15/11/08
Siempre me ha gustado cómo una cosa lleva a otra. Fui con Alejandra a la librería porque para navidad le regalaré "Rayuela" a mi hermana. Ya estuvo bueno de bestsellers, algún día me lo agradecerá. (Y ahora resulta que tiene la dirección de este espacio y arruino su regalo navideño, soy terrible). Y, bueno, ya que estábamos por la librería. Se sabe. Alejandra decidió incrementar su colección de películas y se llevaba cuanta oportunidad buena y barata (las palabras mágicas) aparecía. Entre esas se encontró con una compilación de cortometrajes, le llamó la atención porque la directora de uno de ellos se apellidaba Tenenbaum y me lo dio. Todos eran mexicanos menos el primero, español, al que corresponde esta entrada, al cuya ficha había llegado por equivocación en imdb buscando "Carne trémula" y que me llamó la atención por alguna razón. Y que no pensé que encontraría fácilmente en internet, tonta de mí.
Curiosamente en el mismo disco vendría un cortometraje que mi profesor de cine me había recomendado ampliamente. Todos los demás serían terriblemente malos. Inconmensurablemente malos. Pero, bueno, es mejor sólo hablar de lo que valió la pena.
"Dicen que cuando estás a punto de morir ves toda tu vida pasar frente a tus ojos. Quisiera ver al gilipollas que dijo eso con una bala a un palmo de su cara a ver qué piensa"
Siempre me ha parecido que el cortometraje es un género mucho más complejo de lo que muchos parecen considerar. Recuerdo aquella frase de Cortazar que decía que la novela gana por puntos pero el cuento gana por knock-out. Uno se confía, muestra de ello es que hay tantísimos cortometrajes que quieren verse muy ambiguos y profundos y terminan siendo terribles. Es un género que muchos desaprovechan y que da un margen a cosas muy interesantes.
A Bake y a Ian no les gustó mucho, y debo admitir que no es que sea el mejor cortometraje que haya visto ni que sea increíblemente original, pero me parece que tiene una narrativa impecable, buenos personajes, que te atrapa y que además, te divierte. Básicamente nos centramos en la vida de Ricky y la vida que pasa delante de sus ojos cuanto tiene una bala a un palmo de su cara, que en realidad no va más lejos que esa mañana. Todo parece ir encaminado hacia lo extravagante: arregla su casa para recibir a su madre que regresa a casa tras ser arrestada por puta, se encuentra con toda clase de obstáculos como es su compañero de piso que es una especie de mercader ilegal de lo que sea, una drogadicta queriendo dormir la siesta en su sillón y un travesti que va a contarle sus problemas personales.
A mí lo que más me atrapó fue sin duda el travesti, claro, la Infantita, memorable. Y eso que incluso pasé por alto que la drogadicta era Macarena Gómez (a quien jamás podré olvidar en "Dagon", aunque no sé porqué, y a quien me muero por ver ya en "Sexykiller"). Será que los travestis me gustan, en general.
Todo lo demás es la superposición de una voz a otra, un rápido vistazo a vidas irreales y al mismo tiempo sin ninguna particularidad demasiado extravagante. Parte de este juego entre estereotipo y personaje definido es lo que le da una dimensión más interesante al corto. A mi parecer. Al final la resolución es algo simple y el final puede pecar de ser idílico pero para mí quedó exacto, te deja un buen sabor de boca que es lo mejor a lo que podía aspirar después de apelar a que te atrape una especie de atmósfera coqueta en medio de un escenario pintado por personajes que pretenden pasar por una clase terriblemente baja.
O quizá es que yo soy así de simple, aprecio que un cortometraje busque hacerme reir de manera simple pero no simplona, en lugar de dársela de metafísico e incomprensible, que al final es muy difícil que quede bien. Y lo peor de todo es que por aquí todos esos los premiamos. Que si hablan de zapatistas, un premio, que si hablan de lo difícil de la imigración a Estados Unidos, otro premio. Cuando, bueno, realmente creo que tenemos mucho más que aprovechar.
Acabo de recordar el cortometraje que pasaban en la función antes de "Club eutanasia". Creo que lo buscaré a ver si lo reseño después.
Quería ver una película hoy pero presiento que mi hermana me dejará plantada. La vida no siempre es justa. Oh.
