27/02/13
En otro de esos maratones sabatinos en que arrasaba, junto
con Adriana, con todo lo surcoreano a nuestro paso, le tocó el turno a “Attack
the gas station!”. Había leído buenos comentarios sobre ella y aunque el
aspecto de comedia no es mi punto fuerte, igual pensaba darle una oportunidad.
"Tonight, we die with honor!"
La premisa es hasta un poco confusa. Un grupo de rebeldes
ociosos asaltan una gasolinera. Siendo innecesariamente anarquistas someten al
pequeño grupo de empleados y se llevan con el dinero después de fastidiarlos un
rato. Aburridos tras el atraco no saben en qué más ocuparse que regresar, ¿a
quién se le ocurre regresar a la misma gasolinera que acaban de asaltar? A ellos.
Y en su segundo asalto comenzarán a converger una serie de personajes y
situaciones atípicas que irán complicando la situación a niveles increíbles.
El inicio es un poco raro, las primeras secuencias de
asaltos suceden de manera un poco apresurada y sin ninguna clase de juicio. No sabemos
bien si ponernos de lado de las víctimas o de los asaltantes, al mismo tiempo
que todos resultan personajes difíciles de acercarse a ellos. Entonces, cuando
todo comienza a complicarse, nos encontramos sin poder ubicarnos en ninguna
perspectiva y puede resultar un poco confuso. Los cuatro asaltantes en un
primer momento nos parecen tan solo anarquistas ociosos con tendencias a la
violencia. Pero justo cuando vamos a decir ‘oh, la juventud surcoreana de hoy
en día’, es que poco a poco vamos entendiendo mejor lo que sucede, al tiempo
que una serie de situaciones absurdas van llevando a complicaciones todavía más
absurdas.
En la distancia debo decir que “Attack the gas station!” ha
sido de las sorpresas cómicas más memorables con las que me he encontrado en un
buen tiempo. Sin configurarse de manera demasiado directa como una comedia (por
la presentación de la trama uno podría pensar que se trata más bien de una
película de acción y/o de asaltos) va generando una serie de situaciones
cómicas originales, con un humor bastante particular y apropiado. Y, sobre
todo, con un excelente timing: hay un cuidado bastante claro con el ritmo de la
narración, donde las situaciones se nos muestran de manera abrupta y
vertiginosa pero el desarrollo de personajes es lento, enrevesado, muy
apropiado para irse descubriendo poco a poco y en el momento más adecuado. A lo
que se suma, claro, unos magníficos personajes principales bastante bien
representados. Uno de ellos es mi amado Ji-tae Yu (“Oldboy”, “Into the mirror”).
Lo que podría comenzar pareciendo una denuncia contra esa
nueva generación joven sin dirección termina por dar un giro radical al
acercarse a los casos particulares de estos jóvenes asaltantes y el camino que
han recorrido. Sin embargo ese mensaje no es una intención que prime y la
película se centra en sus secuencias de acción y comedia, pero consiguiendo que
uno sea capaz de construir un contexto mucho más amplio que la simple puesta en
escena.
Siempre se ha dicho que la comedia es uno de los géneros
cinematográficos más difíciles de traducir porque culturalmente no nos causan
risa las mismas cosas. Eso ha hecho que las producciones cómicas orientales
sean menos conocidas aquí en occidente que otros de sus géneros, ya que no
suelen resultan demasiado exitosas. Y si yo le tengo una fe total a los
thrillers surcoreanos eso no me sucede con todos los géneros, especialmente con
sus melodramas a los que les temo bastante.
Y esto no significa que ahora vaya a confiar ciegamente en
la comedia surcoreana pero sí significa que pese a todo mi temor inicial esta resultó
una revelación total. Y sin duda va a colocarse en mi más que corta lista de
comedias favoritas de todos los tiempos.
Hay una segunda parte con la que no he querido apresurarme
demasiado por aquello de ‘segundas partes nunca fueron buenas’ pero ya le
tocará su momento. Y quién sabe, a lo mejor me vuelven a sorprender gratamente.
¿Última buena comedia que hayas visto?