05/01/13
Ahora
no parece, pero en realidad “About Elly” llegó a Adriana y yo poco tiempo
después de “Nader y Simin”. Aprovechando el momento de fascinación iraní nos
dijimos que era el momento para ir por todo. Y todo, lo del director al menos,
no fue demasiado. Ahora qué remota parece la reseña de “Nader y Simin”.
“A bitter ending is better than an endless bitterness"
Un
grupo de amigos, conformado mayoritariamente por matrimonios y sus respectivos
hijos, se disponen a pasar unos días en una casa en la playa. Del grupo destacan
Ahmad, quien vive en Alemania pero fue a pasar unos días a su país natal, y
Elly, maestra de la hija de Sepideh quien la invitó al viaje. Todo parece
orquestado por Sepideh para emparejarlos, pero si su control casi obsesivo
sobre las situaciones comienza a ser un poco molesto al poco tiempo, las cosas
se complicarán todavía más cuando Elly desaparezca.
Con
una estructura básica un poco similar a la que vimos en “Nader y Simin”,
Farhadi aprovecha una situación cotidiana con un giro infortunado para
contrarrestar la modernidad y la tradición en Irán. Al mismo tiempo que analiza
las relaciones humanas cuando se ven sometidas a situaciones de límite.
En
la película convergen muchas circunstancias y sus atenuantes. Por una parte
tenemos la idea de tratar de emparejar a dos personas que no se conocen, que
pareciera casi infantil y que enmascara una realidad entre el matrimonio de
conveniencia y una aparente nueva libertad. Sepideh es una personalidad
dominante pero carismática, que con una aparente ingenuidad trata de
reorganizar todo a su alrededor y que terminará acarreándole problemas de los
que no es consciente. La figura de Elly como misterio y centro de la trama es
maravilla. Ella misma, en realidad, no parece en sí un misterio ni parece
querer erigirse como tal. El misterio es su ausencia, el eco inexistente de
ella en los otros: en realidad no la conocen, una vez que no está no pueden
precisar qué es lo que se ha ido. A todo esto sumado el entramado social y
policial que sigue de manera lógica a su desaparición.
Todos
los elementos están orquestados de manera perfecta, consiguiendo sobre todo que
un grupo amplio de personajes funcione tanto a nivel grupal como individual,
aunque claramente destaquen unos sobre otros. Todas las posibles lecturas van
apareciendo a causa del suceso central que mueve los cimientos de la escena
hasta el momento y nos permite diseccionar cada uno de los aspectos de la
acción, sin que esto resulte ni exhaustivo ni forzado. Un gran número de
posibilidades humanas y condiciones socio-históricas exclusivas convergen en un
drama cotidiano que consigue despertar toda clase de preguntas. Más allá de la
simple visión sobre una sociedad musulmana, conservadora y distinta a la
nuestra, la pregunta más profunda de la trama parece ser un amplio: ¿qué tanto
nos conocemos?
Y
todas sus consecuencias.
Si
ya “Nader y Simin” había resultado toda una revelación, el ir hacia atrás de la
filmografía de Farhadi sólo consiguió dar más solidez a esa primera impresión. Su
capacidad para orquestar una historia en apariencia sencilla que termina por
convertirse en una tormenta de emociones e implicaciones, de manera sutil pero
contundente, es increíble. Siento mucho menos explícita que la pieza que le
mereció el oscar (ciertamente el teléfono de la buena esperanza musulmán
resultaba ilustrador para un público no conocer), consigue violentarnos y
cautivarnos de la misma manera. Con un resultado final inmejorable.
Como gran plus, quedé enamorado de la actriz Golshifteh Farahani, por más que su personaje de Sepideh resultase bastante odiosa.
Pues
nada, parece obligatorio que tendremos que profundizar más en este director.
¿Otras
películas sobre desapariciones que les gusten?
esta ya me la habias recomendado y la tengo en pendientes, es que te pasas!!! ;P
ResponderEliminarReptilio: Para que te den todavía más ganas de verla y no puedas contenerte. Es mi plan malévolo.
ResponderEliminarUna película realmente única y original, una sorpresa para mí cuándo la vi en el cine.
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