Siempre me ha gustado cómo una cosa lleva a otra. Fui con Alejandra a la librería porque para navidad le regalaré "Rayuela" a mi hermana. Ya estuvo bueno de bestsellers, algún día me lo agradecerá. (Y ahora resulta que tiene la dirección de este espacio y arruino su regalo navideño, soy terrible). Y, bueno, ya que estábamos por la librería. Se sabe. Alejandra decidió incrementar su colección de películas y se llevaba cuanta oportunidad buena y barata (las palabras mágicas) aparecía. Entre esas se encontró con una compilación de cortometrajes, le llamó la atención porque la directora de uno de ellos se apellidaba Tenenbaum y me lo dio. Todos eran mexicanos menos el primero, español, al que corresponde esta entrada, al cuya ficha había llegado por equivocación en imdb buscando "Carne trémula" y que me llamó la atención por alguna razón. Y que no pensé que encontraría fácilmente en internet, tonta de mí.
Curiosamente en el mismo disco vendría un cortometraje que mi profesor de cine me había recomendado ampliamente. Todos los demás serían terriblemente malos. Inconmensurablemente malos. Pero, bueno, es mejor sólo hablar de lo que valió la pena.
"Dicen que cuando estás a punto de morir ves toda tu vida pasar frente a tus ojos. Quisiera ver al gilipollas que dijo eso con una bala a un palmo de su cara a ver qué piensa"
Siempre me ha parecido que el cortometraje es un género mucho más complejo de lo que muchos parecen considerar. Recuerdo aquella frase de Cortazar que decía que la novela gana por puntos pero el cuento gana por knock-out. Uno se confía, muestra de ello es que hay tantísimos cortometrajes que quieren verse muy ambiguos y profundos y terminan siendo terribles. Es un género que muchos desaprovechan y que da un margen a cosas muy interesantes.
A Bake y a Ian no les gustó mucho, y debo admitir que no es que sea el mejor cortometraje que haya visto ni que sea increíblemente original, pero me parece que tiene una narrativa impecable, buenos personajes, que te atrapa y que además, te divierte. Básicamente nos centramos en la vida de Ricky y la vida que pasa delante de sus ojos cuanto tiene una bala a un palmo de su cara, que en realidad no va más lejos que esa mañana. Todo parece ir encaminado hacia lo extravagante: arregla su casa para recibir a su madre que regresa a casa tras ser arrestada por puta, se encuentra con toda clase de obstáculos como es su compañero de piso que es una especie de mercader ilegal de lo que sea, una drogadicta queriendo dormir la siesta en su sillón y un travesti que va a contarle sus problemas personales.
A mí lo que más me atrapó fue sin duda el travesti, claro, la Infantita, memorable. Y eso que incluso pasé por alto que la drogadicta era Macarena Gómez (a quien jamás podré olvidar en "Dagon", aunque no sé porqué, y a quien me muero por ver ya en "Sexykiller"). Será que los travestis me gustan, en general.
Todo lo demás es la superposición de una voz a otra, un rápido vistazo a vidas irreales y al mismo tiempo sin ninguna particularidad demasiado extravagante. Parte de este juego entre estereotipo y personaje definido es lo que le da una dimensión más interesante al corto. A mi parecer. Al final la resolución es algo simple y el final puede pecar de ser idílico pero para mí quedó exacto, te deja un buen sabor de boca que es lo mejor a lo que podía aspirar después de apelar a que te atrape una especie de atmósfera coqueta en medio de un escenario pintado por personajes que pretenden pasar por una clase terriblemente baja.
O quizá es que yo soy así de simple, aprecio que un cortometraje busque hacerme reir de manera simple pero no simplona, en lugar de dársela de metafísico e incomprensible, que al final es muy difícil que quede bien. Y lo peor de todo es que por aquí todos esos los premiamos. Que si hablan de zapatistas, un premio, que si hablan de lo difícil de la imigración a Estados Unidos, otro premio. Cuando, bueno, realmente creo que tenemos mucho más que aprovechar.
Acabo de recordar el cortometraje que pasaban en la función antes de "Club eutanasia". Creo que lo buscaré a ver si lo reseño después.
Quería ver una película hoy pero presiento que mi hermana me dejará plantada. La vida no siempre es justa. Oh.
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