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4.2.10

"Guta-yubalja-deul", Shin-yeon Won



04/02/10
Los blogs específicamente de cine de terror suelen ser engañosos, y lo cierto es que un gran número de veces no coincido con su selección cinematográfica. Con todo Ian y yo a veces seguimos cayendo y a ver qué tal. De "A bloody aria" me llamó la atención la leyenda de que fuese una película realmente incómoda y violenta. Sumado a que era coreana y que en el poster todos lucían felices, era casi necesario darle una oportunidad.



"Un hombre podría morir aquí y nadie se enteraría"

Siempre he pensado que Corea del Sur, entre los demás países asiáticos, tiene la fotografía mejor cuidada en sus películas. Es casi una garantía desde el principio: esos tonos limpios, esa mirada brillante sobre lo que sea aunque temes que después la trama no resulte tan armoniosa como uno desearía. En este caso lo vemos venir desde el principio.
Un profesor de ópera y una de sus jóvenes estudiantes viajan por carretera de regreso de una audición o algo así. La situación es tensa desde el principio mientras el profesor trata de hacerse el interesante y la chica se comporta entre deslumbrada y tensa. Debido precisamente a la pedante actitud del profesor se ven en la necesidad de huir de la policía y tomar un camino hacia una zona perdida lejos de las grandes carreteras. Karma inmediato, lo llamo yo. En medio de un pequeño paisaje algo idílico el profesor deja salir su faceta más pedante-perversa y la joven tarda en darse cuenta que no tiene modo de regresar por sí misma y que su falda es demasiado corta. Podría pensarse que ahí radica el problema, pero no, está aún a punto de comenzar.
Antes de que ninguno de ambos se den cuenta ya tienen el coche enterrado irremediablemente en la idílica arena del lugar y están comiendo con un grupo bastante particular. Dos jóvenes rebeldes, una especie de líder ecuánime, un vagabundo de lo más sucio rodeado de animales, y una bolsa que aparentemente tiene a un muchacho dentro medio muerto. Y la emoción apenas acaba de comenzar. Siguiendo la línea de películas (y situaciones de la vida real) que claramente advierten que uno no debe meterse con los provincianos porque todo terminará del peor modo posible.

Hay que decir que la película no es tan gráficamente violenta como uno podría esperarse. No solo está lejos del gore sino que en general se ve poca sangre. Lo que sí es cierto es que resulta en una especie de apología absurda de la violencia. Todas las circunstancias que se presentan a partir de la aparición de los pueblerinos sólo pueden desembocar en algo siniestro, sin duda.
Pero absurdo, por otro lado, y supongo que a partir de ahí es que proviene la mencionada incomodidad. Hay algo sin duda extraño en el modo en que se desenvuelven las circunstancias. Tenemos películas como "Canoa" o "Madeinusa" en que sabemos que uno no debe meterse con la gente de pueblos porque sale perdiendo, pero nos parece algo socialmente lógico. Aquí de lógica no hay ni un poco, de hecho todas las situaciones parecen completamente desvirtuadas, como si ninguna acción se correspondiera de manera coherente con las circunstancias. Pero también, de alguna manera, no deja de ser realista. Podría sonar paradójico pero en realidad no lo es: es una orquesta de situaciones aparentemente incongruentes pero que se orden de manera que parezcan perfectamente lógicas.
Es una especie de "si Ionesco hubiera conocido la violencia cinematográfica asiática", sin duda.

Mi idea es que desvirtuando de su circunstancia exacta la violencia nos queda una imagen intacta de ella, que en este caso se manifiesta de manera claramente irracional. Y que la simplicidad de la trama ('pareja atrapada a mitad de la nada a punto de que se la lleve el diablo') intenta únicamente reforzar este concepto. Y lo cierto es que creo que hubiera funcionado bastante bien si la película fuera más dinámica, pero en general casi todo el tiempo transcurre dentro de una sola situación que da vueltas sobre sí misma hasta que después de tanta repetición desemboque en alguna especie de final abrupto. Y todos los posibles nuevos elementos sólo se añaden a este ciclo y dan vueltas también hasta que uno se pregunta si esto va a alguna parte.

Las actuaciones regulares, los personajes bastante arbitrarios y, en especial los pueblerinos, poco creíbles por momentos. Además que el final me sonó demasiado a guiño de "Oldboy". Y yo sé que todos querríamos ser como "Oldboy" pero el intento que "A bloody aria" hace porque dicha escena resulte tan climática como en la película de Park Chan-Wook es loable, pero poco efectivo.

Leí algunas críticas que tratan de darle algún enfoque social a este uso de la violencia, pero lo cierto es que resulta tan ficticio su manejo que no puedo realmente asociarla con la cultura surcoreana.
Que igual y luego resulta que la gente sí es bien salvaje en sus pueblos y yo aquí defendiéndolos, pero igual me resulta difícil de creer. Jo.




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