11.4.15

Un clásico que ya hacía falta por acá y que no necesita mucha más introducción.



"Goodness is something to be chosen. When a man cannot choose he ceases to be a man"
"Naranja mecánica" es de esas películas que no necesitamos haber visto para saber cuál es la esencia más pura de su historia: la violencia. Alex DeLarge es un joven pandillero en un futuro distópico que vive entregado a la violencia y su furor. Extravagante y dramático, su mundo es una serie de sucesos abruptos y sin-sentido. Golpizas a hombres en desventaja, allanamiento de morada, violaciones. Este espiral caótico que parece enmarcado por música clásica y refinados escenarios. Arte y máscaras. Como si no hubiera un límite claro entre los extremos de ese futuro. 

Sin embargo, siendo una revisión tan cuidada de la ultraviolencia, la crítica no parece superficial ni evidente. Si la degradación social aparece en escena desde el primer momento, la estructura de este nuevo orden se complejiza cuando DeLarge es arrestado y sometido a una terapia experimental para borrar esos impulsos criminales. El tratamiento Ludovico, pese a su aparente sofisticación tecnológica (propia de un futuro distópico, a final de cuentas), no parece alejarse demasiado de la tortura medieval, neutralizando a Alex de la misma manera degradante en que él atacaba a la sociedad. El individuo queda nulificado ante el sistema, Alex queda libre pero mutilado no sólo de sus deseos violentos sino también de otras características socialmente básicas. 

Esta paradoja, dramática en su puesta en escena, reside la fuerza de la historia: la violencia no es unilateral. Es parte de un ciclo indiscriminado que no puede interrumpirse al suprimir un solo elemento. Alex agrede constantemente a una sociedad de la que se asume parte pero de la que vive también marginado. El Estado trata de trasgredir esta violencia con más violencia, con un control que va del cuerpo de los individuos a psiques que ya están por completo dañadas. Y sólo hay una manera de reestablecer el equilibrio. 
Todos sabemos cómo termina esto.

A décadas de la adaptación de la obra de Anthony Burgess, autor que no estaba demasiado convencido de que Kubrick estuviera al cargo de la dirección, "La naranja mecánica" no es sólo un clásico más que consagrado sino una pieza que ha mantenido su poder y su vigencia a través del tiempo. Una crítica feroz, una estética perfecta y un fantástico espiral de violencia girando alrededor de un enorme Malcolm McDowell. No sorprende demasiado que sea probablemente la película más reconocida de un director que de por sí tiene una filmografía más que destacable.




¿Otras películas sobre terapias extremas?

7.4.15

No vi en su momento, ni a día de hoy, la película que se llevaría el Óscar a Mejor Película Extranjera en el 2011: la danesa "In a better world". Pero me resulta imposible creer que pueda ser ni remotamente comparable con la maravilla que es "Incendies". Y es que "Incendies" es, de hecho, una de esos raros fenómenos cinematográficos que aparecen cada cierto tiempo para recordarnos cuan poderoso y cuan apasionante puede ser el cine. Y por qué lo amamos.



"Te sufro toda la dulzura del mundo, amor mío"
Basada en un guión teatral de Wajdi Mouawad (un increíble autor al que apenas estoy empezando a descubrir) y dirigida por un autor que ya no necesita introducción pero que en aquel entonces fue una inesperada sorpresa, Denis Villeneuve; "Incendies" competía con la bandera canadiense pese a concentrar la mayor parte de su acción en Medio Oriente (un Medio Oriente un poco ambiguo que escondía los detalles específicos del conflicto en Líbano). Sin duda la relevancia de su premisa no era sólo ese viaje al pasado, sino justamente el final de una travesía que daba lugar a una familia inmigrante en Canadá. Con una abismal distancia entre ellos y su pasado. 

