15/01/12
Jose me llevó un día la película preguntándome si la había visto. La había despojado incluso de su cajita y sólo se mantenía el título con el nombre. Le dije que no y me advirtió de hacerlo sin buscar nada respecto a ella, sin leer sinopsis ni esperar nada, tal cual. Mordiendo un poco la lengua y mirándola cual caja de Pandora acepté un poco el reto.
"No sé, chico, no sé, pero yo no le veo más que ventajas a esto de ser intelectual"
Si hay películas a las que se debe enfrentar sin tener nada en mente, sin duda "Amanece que no es poco" es una de las más grandes expresiones al respecto. He visto en un par de sitios un intento de darle una sinopsis mínimamente lógica pero cuando van más allá de la generalidad de una serie de circunstancias inusuales que convergen en un pequeño pueblo español, entonces todo intento de orden termina por ir en contra de los principios de la película y necesariamente confundir o revelar algún momento concreto. Y no es el caso. Uno puede tomar la película como un excelente ejemplo de narrativa caótica que representa escenas con un significado concreto (aunque muchas veces se nos pueda escapar) y de tal modo es perfectamente disfrutable. No se necesita más.
De tal modo es difícil decir mucho más al respecto. Se trata sin duda de una película fantástica, terriblemente surreal, hilarante a más no poder, y con elementos increíblemente bien conseguidos que ocupan su lugar con una naturalidad total. No es de extrañar que con el paso de los años se haya vuelto una película de culto e incluso existan reuniones cada cierto tiempo de fanáticos de la misma (o de las motos con sidecar) que termina en una de las ciudades donde se grabó y que ahora tiene un museo conmemorativo. A ese nivel, y totalmente merecido.
Además el nivel de lecturas ayuda mucho, se podría analizar muchas de las escenas de manera aislada y rastrear posibles orígenes o interpretaciones de su transformadísima metáfora. Y eso sirve y no, ya que es posible ver la película en ambos modos, o incluso volver a verla sintiendo que una parte se ha entendido de un modo diferente. Al hablar al respecto con Jose y otros amigos explicaban como muchos de esos momentos podían relacionarse con la historia de España, pero incluso desconociéndola por completo y viendo la película como una serie de momentos irreales unidos por una tenue línea narrativa, funcionaría. Porque esos momentos son increíblemente fuertes por sí mismos y uno puede rendirse a ellos sin esperar mucho más. Yo disfruté viéndola una vez, recomendándola y volviéndola a ver, y regresando a escenas concretas que se quedaron conmigo cuando fuese necesario. Sencillamente fantástica.
Pensaba que se trataba de la primera película de José Luis Cuerda que veía pero revisando su filmografía me doy cuenta que hace varios años vi "La educación de las hadas", aunque por el momento me cuesta un poco relacionar ambas películas. Sin duda me quedan algunas cosas por mirar del director.
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