31/10/10
Seguimos con Sitges en el día de sorpresas. La siguiente elección casi al azar fue "The wild hunt", que pintaba para ser una película de mitologías fantásticas y tal, pero eso dejándonos llevar por la imagencita ilustrativa al caso.
"Y ya es momento de que empiece la cacería"
Sí, sí, leí muy por encima la sinopsis y me quedé vagamente con la idea de 'y ahora tendrá que entrar en un mundo inimaginable para rescatar a su novia', lo cual sumado a los primeros cinco minutos en que todos aparecían en medio de un bosque metidos en personajes estereotípicos y con no especialmente buenas actuaciones, yo comencé a pensar "¿por qué entré a ver ésto?". Pero, oh, unos pocos minutos después la realidad aparente se quiebra y se nos revela la verdadera naturaleza de la escena: una partida de rol. Extrema.
Ahora, la verdadera trama: Erik no está pasando por sus mejores momentos, tiene que vivir al pendiente de un padre muy enfermo y pelea constantemente con su novia Lyn quien ya está harta de la situación. Por influencia del hermano medio loco de Erik, Bjorn, Lyn comienza a partir en un juego de rol completamente ambientado al modo medieval en medio de un bosque, por lo cual se desaparece algunos días de casa. Ahora se marcha una vez más, durante algunas semanas, para una larga partida y Erik no puede evitar sentir que algo terrible va a suceder, sobre todo cuando se entera que el personaje de Lyn ha sido secuestrado por el clan de chamanes de la partida.
Claro que en ese mundito de frikis hay reglas, y si Erik quiere entrar a 'rescatar' a su novia (en el nivel de realidad que sea) tiene que jugar bajo esas reglas.
La verdad a mí me pareció fantástico desde la concepción. Quizá porque la idea de tener enormes terrenos de bosque y una organización compleja para manejar a un montón de vikingos, elfos, chamanes, caballeros medievales, hadas y etc, me parece ya bastante llamativa por sí misma. Y ahora, manejar la realidad a dos niveles hacia un mismo fin resultó también de lo más interesante.
Películas como "El experimento", y los experimentos sociales en que están basadas, ya nos lo han dejado muy claro: los seres humanos, cuando nos condicionamos para seguir un personaje, realmente nos metemos en personaje. La noción de la realidad es fácilmente manipulable y, además, la gente se vuelve loca en cualquier momento. Una pequeña porción de tu realidad se quiebra y ya no entiendes de razones. Ahora pongámoslo eso en un montón de gente que se cree vikingo o chamán, y sobre todo que tiene que ser suficientemente friki para ir a pasar días congelándose en el bosque en las cabañitas que correspondan al clan. Eso es vocación. Y si insertamos en ello un agente doble (Erik, que tiene que jugar con las reglas pero no convencido de ellas) que comienza a contaminar un poco el ambiente, tenemos una bomba de tiempo.
Al parecer uno de los principales puntos que han comentado las críticas del público es la cuestión de los jugadores de rol. Sin duda hay un afán por tener un toque realista en contraposición con la idealización fantástica del juego, pero tampoco creo que sea extremo en ese aspecto. Es decir, a mí me gustó que no fuesen un estereotipo del friki jugador de rol como todos lo imaginamos, pero también creo que no lo fue porque entonces la trama no hubiese funcionado. Es muy previsible que los frikis se vuelvan locos y además no los vemos muy audaces. Era mejor esa idea de que gente común se divierte de maneras extrañas y a veces las cosas no resultan tan bien como uno esperaba (también rescatando la idea olvidada de que hay frikis que perfectamente pasan por 'gente común'). Pero por otro lado creo que sí todos los personajes responden a unas ciertas características que tal vez no encontraríamos mayoritariamente si organizáramos una partida de rol así de extrema. Pero, ey, en la realidad de la película funciona.
Creo que es una película bastante refrescante, en el aspecto de que es muy entretenida, mantiene un excelente nivel de tensión y dramatismo, y sobre todo porque nos aleja de las ambientaciones usuales y de las realidades a las que ya estamos todos acostumbrados metiéndonos a un mundo fantástico y extraño que puede tornarse hostil en cualquier momento. Todo sin grandes pretensiones, con un guión bastante correcto que tampoco quiere sorprendernos exageradamente y con unas actuaciones que cumplen en todos los aspectos.
Supongo que yo me quedo con Shaman Murtagh, el gran chamán, quizá porque es el personaje que mejor se mueve entre los dos aspectos extremos de esas realidades.
