07/11/11
Otra de las películas que no tenía especiales ganas de ver pero por ser asiáticas tenía menos motivos para resistirme. Además de que parecía de esas épicas de época chinas que no suelen fallar.
"No quiero matarle aún. Quiero que viva una vida peor que la muerte"
Si algo hemos aprendido de las películas de época es que antes la gente vivía melodramática y complejamente. Dado que las esperanzas de vida eran cortas uno tenía que aprovechar el poco tiempo que tenía en arruinarle la vida a los otros y urdir complicadas tramas que siguiesen aún después de la muerte. Todo eso lo hemos perdido actualmente a excepción de los héroes vengadores surcoreanos que mantienen vivo el espíritu, pero de resto nos queda conformarnos con estas historias.
Para no hacer una sinopsis puntual, que no tiene demasiado caso, voy a presentar un esbozo que sonará de lo más vago (pero es deliberado, que lo sepan): en la corte china, como en tantas otras cortes, las uniones y separaciones responden a motivos de conveniencia y pueden despertar rencores inauditos. En este caso tenemos dos familias que rozan con el poder, una por derecho y la otra por mero deseo, y todo termina en tragedia. Como suelen terminar las cosas. Pero además termina en la confusión entre dos bebés que nadie está seguro en un punto de cuál es cuál: uno es el hijo prematuro de una joven noble, último descendiente de su estirpe, y el otro es el primogénito del médico de la ciudad que estaba en el momento equivocado en el lugar equivocado. Y, tragedia. Ahora sólo uno de los bebés crecerá para ocupar el lugar que le corresponde y para cumplir con un designio funesto.
Iba a decir: 'vamos, que lo pudo haber escrito Shakespeare'. Pero seguro que Shakespeare lo hacía más melodramático y más complejo.
Al inicio es un poco complejo ir siguiendo quién es quién y por qué odia a quién pero por suerte el ritmo va facilitando que el seguimiento tampoco sea tan confuso como podría ser y en realidad aunque describirlo de manera puntual pueda ser complicado, es la trama básica de 'mi familia odia a tu familia y hará lo posible por manchar tu apellido o cosas peores'. Pero con el toque chino, claro, tenían su modo de hacer las cosas. Y la verdad es que el planteamiento de la trama es bastante afortunado especialmente porque uno se siente en la misma encrucijada entre el deber y la propia sangre, situación que se pone a prueba en más de un momento y que uno ya no sabe ni cómo sentirse al respecto.
El asunto es que la película tiene un largo desarrollo, de unos veinte años o algo así, y pues para irlo mostrando se fragmenta en secuencias de momentos clave en esos años. La primera es la introducción y es ciertamente la más prolongada, pero a partir de ahí seguiremos el crecimiento del niño en cuestión a lo largo de su vida, y aquí creo que es donde comienza a fallar un poco el ritmo. Porque creo que este tipo de historias deberían ir in crescendo para conseguir la fuerza trágica hacia el final (estoy pensando en "La maldición de la flor dorada" que si bien se supone es una situación que se ha ido gestando por años, el periodo que vemos durante la película es breve y conciso), mientras que aquí muchos de los fragmentos responden a sus propios propósitos y son casi una entidad cerrada. De modo que vemos en uno la relación entre los personajes tomando en cuenta la edad del niño y para el siguiente la misma relación puede haber cambiado drásticamente. Y eso es lógico si lo vemos desde la perspectiva de que, claro, el niño crece y muchas cosas de su enfoque de vida cambian, pero al ser escenas consecutivas uno tiene la sensación de que es un poco incongruente.
El siguiente punto es que, claro, yo probablemente esté muy malacostumbrada por Shakespeare (y es de los pocos momentos en que me lamento de mi occidental posición) a ver tragedias redondísimas, donde cada elemento está perfectamente relacionado con el siguiente y con el abrumador desenlace. Aquí esto no sucede, y eso no sería necesariamente un punto demasiado negativo sino se estuviera tan pendiente de ello. La leyenda en la que se basa es suficientemente vaga como para que sobresalgan los puntos importantes nada más y después la épica se dibuja sobre ella pero parece enunciarse más veces de la que se concreta. Todo parece indicarnos que debemos esperar un punto álgido bastante fuerte pero secuencia tras secuencia, con su ritmo irregular, nos vamos dando cuenta que ese punto no llega. Y no llega quizás porque lo estamos esperando de un modo muy concreto (también es cierto que la propia trama nos induce un poco a ello).
Sin duda es una película bien hecha, entretenida y con elementos independientes destacables, pero no tiene lo que yo creo que es fundamental para una épica: no hay ningún momento en que golpee de frente al espectador con su grandiosidad (la épica me parece que debe ser siempre un discurso un poco grandilocuente). Y si uno va esperando algo así pues se quedará esperándolo en vano.
En su momento pensé que había sido algo así como 'la película del día' pero seguro sólo lo pensé porque de manera inmediata "Milocrorze" era demasiado rara para tomársela del todo en serio. Ahora en retrospectiva sé que es rara y maravillosa, y si bien "Sacrifice" está bien lograda tampoco va a marcar ninguna referencia, sobre todo si la ponemos junto a tantas otras películas de época chinas tan fantásticas que han salido en los últimos años.
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