una película que gira en torno al sexo de manera conceptual y aparentemente visual (digo 'aparente' en la medida que se supone que la versión que vi es la erótica y no la pornográfica) pero que se mantiene dentro de un rango conservador o poco imaginativo. Una película que gira alrededor de un contundente protagonista femenino que parece oscilar erráticamente entre su exceso de libertades y una mentalidad en exceso rígida que la lleva a presentarse a sí misma de manera obsesiva como una pecadora o una mala persona. Difícil saber lo que el autor planeaba en este punto: ¿es un canto a las libertades individuales (y femeninas, por consiguiente) o una revisión casi judeocristiana de las obsesiones sexuales? ¿Es una historia de búsqueda o es una denuncia de la hipocresía inherentemente humana? ¿Es todas las anteriores o es una historia de 'sexo porque sí' que se hila a través de una gran cantidad de extraños recursos narrativos que parecen totalmente fortuitos y que en muchas ocasiones nos hacen visualizar casi presencialmente la figura de Lars von Trier como si él mismo estuviera dictando esos extraños y variados monólogos?
O quizás deberíamos limitarnos a ver a la película dentro de esa 'trilogía de la depresión' que el director ha configurado alrededor de la figura de Charlotte Gainsbourg y pensar que si antes estuvo deprimida por la pérdida de su hijo o por el inminentemente fin del mundo, en este caso no debería parecer tan extraño que estuviera deprimida por su propia y voraz sexualidad. 

Siendo una película tan extensa, llena de arcos narrativos conforme Joe se va adentrando en distintos momentos de su vida, es difícil resumirlo todo en impresiones generales. Con su estructura coral resulta inevitable que algunas partes destaquen por encima de otras, oscilando entre excelentes secuencias o quizás excelentes personajes (como es el caso de Uma Thurman y Jamie Bell), hasta otras que poco interés parecen tener excepto el de sumar más escenas sexuales a ese espiral obsesivo. Si bien es una película que permite detenerse en varios detalles y construir toda clase de hipótesis e impresiones, a mí me pareció que la pieza fundamental que debería ser la psicología de Joe es bastante errática y poco contundente independientemente de que consiga construir buenos momentos en su narración. Si ya la cuestión de verlo como ¿es una gran ninfómana o una gran pecadora? ¿es una narcicista que necesita recrearse en sus recuerdos o una sociópata que intenta inútilmente sentirse culpable? es algo compleja, para mí resulta inexplicable que tenga discursos sociales e ideológicos tan bien construidos y luego no sepa las cuestiones más elementales de literatura o cultura general. Y no sé si le voy a dar la excusa de que pasó tanto tiempo en la cama que no tuvo tiempo para agarrar un libro. 

Si alguna vez había comentado ese aspecto de que no sólo a Lars von Trier se le ama o se le odia sino que incluso puede uno amar una de sus películas y odiar la siguiente, no diría que "Nymphomaniac" entre precisamente en esa dramática segmentación. Para su extensa duración la verdad es que no se hace insoportable, e incluso tiene secuencias que me parecen muy bien logradas, pero no diría que me parece una buena película. No me encantó pero tampoco la odié. 
¿Qué te está pasando Lars von Trier?




¿Película favorita de Charlotte Gainsbourg? (Ella sí que me encanta, aunque la vea un poco desganada en esta ocasión)

4.5.14

"Jigoku de naze warui", Sion Sono

Continuando lento y no sé si tan seguro, otra de las fantásticas películas que han tenido oportunidad de verse en algunos festivales recientes en la ciudad. Ya se había tardado, tras su estreno el año pasado en Cannes, pero por Sion Sono siempre vale la pena esperar.



"Movie god, if I can make one hell of a movie, then I won't mind dying"
Las tramas que giran alrededor del amor al cine, a la imagen en movimiento, las historias que dan vuelta sobre sí mismas y donde los personajes reflejan una perspectiva equiparable a la de su creador o su público, suelen casi siempre estar cargadas de una emotividad casi romántica. Una sensación de antaño y una serie de sentimientos un poco dramático donde ciertamente, aquellos que amamos las historias en movimiento, podemos sentirnos un poco identificados. 
¿Qué pasa entonces si lo que amamos también es el cine violento, hiper violento, plagado de surrealismo extravagante y desenfreno? Sion Sono es sin duda un maestro en ese arte, y su particular "Cinema Paradiso" no podía ser precisamente una entrañable historia de amor hacia las pantallas. "Why don't you play in hell?" trata sobre cineastas obsesionados, fracasados, yakuzas que juegan a hacer cine, mujeres cumpliendo condenas por asesinato cuya única ilusión es creer que su hija se está volviendo una actriz. El amor a las pantallas que explotan en sangre y a las niñas que cantan melodías de comercial en ese mar de sangre. Ese es el cine que Sion Sono nos ofrece y el cine que él y nosotros amamos. ¿Cómo no amarlo?

Tres chicos obsesionados con el cine y un joven pandillero actor que sueña con ser el próximo Bruce Lee ven cómo los años pasan y apenas si pueden aspirar a una suerte de trailer. Un líder yakuza sólo espera que su hija sea capaz de completar una película antes de que su esposa salga de la cárcel, así tenga que encargarse él mismo de rodarla. ¿Qué puede saber un yakuza de cine? Todos estos personajes se encuentran y la historia explota. Cine dentro del cine, yakuzas dentro de una trama de yakuzas, un juego de espejos entre los estereotipos que ha creado este desenfrenado y violento cine japonés y sus propios reflejos, jugando a disfrazarse. Si tienen que matarse entre todos los clanes yakuza, da lo mismo que lo hagan frente a una cámara, ¿no? El obsesivo deseo de grabar siempre más, de llevar hasta sus límites a los actores, al público y a la propia historia, está perfectamente reflejado en una trama que no escatima en violencia, en delirios cómicos, en grandes secuencias acción y en un desmesurado amor por la imagen cinematográfica. Sono nos presenta una trampa tan obvia pero tan apasionada que es imposible no caer en ella. Nosotros, también, queremos llegar hasta las últimas consecuencias de ese loco amor por el cine. ¿Por qué no vamos todos a jugar al infierno?

Con una filmografía tan poderosa y particular, uno puede siempre temer el momento en que un director se empiece a definir más por la idea de su propio estilo que por el impulso del mismo. Sion Sono parece todavía no haber caído en ese estado y nos ofrece una historia con su sello inconfundible pero llena de fuerza y vitalidad, sincera y refrescante, consiguiendo sin duda el objetivo primero de ser un canto de amor hacia el cine que lo definió (curiosamente siendo uno de los directores contemporáneos de este estilo que no había tratado hasta el momento una trama sobre yakuzas). Y si en algo más radica la fuerza de las producciones del director es sin duda en su capacidad de colocar a sus actores en el papel perfecto y dotarlo de toda la complejidad y energía que necesita. Inmejorables Hiroki Hasegawa, Jun Kunimura, Fumi Nikaidô (está empezando a volverse mi consentida de esa generación de actrices jóvenes), Tak Sakaguchi y Shin'ichi Tsutsumi. Imposible imaginar una mejor combinación. 
Y con todas las próximas producciones que se vienen anunciando de Sion Sono, no puede menos que augurarse un buen 2014 si es que no se tardan demasiado en llegar a nosotros, así sea su fragmentaria participación en "ABCs of Death 2".




¿Película favorita sobre amor al cine?