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25.4.11

"Ai no mukidashi", Sion Sono


25/04/11
En nuestro intento de comenzar, una vez más, una reunión semanal para ver películas, decidimos comenzar por la puerta grande. Yo tenía más que pendiente ver la considerada mejor obra de Sion Sono y Paco decidió que todos debíamos hacerlo y ya.



"And I walked to where my destiny waited"
A pesar de que Sion Sono es sin duda de mis directores favoritos, debo aceptar que enfrentarme con cualquier película de cuatro horas de duración me hace dudar, así que podría incluso haber esperado más tiempo antes de dar el paso para ver "Love exposure". Así que me alegro de haberme topado con ella de frente porque es sin duda una experiencia que no debe pasarse por alto.

Antes de comenzar con los detalles técnicos y todo eso, hago un breve paréntesis. Creo que todos aquellos que miran películas frecuentemente podrán entender que a veces uno puede llegar a sentir que ver historia tras historia se convierte en algo monótono, en especial cuando entramos en un periodo en que nada especialmente bueno llega hasta nosotros (lo cual no es difícil porque hay que ver el cine mediocre que se hace por montones). Y entonces, en algún momento, te encuentras con una de esas películas que consiguen realmente tocarte y emocionarte y hacerte recuperar la fe en el cine por completo. "Love exposure" es precisamente eso, es una fascinante obra maestra que de un modo u otro consigue quedarse con uno aún mucho tiempo después de haberla visto.

Tratando de simplificar de algún modo la trama, podemos decir que sigue de cerca la vida de Yû, un joven al que la prematura muerte de su madre afectó y aún más a su padre, quien se volvió sacerdote y consiguió obsesionar a su hijo con el pecado. Alrededor de él vemos también la vida de Yôko, una joven que huye de un padre abusivo escapándose con una de sus amantes que lo abandona y que termina después enrollándose con un sacerdote (¿adivinan?) y convirtiéndolas a ambas al catolicismo. Y luego está Koike, una joven perteneciente a una secta conocida como "Zero" y que se ha propuesto conseguir, por cualquier modo, que Yû se convierta a dicha religión, así tenga que arruinar su vida para conseguirlo.

La película es una épica alrededor del amor y la religión que a la vez habla de una gran cantidad de rasgos de la sociedad japonesa contemporánea a la vez que se simbolismos clásicos. Aún cuando es probablemente la película más accesible de Sion Sono su simplicidad es sólo aparente, y lo que podríamos pensar como el seguimiento de los encuentros y desencuentros de tres adolescentes se convierte en un universo de motivos y reflexiones, de lo más mórbido a lo más tierno. Y les aseguro que mientras la miren y se sientan atrapados por su vertiginosidad en ningún momento sentirán de manera excesiva sus cuatro horas de duración. De hecho cuando la película terminó yo sentí que podría haber continuado indefinidamente y yo la habría seguido mirando maravillada.
De hecho en alguna parte leí que la versión original dura seis horas. No sé cómo pero tengo que conseguirla.

Si de por sí Sion Sono en prácticamente todas las películas que he visto de él critica de manera agresiva ciertos rasgos sociales de Japón, aquí esta crítica se convierte en una historia increíblemente más elaborada, con un toque más pop, con un fantástico soundtrack (la canción principal es sencillamente una maravilla), excelente guión y actuaciones. Nada es casual en este largo y dantesco camino hacia la redención.

¿Se me permite emocionarme más? Instantáneamente se ha convertido en una de mis películas favoritas.




¿Película favorita sobre sectas?

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