05/11/10
Otra muy esperada del festival, aunque en mi caso con cierto recelo. Por una parte porque sé que no es fácil enfrentarse con el cine de Apichatpong Weerasethakul, y por otra parte porque trato de tomarme demasiado en serio los premios que da Cannes (tampoco es que me haya decepcionado demasiado, pero mejor no ir con demasiada alegría a su encuentro, siempre es lo mejor). De todos modos con un título como "Uncle Boonmee who can recall his past lives", no era que fuera a perdérmela.
"Facing the jungle, the hills and vales, my past lives as an animal and other beings rise up before me"
También es que eso de ver una película con el precedente de que tiene una palma de oro encima sirve para que uno se llene de juicios y prejuicios y terminé por adorarla sin reservas o detestarla más o menos con la misma intensidad. Sobre todo con películas tan crípticas como la que tenemos en frente.
El título lo dice todo, de algún modo, sin demasiados juegos: Boonmee, un hombre mayor que vive en compañía de los pocos familiares que le quedan en medio de la bellísima selva tailandesa (oh, en ese aspecto me ganas fácilmente, Tailandia), está muy enfermo desde hace tiempo y siente que la muerte no tardará demasiado en llegarle. En esos días recibe constantes visitas de espíritus de personas que conoció, que se encuentran en distintos planos, y tiene ciertas visiones de lo que podríamos considerar sus vidas pasadas. Fin. La trama es sencillamente eso, pero la película lo que busca es una experiencia visual y mística que nos adentre en los aspectos más espirituales del alma humana y sus infinitas posibilidades. Y apenas comenzamos.
Una de las maravillas de la película es que abarca un amplio espectro de experiencias. No se limita a la visión simple de las vidas pasadas, ni a la idea común de espíritus que vuelven, ni nada que podamos ver en cualquier capítulo de televisión. Es una manifestación sutil pero poderosa de las creencias asiáticas de reencarnación pero también del folklore tailandés (que en muchos puntos uno sencillamente supone, porque también es cierto que la película se limita a mostrar sin tratar de explicarnos nada). Tiene unas escenas que uno puede perfectamente no entender a qué vienen a cuento y sin embargo amarlas completamente. En mi caso eso se refiere especialmente a las que tienen un componente mítico-fantástico, como si nos adentráramos en una leyenda aceptándola por completo, asumiéndola en todas sus dimensiones.
El nexo entre todos estos puntos es, claro, Boonmee, quien de alguna manera nos guía entre ellos aunque, como mencioné, no trate de aclararlos o explicarlos. Para él están perfectamente claros y representan un lento sumergirse en la oscuridad que viene a continuación. Y participamos en su viaje como espectadores un poco ciegos que no sabemos bien qué camino seguir.
Hasta aquí todo muy bien. Si ya he visto algunas películas del director y me habían gustado me pareció que ésta era incluso mucho más fuerte que ellas. El problema para mí llegó hacia el final de la película, en lo que debería ser algo así como el fin del viaje y que sin embargo me pareció que no tuvo ninguna conexión con lo que había visto antes, de modo que los 15 o 20 minutos últimos sentí que no los entendí en absoluto. De tal modo que aunque haya disfrutado gran parte de la película, siento que tengo que hacer hipótesis demasiado arriesgadas para darle una forma última, una conclusión global de todo lo que vi. Que era, por otra parte, lo que me había cautivado del director anteriormente, que después de horas de ver escenas que podrían parecer completamente arbitrarias, hacia el final nos dejaba una sugerencia de cuál era el ánimo último de la película, la respuesta exacta. Y aquí puede que la haya, quizá me hago alguna idea, pero siento que tengo que pensarle demasiado y suponer demasiado y en realidad todo ha venido muchos días después de haberla visto porque en ese momento me quedé como un gran signo de interrogación muy confundido.
Supongo, por otra parte, que es el tipo de películas que necesito reposar y después de un tiempo regresar a ellas para tratar de darle una mejor segunda leída, pero puedo entender perfectamente las personas que no entienden todo el bombo que se le ha dado. Incluso, por lo que leo, muchas de las personas que la han reseñado positivamente se centran únicamente en las sensaciones que ciertas escenas le fueron dejando y la limitan a una experiencia dejando de lado que, finalmente, es una película.
Debo decir que me genera sentimientos encontrados que probablemente no podré conciliar hasta dentro de algún tiempo que vuelva a verla. Sin duda que no es una película para cualquiera.
Eso sí, Tailandia luce preciosa.
¿Película favorita de Weerasethakul?
