29/09/11
Primera película de Singapur de la que nos toca hablar en este espacio. Y la verdad es que la encontré al azar, cuando decidí que me faltaban países por enterarme de qué hacían películas. Con un título tan vago (y con mi limitado conocimiento de Singapur) tampoco es que esperara mucho.
"I don't know if this happens to every Getai singer. During a performance the songs are irresistibly powerful but in real life, there is only silence"
Al principio todo pasa tan rápido que si no fuera por la voz en off no nos enteraríamos demasiado de lo que está pasando. Al parecer en Singapur tienen unas festividades llamadas Getai, que son unas fiestas dedicadas para los muertos pero cuya presentación gira alrededor de conciertos muy específicos. Es una suerte de carnaval limitado a un escenario con cantantes que hacen sus coreografías y karaokes con canciones entre folklóricas y modernas. Y también parece ser que hay gente que se apasiona por ello y vive para eso. Tal es el caso de 'las hermanas Papaya', un dueto conformado por dos amigas que nació de su pasión por el Getai (y por una cantante en particular, Chen Jin Lang) y que fueron bendecidas por la Diosa del Getai (una suerte de drag diva singapurense).
Sí, todo esto como suena.
Y bueno, seguimos las aventuras y desventuras de las hermanas Papaya, su amor por el Getai y sobre todo su violenta enemistad con las hermanas Durián (un dueto de gemelas con aparente ascendencia occidental).
No puedo asegurarlo del todo (dado los limitados conocimientos de la cultura de Singapur de los que le hablé), pero me parece que la película trata, además de seguir los cánones básicos de las películas musicales, de convertir su propia estructura en una referencia de lo que es el fenómeno del Getai. La trama se mueve con un guiño evidente de mascarada, de performance constante, de glamour ficticio y de comedia tierna; del mismo modo en que la muerte y el amor (elementos propios de la nostalgia con que se rememora a los muertos) son elementos fundamentales de casi cada momento de la historia. Resultando no sólo en una visión interesante de una cultura no particularmente conocida sino también una historia divertida y que atrapara fácilmente por su buen ritmo y bien realizada puesta en escena.
Aunque la historia se fundamenta en estereotipos y detalles clásicos de la historia de amor, de rivalidad, de melodrama familiar, lo revisten todo de tanto exotismo (ayuda que casi todo el tiempo lleven encima esos elaborados trajes) y color y brillo que uno se maravilla de cómo las mismas escenas mil veces repetidas pueden volver a resultar graciosas o conmovedoras, siempre en el tono adecuado para no abusar de ninguno de estos elementos.
En algún punto hacia el final, sobre todo en la batalla frutal final con las Durián, sí que puede tornarse un poco pesado para quienes, como yo, no somos particularmente fanáticos de los musicales (después de tanto bollywood y "Glee" ya nadie va a creérmelo), porque parece que si por el director fuera podrían estar cantando ahí una hora más. Pero también los elementos fantásticos y más que hiperbólicos de sus presentaciones ayudan a que uno pueda sobrellevarlo de buena manera.
Una primera visión fantástica de un país al que ahora tendremos que regresar de manera forzosa (cinematográficamente al menos), en espera de otros interesantes descubrimientos como éste.
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