28/10/11
Y bueno, llegaba otra de las más esperadas (por mí, claro), "Guilty of romance", uno de los estrenos de Sion Sono. Que además no era el único para el festival ya que se presentaban dos películas suyas, como si no tuviera yo ya suficientes razones para amarlo.
"Permanezco tranquilo dentro de tus lágrimas. Vuelvo tranquilo a tu sangre"
Una detective llega a una escena del crimen en un edificio abandonado en medio de la zona roja de Tokio. Dentro un par de maniquíes vestidas de colegialas se componen parcialmente de partes humanas. Todo el sitio está cubierto de pintura rosada y una leyenda lee "El Castillo". ¿Qué curso ha llevado la historia que ha llegado hasta este punto?
Paralelamente vemos la investigación policial, muy mínima en realidad y apuntando a pequeños detalles que nos dejaran menos claras las cosas conforme seguimos la otra historia, la de Izumi Kikuchi, la idílica y mansa esposa japonesa y el modo en que le da un cambio radical a su vida. Casada con un aclamado escritor pasa sus días encargándose de que todo esté perfecto en su hogar para cuando él salga y cuando él regrese, y no más. Pronto descubre que a su edad no ha pasado nada interesante en su vida y decide cambiar eso pero tampoco sabe cómo empezar, y lo que sería primero una serie de torpes acercamientos al sexo (porque finalmente no dejaba de ser una idílica y mansa esposa japonesa, aunque tuviera cuerpo de actriz porno) la lleva a conocer a Mitsuko Ozawa. Y entonces sí que su vida cambia realmente.
Es difícil señalar el tema exacto o la sinopsis más adecuada de la historia. Diría que principalmente podemos hablar del punto de quiebre del ser humano en el que, paradójicamente, se enfrenta y se conoce a sí mismo al mismo tiempo que se pierde también un poco. Individuos que buscan sistemáticamente los bordes del abismo como modo de definirse, y que se obligan a transformarse en otros para revelar su verdadero rostro. Todo eso representa la figura de Mitsuko, y todo eso es lo que va buscando a tientas Izumi sin saber cómo. El final podemos sospecharlo pero seguimos sin saber cómo se llega ahí, del mismo modo en que la metáfora principal de la película se enuncia siempre alrededor de la figura de El Castillo, refiriéndose al Castillo de Kafka. Y teniendo todo y nada que ver con esa obra debo decir que debe ser una de las mejores interpretaciones del absurdo inútil y desolador que Kafka trató de enunciar en su novela.
La película tiene todos los elementos clásicos de Sono: una disección oscura y sin concesiones de la sociedad japonesa y de lo más recóndito de la naturaleza humana, secuencias muy luminosas contrarrestando las oscuras, personajes fuertes que se sostienen por sí mismos, una comedia cruel y un realismo desgarradoramente hiperbólico. Una resolución contundente pero poco esclarecedora. Y quedar atrapado ahí en medio no es demasiado difícil.
Por otro lado, a diferencia de otras de sus películas, la verdad es que la trama resulta bastante seguible y clara siendo que siempre tenemos la guía inicial del elemento thriller de los cadáveres encontrados. Lo que hará que muchos espectadores no familiarizados con el director y que quizás podrían perderse con alguna de sus películas más complejas y confusas, no tengan tanto problema son llevar esta trama y disfrutarla (estando advertidos también de que la idea central de las películas de Sono es que resulten difíciles para enfrentar, que provoquen un choque constante en el espectador).
Mi gran pero, que con todo no logra opacar mi impresión positiva de la película, es la actuación de Megumi Kagurazaka como Izumi. La actriz ya había trabajado con el director en su anterior película, "Cold fish", aunque en un papel mucho más limitado. Y si bien físicamente es más que apta para su personaje (tiene un rostro angelical, una presencia muy dulce y, como mencioné, cuerpo de actriz porno) siento que su actuación se queda mucho en el camino. Y es que también algo que siempre he pensado de Sono es que es capaz de llevar a sus actores al límite, y aunque Kagurazaka se ve que lo intenta la verdad es que no llega a ser del todo convincente en todos los momentos. Especialmente si la vemos junto a Makoto Togashi, quien interpreta a Mitsuko, y cuya abrumadora actuación (y personaje, que le ayuda bastante) se la traga en cualquier momento. De hecho la fuerza de su presencia marca gran parte de la película y la ha convertido instantáneamente en una actriz de la que necesito ver más. Ha sido un descubrimiento maravilloso (bueno, descubrimiento entre comillas porque resulta que ya la había visto fugazmente en otras películas pero no había reparado en ella) y una de las mejores cosas de la película.
Como dato curioso, para aquellos que hayan visto "Paranoia agent", mini serie de Satoshi Kon, uno de los casos reales que inspiran libremente a uno de los personajes principales es también el caso que inspira libremente esta película. No sé si decirlo será mucho spoiler pero si tienen interés en saberlo siempre pueden preguntarme. Recuerdo que en su momento, entre lecturas sobre Satoshi Kon, fue uno de los detalles que captó mi atención. Y está visto que si algo sabe hacer Sion Sono es tomar referencias reales y convertirlas en algo completamente diferente que, sin embargo, no deja de estar anclado de algún modo con la realidad.
De las dos películas de Sono era la que competía por el premio a mejor película y, como podrán deducir, no se lo llevó. Lo que sí se llevó fue el premio a mejor película en la sección "Oficial fantàstic competición òrbita" que no tengo idea de qué sea pero tiene algo que ver con Paco Cabezas. Ajam.