"Facing the jungle, the hills and vales, my past lives as an animal and other beings rise up before me"
También es que eso de ver una película con el precedente de que tiene una palma de oro encima sirve para que uno se llene de juicios y prejuicios y terminé por adorarla sin reservas o detestarla más o menos con la misma intensidad. Sobre todo con películas tan crípticas como la que tenemos en frente.
El título lo dice todo, de algún modo, sin demasiados juegos: Boonmee, un hombre mayor que vive en compañía de los pocos familiares que le quedan en medio de la bellísima selva tailandesa (oh, en ese aspecto me ganas fácilmente, Tailandia), está muy enfermo desde hace tiempo y siente que la muerte no tardará demasiado en llegarle. En esos días recibe constantes visitas de espíritus de personas que conoció, que se encuentran en distintos planos, y tiene ciertas visiones de lo que podríamos considerar sus vidas pasadas. Fin. La trama es sencillamente eso, pero la película lo que busca es una experiencia visual y mística que nos adentre en los aspectos más espirituales del alma humana y sus infinitas posibilidades. Y apenas comenzamos.
Una de las maravillas de la película es que abarca un amplio espectro de experiencias. No se limita a la visión simple de las vidas pasadas, ni a la idea común de espíritus que vuelven, ni nada que podamos ver en cualquier capítulo de televisión. Es una manifestación sutil pero poderosa de las creencias asiáticas de reencarnación pero también del folklore tailandés (que en muchos puntos uno sencillamente supone, porque también es cierto que la película se limita a mostrar sin tratar de explicarnos nada). Tiene unas escenas que uno puede perfectamente no entender a qué vienen a cuento y sin embargo amarlas completamente. En mi caso eso se refiere especialmente a las que tienen un componente mítico-fantástico, como si nos adentráramos en una leyenda aceptándola por completo, asumiéndola en todas sus dimensiones.
El nexo entre todos estos puntos es, claro, Boonmee, quien de alguna manera nos guía entre ellos aunque, como mencioné, no trate de aclararlos o explicarlos. Para él están perfectamente claros y representan un lento sumergirse en la oscuridad que viene a continuación. Y participamos en su viaje como espectadores un poco ciegos que no sabemos bien qué camino seguir.
Hasta aquí todo muy bien. Si ya he visto algunas películas del director y me habían gustado me pareció que ésta era incluso mucho más fuerte que ellas. El problema para mí llegó hacia el final de la película, en lo que debería ser algo así como el fin del viaje y que sin embargo me pareció que no tuvo ninguna conexión con lo que había visto antes, de modo que los 15 o 20 minutos últimos sentí que no los entendí en absoluto. De tal modo que aunque haya disfrutado gran parte de la película, siento que tengo que hacer hipótesis demasiado arriesgadas para darle una forma última, una conclusión global de todo lo que vi. Que era, por otra parte, lo que me había cautivado del director anteriormente, que después de horas de ver escenas que podrían parecer completamente arbitrarias, hacia el final nos dejaba una sugerencia de cuál era el ánimo último de la película, la respuesta exacta. Y aquí puede que la haya, quizá me hago alguna idea, pero siento que tengo que pensarle demasiado y suponer demasiado y en realidad todo ha venido muchos días después de haberla visto porque en ese momento me quedé como un gran signo de interrogación muy confundido.
Supongo, por otra parte, que es el tipo de películas que necesito reposar y después de un tiempo regresar a ellas para tratar de darle una mejor segunda leída, pero puedo entender perfectamente las personas que no entienden todo el bombo que se le ha dado. Incluso, por lo que leo, muchas de las personas que la han reseñado positivamente se centran únicamente en las sensaciones que ciertas escenas le fueron dejando y la limitan a una experiencia dejando de lado que, finalmente, es una película.
Debo decir que me genera sentimientos encontrados que probablemente no podré conciliar hasta dentro de algún tiempo que vuelva a verla. Sin duda que no es una película para cualquiera.
Eso sí, Tailandia luce preciosa.
¿Película favorita de Weerasethakul?
De este dire vi Tropical Malady y me pareció muy sugerente, una peli muy poética y original. Es el Pierre Paolo Pasolini del siglo XXI, pero con la sensibilidad oriental y más poética, por lo menos algo parecido me dejó Taropical Malady. En cuanto a ésta, decir que me tiene buena pinta y que si la consigo la veré (como siempre S., joer que las pelis que comentas son complicadas de pillar, no son de circuitos ni medianamente comerciales, por lo menos aquí en Galicia donde vivo); y tu comentario muy bueno, como es constumbre.
ResponderEliminarDentro de poco te diré algo relacionado con la peli serbia que comentaste un poco más abajo, A serbian film... hasta pronto,