27/03/11
Era mi hermano quien quería ver esta película y quien la consiguió, pero al final terminé viéndola yo sola. Cosas de la vida. En realidad me tocó en uno de esos días de 'es hora de un poco de cine mexicano' y sin mayores referencias sobre la trama o ningún otro detalle.
"Como escribió José Emilio Pacheco, mano: Ya somos todo lo que detestábamos hace veinte años"
Lauro era un joven periodista cuando el Halconazo en el 71: el enfrentamiento (por llamarlo de un modo amable) entre los manifestantes estudiantiles de San Cosme y el grupo policíaco conocido como 'los halcones'. Y aunque su participación en aquel suceso debió mantenerse al margen le tocó verse envuelto y quedar inconsciente en alguno de tantos golpes. Terminó en coma en un hospital y su familia se hizo cargo de él durante los siguientes años. Él es precisamente 'el bulto', poco menos que un ser humano perpetuamente dormido al que una familia que no lo conoció tiene que cuidar por obligación. Su pareja en aquel entonces ahora se encuentra con otro hombre, después de tantos años de esperarlo en vano. Sus hijos eran demasiado pequeños cuando todo sucedió y ahora que son adolescentes apenas recuerdan nada de él. Pero un día, inexplicablemente, veinte años después, Lauro despierta. En un mundo por completo distinto, con un cuerpo y una familia que él tampoco reconoce, y en un México muy alejado de las esperanzas y los movimientos en los que él participó en sus años adolescentes. Ahora tiene que recuperarse tanto física como mentalmente y comenzar a hacerse a la idea de que esta es la vida que ahora tiene y tiene que aceptarla porque no hay de otra.
La estrategia de 'personaje que por una razón termina viviendo en otra época' siempre ha resultado muy interesante en el juego de contraste entre situaciones e ideologías, y precisamente Gabriel Retes se vale de un modo excelente de ello para hacer balance entre los cambios radicales que sucedieron en México entre los 70 y los 90. Creo que incluso aunque no nos hayan tocado directamente esas épocas, es imposible no adentrarse un poco en la piel de Lauro e intentar ver el terrible shock que debe suponer saltar entre esos dos momentos históricos. Además de la parte humana de un hombre que se 'durmió' siendo un adolescente y despierta ahora como un hombre mayor cuyo cuerpo además se encuentra atrofiado.
Dado que no estoy demasiado familiarizada con el trabajo de Retes (voy a olvidar para siempre "Bienvenido-Welcome") tampoco puedo hacer una referencia más amplia del modo en que suele conducir sus tramas. Si por una parte me parece de lo más interesante el modo en que enfrenta a una persona consigo mismo (en su versión joven, con sus viejos ideales) y con el México actual, también me parece que en algunos otros aspectos se queda en una visión superficial y algo ingenua de la trama. Uno esperaría que la reconstrucción de ideales y pensamientos del personaje deberían estar en equilibrio con su reconstrucción tanto física como emocional: su integración a la familia, la aceptación de que su mujer no lo es más y su propia búsqueda de amor. Sin embargo en esta parte los personajes se manejan demasiado sobre lo tópico a un punto que llega a resultar algo molesto. Podemos entender al principio que a Lauro le resulte difícil adaptarse y prefiera defenderse agresivamente en su papel de víctima, pero después de una hora de película (y mucho tiempo más dentro de la ficción, claro) nos parece que sencillamente es un gritón que se queja por todo y punto. Que seguro lo hacía también en los 70 y no va a cambiar. Sus hijos son 'rebeldes y muy de mente abierta' en el sentido más estereotípico y se enfrentan constantemente sin razón con el pobre padre inútil hasta lo indecible. Y el resto de las situaciones siguen un poco la línea, como si nos quisieran decir una y otra vez 'la situación es difícil, nadie se adapta' pero sin querer evolucionar o hacer reflexionar a los personajes. Lo que hace que la solución final parezca un poco sacada de la manga en ese aspecto.
Con todo, diría que no deja de ser interesante, sobre todo porque es una verdadera reflexión sobre momentos históricos que va más allá de sencillamente representarlos en pantalla (que es la estrategia usual del cine mexicano).
Me parece que por aquel entonces, poco antes de ver la película, había estado leyendo "Héroes convocados" de Taibo II que al igual, aunque con otra estrategia, se trata de recrear los movimientos de los 60-70 varios años después. Me parece un complemento adecuado y muy entretenido para la película.
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