13/02/11
Cuentas pendientes con Kitano, sobre todo con esta película, una de sus clásicas, y que tenía en espera desde hace tanto tiempo.
"Hey, it's no use giving water to dead flowers"
'Hana-bi' se encuentra en el punto exacto entre los dos grandes géneros que Kitano suele abarcar en un gran número de sus películas: por una parte la temática yakuza que hace que muchos la consideren una obra maestra de violencia, pero por otro lado el aspecto más poético y bello que solemos encontrar en otras de sus películas. Algunos han hecho la relación directa con los ideogramas que conforman el título, que puede traducirse como 'fuegos artificiales' pero por separado se leen como 'flor' y 'fuego'. Tenemos a Nishi, interpretado magistralmente por Beat Takeshi, como un policía cuya esposa se encuentra al borde de la muerte y decide que ya no tiene nada que perder. No será la única disección de la relación amor-muerte que aparecerá en la película ya que varios de los compañeros del policía se encontrarán en otras situaciones tan positivas como negativas al respecto.
De hecho yo no diría que es una película que se fundamente en la violencia, como serían las que tratan llanamente sobre el ambiente yakuza. Incluso el propio Kitano no es un yakuza y se encuentra, aún más, del otro lado de la ley, que es donde nos concentramos aunque apreciemos también sus relaciones con el mundo de las mafias. La película, en realidad, es una historia de amor desesperada que se dirige vertiginosamente hacia su fin. Nishi, a pesar de tener el menor número de diálogos y mostrarse casi todo el tiempo estoico ante la vida, demuestra en casa una de sus acciones una desesperación sin palabras que guía cada una de sus decisiones hacia un final claro. La diferencia que hay entre la interacción que tiene cuando se encuentra su esposa está llena de significados aunque igualmente medien muy pocas palabras. Maravillosamente destacable que el actor pueda transmitirnos todo un universo de emociones a través de un personaje tan aparentemente parco.
Toda la trama alrededor, si bien se encuentra estructurada alrededor de la figura central de Nishi, sirve también para mostrarnos un microcosmos personal en que los policías tienen que moverse a merced de la corrupción, la relación con las bandas yakuzas, los criminales individuales e historias familiares casi siempre trágicas. Otro personaje que sirve para introducirnos en esta perspectiva de pérdidas es el que interpreta Ren Osugi (con lo que me encanta verlo haciendo cualquier cosa) como Horibe, compañero de Nishi quien queda inválido tras una operación fallida y es abandonado por su familia. Para soportar su nueva condición se dedica a pintar cuadros que se introducirán en la trama se manera apropiada y significativa, sobre todo si tomamos en cuenta que fueron realizados por el propio director después de un accidente casi fatal que sufrió años antes de rodar la película.
Sin duda una obra indispensable de la filmografía de Kitano, que además de reunir las características más esenciales de su cine, también es una buena introducción al mismo para aquellos que puedan tener más problema en ver una película dedicada por entero a los disparos o a las imágenes lentamente poéticas. Es, sencillamente, bella y brutal.
¿Película favorita de Ren Osugi?
"Hey, it's no use giving water to dead flowers"
'Hana-bi' se encuentra en el punto exacto entre los dos grandes géneros que Kitano suele abarcar en un gran número de sus películas: por una parte la temática yakuza que hace que muchos la consideren una obra maestra de violencia, pero por otro lado el aspecto más poético y bello que solemos encontrar en otras de sus películas. Algunos han hecho la relación directa con los ideogramas que conforman el título, que puede traducirse como 'fuegos artificiales' pero por separado se leen como 'flor' y 'fuego'. Tenemos a Nishi, interpretado magistralmente por Beat Takeshi, como un policía cuya esposa se encuentra al borde de la muerte y decide que ya no tiene nada que perder. No será la única disección de la relación amor-muerte que aparecerá en la película ya que varios de los compañeros del policía se encontrarán en otras situaciones tan positivas como negativas al respecto.
De hecho yo no diría que es una película que se fundamente en la violencia, como serían las que tratan llanamente sobre el ambiente yakuza. Incluso el propio Kitano no es un yakuza y se encuentra, aún más, del otro lado de la ley, que es donde nos concentramos aunque apreciemos también sus relaciones con el mundo de las mafias. La película, en realidad, es una historia de amor desesperada que se dirige vertiginosamente hacia su fin. Nishi, a pesar de tener el menor número de diálogos y mostrarse casi todo el tiempo estoico ante la vida, demuestra en casa una de sus acciones una desesperación sin palabras que guía cada una de sus decisiones hacia un final claro. La diferencia que hay entre la interacción que tiene cuando se encuentra su esposa está llena de significados aunque igualmente medien muy pocas palabras. Maravillosamente destacable que el actor pueda transmitirnos todo un universo de emociones a través de un personaje tan aparentemente parco.
Toda la trama alrededor, si bien se encuentra estructurada alrededor de la figura central de Nishi, sirve también para mostrarnos un microcosmos personal en que los policías tienen que moverse a merced de la corrupción, la relación con las bandas yakuzas, los criminales individuales e historias familiares casi siempre trágicas. Otro personaje que sirve para introducirnos en esta perspectiva de pérdidas es el que interpreta Ren Osugi (con lo que me encanta verlo haciendo cualquier cosa) como Horibe, compañero de Nishi quien queda inválido tras una operación fallida y es abandonado por su familia. Para soportar su nueva condición se dedica a pintar cuadros que se introducirán en la trama se manera apropiada y significativa, sobre todo si tomamos en cuenta que fueron realizados por el propio director después de un accidente casi fatal que sufrió años antes de rodar la película.
Sin duda una obra indispensable de la filmografía de Kitano, que además de reunir las características más esenciales de su cine, también es una buena introducción al mismo para aquellos que puedan tener más problema en ver una película dedicada por entero a los disparos o a las imágenes lentamente poéticas. Es, sencillamente, bella y brutal.
¿Película favorita de Ren Osugi?
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