12/03/12
Nos toca hoy hablar de Cine Mexicano con enormes mayúsculas, clásico de clásicos y una película que a día de hoy, más de cincuenta años después de su grabación, sigue conmoviendo y maravillando por su excelente realización.
"Pa' mí lo es todo: Toda la hambre de mi vida, todo lo que he dado, todo lo que no he recibido"
Uno de los elementos a destacar de la producción mexicana durante la época de oro del cine es que se arriesgaban a adaptar literatura extranjera reinterpretándola libremente en base a las circunstancias de la época. "Macario" está basada en una obra de B. Traven quien a su vez basó ésta en un cuento de los hermanos Grimm; consiguiendo con estas correspondencias una sensación de fábula fantástica pero oscura, escondida en medio del paisaje natural del México rural.
Macario y su familia viven en extrema pobreza, consiguiendo apenas un poco de comida con el trabajo que el padre realiza durante todo el día cargando leña por la ciudad. Conforme se acerca el Día de Muertos ve como las familias adineradas preparan grandes banquetes para sus difuntos mientras que ellos, aún en el reino de los vivos, no tienen siquiera oportunidad de probar bocado durante días. Encaprichado al ver este despliego de manjares se dispone a no volver a comer más hasta que no sea un guajolote para él solo. Su mujer, entendiendo sus sentimientos y a sabiendas de que es su trabajo el que los ha ayudado a sobrevivir todo este tiempo, se roba un guajolote y lo prepara sólo para él, incluso conminándolo a que vaya a comerlo solo al monte para que sus hijos no le pidan. Mientras busca un sitio apacible donde comerlo se encuentra con una serie de personajes: un ermitaño, un charro y un indio. Pero él puede ver detrás de esas apariencias quiénes son en realidad, a saber: Dios, el Diablo y la Muerte. Todos pidiéndole que comparta ese alimento con ellos, y dependiendo de la decisión que tome Macario es que se irán desencadenando los eventos a futuro que repercutirán significativamente sobre su vida.
La ambientación consigue ubicarnos en un punto extraño entre un realismo desolador y una sensación de fantasía donde todo tiene cabida. Entre la metáfora y la alegoría las figuras reconstruyen una historia en base a estos elementos fantásticos y van creando posibilidades que parecerían imposibles para el personaje de Macario tal como se nos presenta inicialmente, limitado en su pobreza y sus compromisos familiares. A partir de entonces el tono de la narración va cambiando pero esa aparente tonalidad también será engañosa al revelarse muchas veces como una constante ensoñación, de la que sabemos en cualquier momento podemos despertar y conocer nuevas realidades y nuevas posibilidades de la historia.
Si bien nunca se sale de su estructura cercana a la fábula, esos esquemas narrativos tan aparentemente simples le funcionan de maravilla para probar los alcances de sus metáforas visuales para hablar de cuestiones sociales concretas. De entrada teníamos ya la visión del abismo social existente en México desde el inicio de los tiempos y también el modo en que se manifiesta en una festividad tan propia como son las Celebraciones de Muertos (cuya presencia es más fuerte que su sola aparición con altares decorados en los inicios, siendo la Muerte la gran temática que da unidad a toda la historia), posteriormente nos encontraremos también con las dinámicas sociales en un pueblo pequeño (que bien pueden hablar de los intereses a mayores escalas), de la posición de la Iglesia como controlador y aún más de los intereses de la Santa Inquisición en la época. También hay una reflexión constante de toda clase de sentimientos humanos como la piedad, la envidia, la avaricia, el interés y demás.
A esto le sumamos una representación visual magistral. Toda la puesta en escena, de lo que va del diseño de personajes al diseño de escenarios a la fotografía es absolutamente maravilloso. Gran parte de ello se debe sin duda al probablemente mejor director de fotografía mexicano de todos los tiempos, Gabriel Figueroa, quien se probó constantemente en enormes producciones nacionales y extranjeras saliendo casi siempre airosos. Y debe ser éste, sin duda, uno de los trabajos donde mejor se nota su dirección en ese aspecto.
Está considerada la 59ava mejor película mexicana de todos los tiempos, aunque la lista fue redactada en el 94 así que muchas producciones se han quedado fuera (aunque sin duda cada vez hay menos que podrían siquiera aspirar a entrar). Se supone que fue organizada por varios especialistas en la materia pero, como suele suceder, no estoy demasiado de acuerdo con muchas de las elecciones. Algunas sin duda tienen una importancia histórica pero hay otras que me parecen bastante debatibles, sobre todo muchas que se encuentran en posiciones por encima de "Macario". Uno de estos días me da un ataque y me pongo a ver las que me hagan falta de la dichosa lista sólo para darle argumentos a mis usuales prejuicios.
¿Película favorita que involucre un encuentro con la Muerte?
Macario el Samurai? XD es broma. No he visto esta película. Parece (al menos estéticamente) tener un aire a Buñuel o algo así, no?
ResponderEliminarPelícula sobre un encuentro con la muerte.... mejor serie, Padre de Familia, cuando Peter conoce a Muerte, y a su madre... jejeje
saludos.
Es un reto difícil pero seguro que la película sería aún mejor si Macario fuera samurai. Ahora nunca lo sabremos.
ResponderEliminarY en efecto, Gabriel Figueroa fue director de fotografía de (sino me equivoco) todas las películas que Buñuel grabó en México. De ahí las semejanzas estéticas.
Saludos.
La tengo para ver, después de leer tu recomendación caerá antes :D
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