Está en mi lista de las sorpresas más agradables del festival, para que luego no sienta que todas mis decisiones aleatorias fueron malas.
¿Película canadiense favorita?
"Y ya es momento de que empiece la cacería"
Sí, sí, leí muy por encima la sinopsis y me quedé vagamente con la idea de 'y ahora tendrá que entrar en un mundo inimaginable para rescatar a su novia', lo cual sumado a los primeros cinco minutos en que todos aparecían en medio de un bosque metidos en personajes estereotípicos y con no especialmente buenas actuaciones, yo comencé a pensar "¿por qué entré a ver ésto?". Pero, oh, unos pocos minutos después la realidad aparente se quiebra y se nos revela la verdadera naturaleza de la escena: una partida de rol. Extrema.
Ahora, la verdadera trama: Erik no está pasando por sus mejores momentos, tiene que vivir al pendiente de un padre muy enfermo y pelea constantemente con su novia Lyn quien ya está harta de la situación. Por influencia del hermano medio loco de Erik, Bjorn, Lyn comienza a partir en un juego de rol completamente ambientado al modo medieval en medio de un bosque, por lo cual se desaparece algunos días de casa. Ahora se marcha una vez más, durante algunas semanas, para una larga partida y Erik no puede evitar sentir que algo terrible va a suceder, sobre todo cuando se entera que el personaje de Lyn ha sido secuestrado por el clan de chamanes de la partida.
Claro que en ese mundito de frikis hay reglas, y si Erik quiere entrar a 'rescatar' a su novia (en el nivel de realidad que sea) tiene que jugar bajo esas reglas.
La verdad a mí me pareció fantástico desde la concepción. Quizá porque la idea de tener enormes terrenos de bosque y una organización compleja para manejar a un montón de vikingos, elfos, chamanes, caballeros medievales, hadas y etc, me parece ya bastante llamativa por sí misma. Y ahora, manejar la realidad a dos niveles hacia un mismo fin resultó también de lo más interesante.
Películas como "El experimento", y los experimentos sociales en que están basadas, ya nos lo han dejado muy claro: los seres humanos, cuando nos condicionamos para seguir un personaje, realmente nos metemos en personaje. La noción de la realidad es fácilmente manipulable y, además, la gente se vuelve loca en cualquier momento. Una pequeña porción de tu realidad se quiebra y ya no entiendes de razones. Ahora pongámoslo eso en un montón de gente que se cree vikingo o chamán, y sobre todo que tiene que ser suficientemente friki para ir a pasar días congelándose en el bosque en las cabañitas que correspondan al clan. Eso es vocación. Y si insertamos en ello un agente doble (Erik, que tiene que jugar con las reglas pero no convencido de ellas) que comienza a contaminar un poco el ambiente, tenemos una bomba de tiempo.
Al parecer uno de los principales puntos que han comentado las críticas del público es la cuestión de los jugadores de rol. Sin duda hay un afán por tener un toque realista en contraposición con la idealización fantástica del juego, pero tampoco creo que sea extremo en ese aspecto. Es decir, a mí me gustó que no fuesen un estereotipo del friki jugador de rol como todos lo imaginamos, pero también creo que no lo fue porque entonces la trama no hubiese funcionado. Es muy previsible que los frikis se vuelvan locos y además no los vemos muy audaces. Era mejor esa idea de que gente común se divierte de maneras extrañas y a veces las cosas no resultan tan bien como uno esperaba (también rescatando la idea olvidada de que hay frikis que perfectamente pasan por 'gente común'). Pero por otro lado creo que sí todos los personajes responden a unas ciertas características que tal vez no encontraríamos mayoritariamente si organizáramos una partida de rol así de extrema. Pero, ey, en la realidad de la película funciona.
Creo que es una película bastante refrescante, en el aspecto de que es muy entretenida, mantiene un excelente nivel de tensión y dramatismo, y sobre todo porque nos aleja de las ambientaciones usuales y de las realidades a las que ya estamos todos acostumbrados metiéndonos a un mundo fantástico y extraño que puede tornarse hostil en cualquier momento. Todo sin grandes pretensiones, con un guión bastante correcto que tampoco quiere sorprendernos exageradamente y con unas actuaciones que cumplen en todos los aspectos.
Supongo que yo me quedo con Shaman Murtagh, el gran chamán, quizá porque es el personaje que mejor se mueve entre los dos aspectos extremos de esas realidades.
Está en mi lista de las sorpresas más agradables del festival, para que luego no sienta que todas mis decisiones aleatorias fueron malas.
¿Película canadiense favorita?