Nawal Marwan es una mujer mayor que ha criado a sus hijos gemelos en Canadá. Durante una aparentemente regular visita a una alberca pública, Nawal comienza a sentirse mal y esa afección la conduce rápidamente a la muerte. Jeanne y Simon, sin tener tiempo a reaccionar a lo que está sucediendo, se encuentran con la última voluntad de su madre: dos sobres que deben entregar a su padre y a su hermano, respectivamente. Los jóvenes, que no conocen nada sobre la vida que su madre tenía antes de arribar a Canadá ni los sucesos más trágicos de la misma, tendrán que embarcarse en un viaje a Medio Oriente y al oscuro pasado familiar. Armando una historia propia, uniendo de nuevo los lazos que llevaban años rotos, y al tiempo trazando en ese micro-universo una cierta historia nacional.

"Incendies" es una historia que tiene que vivirse y descubrirse a la par de sus poderosas imágenes, de su crueldad y belleza, de la sorpresa de un hilo negro y las fantásticas actuaciones de sus protagonistas. Una increíble película capaz de sumergirnos en un pozo de dolor y también de hablarnos de los inconmensurables límites del amor. Una melodía maravillosa que nadie debería perderse. 

Recientemente vi una serie en la que también participa Lubna Azabal, quien interpreta aquí a Nawal, y es sorprende la capacidad de registro y emociones por las que puede pasar esta actriz de origen marroquí. Sin duda habrá que seguirle la pista.




¿Otras buenas películas sobre conflictos en Medio Oriente?

3.4.15

Crímenes a la mexicana con Ripstein y su "Profundo carmesí".



"Te regalo mi navaja y mi vida"
Arturo Ripstein, además de ser uno de los directores más reconocidos del cine mexicano reciente, es también un autor especialmente interesado en los aspectos más oscuros de la psique humana. Aprovechó diversas historias reales y novelas nacionales para sus películas, al igual que llevó tramas de otras culturas a aterrizar en su pequeño universo mexicano. Tal es el caso de los Asesinos de los Corazones Solitarios, una pareja de estadounidenses que se dedicaron a la estafa y el asesinato durante los años 40. 

Coral Fabre es una enfermera que vive con sus dos hijos y que sueña con el hombre ideal encarnado en la imagen de un actor francés. Nicolás Estrella es un hombre que busca relaciones a través de avisos de periódico y que presume de su parecido con el actor. Un encuentro fortuito lleva a una obsesión que construirá una sangrienta carrera criminal. Las estafas de Nicolás, quien gusta de sentirse un casanova, se ven condicionadas por la presencia controladora de Coral, quien asume rápidamente un papel de hermana para vigilar a su hombre, llevando los encuentros hasta extremos fatales. 

"Profundo carmesí" respecta muchos de los detalles originales de la historia, como el sobrepeso de Coral, el origen español de Nicolás y las dinámicas para los crímenes; pero en el punto en que la historia consigue sobrepasar su condición de 'basada en hechos reales' es en la delibera atmósfera enrarecida que Ripstein consigue al combinar distintas tendencias. Grabada con un aire a cine clásico criminal estadounidense, los escenarios mexicanos lucen excéntricos por comparación, agravado por el patetismo de los personajes encarnados por Regina Orozco y Daniel Giménez Cacho haciendo gala de desastrozos atributos físicos. La tendencia del director hacia un realismo mágico decadente y anacrónico complementa una serie de secuencias donde la puesta en escena llega a brillar incluso más que la historia, en la que destaca la obsesión amorosa antes que los detalles puntuales. 

Aunque resulte quizás más reconocida que de las mejor logradas dentro de la filmografía del director (difícil compitiendo contra "El lugar sin límites" o "El evangelio de las maravillas") se trata de una curiosa adaptación tras-cultural de un crimen clásico, cuya misma naturaleza epistolar no hace sino sumarse a ese extraño pero contundente resultado. Sin duda Ripstein es de esos directores de los que tengo que plantearme ver todavía más películas.




¿Otras películas sobre parejas de asesinos?