"Kikareta onna no mirareta yoru", Masashi Yamamoto

02/05/13

"Man, woman and the wall" es otra de esas películas a las que no estoy muy segura de cómo llegué. Pero siendo una producción japonesa de bajo presupuesto y medio porno, creo que no debería sorprender demasiado.

"Lo que llaman un pervertido. Me estoy convirtiendo en algo así"

Aunque imdb trata de decirme que se trata de un drama/thriller o algo así, a mí no me engaña. Si bien puede que tenga ciertos toques de ambos géneros (sobre todo de thriller, en cuestión de la estructura del argumento), está mucho más cercana de una comedia romántica porno. Es la trama típica de 'chico conoce chica' que compone ambos tipos de producciones, con una realización que claramente oscila entre ambas: no sacrifica ni las escenas sexuales ni la historia. Y si han prestado atención a mis reiteradas peroratas sobre la censura en producciones pornográficas japonesas, es aquí cuando empezamos a hablar de nuevas producciones a las que la censura les importa dos cosas. 

Ryo es un joven periodista que acaba de mudarse a un nuevo departamento, no es que espere demasiado de él más que pasar el tiempo ahí pero es recibido con fanfarrias. O mejor dicho, con los más que estimulantes sonidos de su vecina teniendo relaciones que se escuchan como si estuviera junto a él. No es que Ryo vaya a quejarse. A partir de esa relación virtual con ella, que es más bien una relación con la pared, Ryo comienza a seguir todos los pasos de Satsuki, su vecina, por su departamento hasta llegar a conocerlo como si fuera el suyo propio. Pero eso no basta, de modo que Ryo emplea todas las estrategias del buen vecino para acercarse a Satsuki que, todo hay que decirlo, está buenísima. Nada de esto realmente es un problema, pero Satsuki, quien tiene un novio estable, lleva tiempo recibiendo llamadas de un depravado desconocido cuyas amenazas se han ido volviendo insoportables. Ryo, ya que está en el negocio de espiarla, tendrá también que relacionarse indirectamente con este anónimo y tratar de adivinar de quién se trata. 

Uno de los elementos mejor manejados dentro de esta trama, que en ciertos aspectos podría pasar por tópica, son las personalidades de sus protagónicos. Ryo, aunque pueda parecer un depravado de manual, en realidad es un tipo de lo más simpático que, bueno, ya que tiene una vecina sensual haciendo ruidos todo el tiempo, aprovecha la situación, pero está muy lejos de ser la clase de degeneradores antisociales que no pueden relacionarse con el género femenino que el cine siempre vende. El asunto aquí es procurar un 'todos somos un poco depravados por dentro', y sus estrategias para acercarse a Satsuki lo cierto es que son tan efectivas como ingeniosas. Mientras que la vecina, quien sin duda es una belleza (y acabo de descubrir es también la protagonista de la fantástica "Revenge: A love story") y voy a suponer es de ese grupo de actrices porno que buscan producciones interesantes donde tengan algo de diálogo, también mantiene un perfil que trate de acercarse al de una persona común. Es una chica simpática, con una relación estable, que se presta a ciertas circunstancias sexuales pero que vistas en conjunto no son tampoco extraordinarias, y cuando la trama le requiere usar ropa (cuando se relaciona con el vecino, cuando está asustada por las llamadas anónimas) la libra bastante bien y hasta da la impresión de ser una chica accesible. Que para lo guapa que está tiene que tener algo de mérito. 

Debo confesar que yo esperaba encontrarme con uno de esos neo pinku eiga que no saben si se van hacia lo meramente pornográfico o si son demasiado alternativos, y por el contrario resultó ser una cinta de lo más entretenida y bien llevada, con buenos toques eróticos. Todo y más de lo que se le puede pedir al género, la verdad. Y hasta me parece que buscaré más de Masashi Yamamoto, director, y Sola Aoi, guapa protagonista.

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