"La chambre des morts", Alfred Lot

06/04/12

En su momento me recomendaron la cinta, bajo la premisa de que era un thriller sencillo y que me parecía en algo a la protagonista. Pero ojalá me pareciera a la bellísima Mélanie Laurent en algo más que en su ficcional fijación por los asesinos en serie.

"Por delicadeza perdí la vida"

La película comienza con una curiosa complicación que nos hace dividir la trama en dos direcciones: por una parte un accidente involuntario lleva a dos individuos a quedarse con una gran suma de dinero y ocultar lo sucedido (lo que generará las correspondientes investigaciones sobre quién es quién, qué pasó aquí y los roces entre los involucrados porque uno nunca puede huir de un sitio sin ser fastidiado por sus propios cómplices, al parecer) y por otra parte la aparición de un asesino cuyo modus operandi está por confirmarse pero que parece ser el de acomodar el cadáver de sus víctimas (niñas) de modo que parezcan muñecas. Ya saben, esos artistas seriales que parecen más preocupados por acomodar sus obras que por el modo en que matan a los involucrados.

Todo esto en una pequeña ciudad francesa, con un equipo de policía que no sabe muy bien que hacer, y una detective madre soltera, Lucie Hennebelle, que ha leído suficientes libros sobre criminología (y probablemente visto todos los programas de detectives y asesinos en la televisión) que ve en este caso su oportunidad de demostrar que es más que una cara bonita. Que todos sabemos que es a lo que aspiramos las mujeres, pero siendo Mélanie Laurent, ¿a quién le importa? Ya es una cara lo suficientemente bonita.

Yo suelo ver con recelo este tipo de historias porque pueden caer fácilmente en el exagerar lo mórbido o preocuparse demasiado por subtramas no relevantes para abarcar un abanico más amplio de géneros, y se pierden un poco en la propuesta esencial del thriller. Y en este caso que nos encontrábamos con dos circunstancias diferentes que tenían que unirse en un esquema más general de las cosas, por momentos temí que no terminara de cuajar el resultado final. 

No voy a decir que "La habitación de los muertos" haya logrado sortear estos peligros de manera excepcional, ya que sí tiene un par de momentos que me parece que el tono o la situación se va hacia rumbos innecesarios, o en que se prima mucho la sensación de fanatismo (ya saben, el énfasis en que ella es *muy* fan de la criminología, o que otros personajes están *muy* clavados en sus intereses particulares, como si tuvieran que dejarlo en claro más allá de lo que sus propias acciones muestran). Por suerte si bien eso hace que de manera general se vea la resolución de la situación como un poco más light de lo que podría haber sido (queriendo caer peligrosamente en ese enorme campo de 'un thriller más del montón', si bien no como un thriller malo), tiene un par de elementos a favor tan bien cuidados que consigue al menos equilibrar un poco las cosas. Por una parte la elección de la tipología y circunstancias del asesino con el que estamos tratando, que muchas veces es un detalle que de entrada impresiona (las primeras puestas en escena de cadáveres y eso) y luego se desinfla por completo. Aquí me parece es una elección bastante bien hecha y además muy particular en ciertos aspectos que no voy a spoilear, como para que al menos por esa parte, aún cuando ya descubrimos de quién se trata, siga resultando un factor de interés. 

Otro de los aspectos es la ambientación y los detalles de la puesta en escena. No únicamente en cuestión de lo que hemos dicho de las escenas del crimen sino en casi todo en la película y particularmente en los detalles mórbidos. No es que vaya a conseguir que se vuelva una escenografía fantástica o exagerada pero sí muy bien lograda y que consigue darle un tono apropiado y de calidad a la trama.

Dicho de manera general, no es que la película va a resultar un éxito rotundo, pero si uno tiene ganas de ver un thriller de asesinos con ciertos detalles mórbidos pero sin esperar mucho más al respecto, es una gran opción. Y, bueno, siendo francesa uno se quita de entrada esa sensación hollywoodense de las producciones estadounidenses. 

Y la protagonista es Mélanie Laurent, ¿tengo que decir algo más?

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