29/06/12
En estos días en que todos necesitamos sentir un poco más de confianza en la humanidad (y en mi país, particularmente), queda más que perfecto regresar sobre una de las maravillas de Satoshi Kon que habla al respecto.
"En el último día del año / cuando las cuentas de una vida / se han saldado"
La complejidad de las primeras tramas del director consistía en hablar de personajes individuales que eran a la vez varios personajes: todas las variantes de Mima en "Perfect blue" o las múltiples transformaciones de Chiyoko en "Millenium actress". Con "Tokyo Godfathers" Satoshi Kon se acerca por primera vez al retrato coral para armar una historia con un entramado más amplio. La primera impresión puede ser engañosa al parecer una 'película navideña' (una variante muy venida a menos desde hace ya varios años), pero encargándose de ello un director de tal magnitud, no nos atrevemos ni a sospechar un poco.
Gin, Hana y Miyuki son tres individuos muy distintos que por azares del destino han terminado viviendo juntos en la calle. Gin es prácticamente un vagabundo alcohólico que se ha apartado voluntariamente de la gente, Hana es una transexual que huye de su pasado y Miyuki es una adolescente que se escapó de su casa. Podría parecer que no llevan la mejor relación entre ellos pero son también lo único que les queda y esa noche es navidad. Una navidad que va a tomar un giro extraordinario cuando rebuscando en la basura se encuentren con un recién nacido abandonado y decidan emprender una odisea para encontrar a su familia.
La película es tan rica en significados que uno puede detenerse en un gran número de detalles para tratar de explicarla. Yo me detendré en el que particularmente me atrapó de manera especial y es la idea de las oportunidades. Todos los personajes que se van apareciendo en la trama mantienen una especie de dicotomía entre la pérdida de oportunidades y el deseo de tener una más. Esto puede referirse tanto a la familia, las parejas, las oportunidades, el deseo de integrarse. La primera faceta de desesperanza parece acentuada por una nochebuena helada que debe vivirse fragmentariamente y en la calle, cuando de pronto el bebé abandonado aparece como la única posibilidad de redención para todos ellos: si bien es posible que en sus vidas no tengan una nueva oportunidad, pueden encontrar esa paz por medio de permitirle al bebé tener la suya. Tarea que no será nada fácil y que los hará encontrarse con aspectos de sí mismos que habían tratado de dejar atrás al convencerse de que ya no estaban esperando nada.
Pero es imposible no esperar nada.
Si la trama de "Tokyo Godfathers" no extrañaría tampoco de encontrarla en una típica película navideña, es claro que la orquesta emocional que consigue el director a través de sus personajes y su desenvolvimiento a lo largo de la trama consigue una cinta altamente emotiva pero que al mismo tiempo se aleja de clichés fáciles y resoluciones cursis. La metamorfosis por la que atraviesan los personajes no es sencilla, el encuentro con uno mismo es doloroso y la oportunidad que se busca puede no ser exactamente lo esperado. Es una película increíblemente humana, emotiva, divertida, emocionante y bella. Si no es raro que Satoshi Kon consiga movernos de manera tan natural como poderosa hacia ciertos sentimientos, nos encontramos aquí con su ejemplo más fraternal y esperanzador, sin por eso alejarse de los valores técnicos, artísticos y la complejidad psicológica que lo caracteriza.
Como siempre, no puedo comparar entre su filmografía porque creo que he llegado a un punto en que cualquiera de las películas de Satoshi Kon me parecen lo mejor de Satoshi Kon. Es sencillamente maravillosa.
Pienso en ella y me vuelvo a emocionar un poquito, uy. Hay momentos en que nos decimos que no esperamos nada cuando en realidad estamos esperando un milagro.
¿Película 'navideña' (en su acepción más amplia) favorita?