31.12.10


31/12/10
Y terminamos el año con un anime de proporciones catastróficas. Por llamarlo de algún modo. Desde que he vuelto a los animes (no con la fuerza que me gustaría pero no se me da el seguir capítulo tras capítulo) Iván ha insistido en recomendarme de todos los géneros posibles. Aunque como sabe que mis limitaciones van en virtud del número de capítulos, me imagino que de pronto me recomienda lo que se pueda. Y así llegué a "Tokyo magnitude 8.0". Que tampoco es que los terremotos me llamen mucho la atención, ni ningún tipo de catástrofe natural en general.



"Simplemente todo debería ser destruido. O al menos eso era lo que solía pensar todos los días"
Una de las primeras cosas que se nos advierten, y que de algún modo le dan un buen toque a la premisa de la trama, es que todas las situaciones han sido pensadas basadas en estudios reales sobre lo que podría suceder en la ciudad de Tokio en caso de que fuera golpeada por un terremoto de magnitud 8. Una visión sobre cómo responderían los edificios, las zonas, cómo sería probable que se movilizara el gobierno y un largo etcétera que vamos captando durante los capítulos, todo alrededor del suceso central, el cual vemos a través de la perspectiva de Mirai, una chica de secundaria.

Mientras veía el primer capítulo me pareció rara la elección de Mirai como personaje principal. Por una parte porque dado que es un anime con ciertos toques de realismo, no tiene ninguna cualidad particular de heroína ni semejante, y luego es que tanto por su edad como por su condición resulta un personaje bastante antipático al principio. Al avanzar un poco la trama entendemos de algún modo cuál es el interés de que sea precisamente su visión (aunque nos encontraremos con otras muchas historias de supervivientes) la que se erija como eje central: su condición de casi adolescente, sus rencores absurdos contra todo y su modo caprichoso de manejarse la inclinan hacia el concepto mismo de catástrofe. Al inicio ella misma declara que de algún modo siempre deseó que todo se fuese al diablo (en algún arranque de pubertad, claro está). Sin embargo ahora, que todo realmente corre el peligroso riesgo de ser destruido, su posición ante el mundo tambaleará tanto como los edificios de Japón ante tantas réplicas después del gran temblor.

Mirai había ido con su hermano menor, Yuuki, a una convención de robots el día del suceso y se encuentra a solas con él sin poder regresar a su casa. En el transcurso se encuentran con Mari, una mujer que también busca regresar a su casa donde se quedaron su madre y su hija pequeña. Aunque al principio desconfían de ella resultará más fácil seguir en su compañía que moviéndose solos. Durante los 11 episodios que componen la serie los personajes atravesarán la ciudad en ruinas para tratar de encontrarse con las personas amadas, todo esto con sus respectivos obstáculos y al tiempo en que se cruzan con varias otras historias.

Aunque hay varios elementos ciertamente animescos (los personajes no dejan de ser algo estereotípicos y el estilo visual es considerablemente simple), la mayoría de la acción se mueve entre lo dramático y lo realista y me parece que consigue su objetivo, aunque hacia el final me pareció que buscaban de manera fácil tocar la fibra sensible del público. Algo muy sencillo tratándose de una historia que constantemente toca pérdidas, aunque no las muestren del modo más crudo posible por preservar aún ese toque suave de las caricaturas infantiles.

Debo decir que me pareció principalmente interesante, creo que es un tema que no se ha planteado demasiado (sobre todo porque en anime los grandes cataclismos suelen ser seguidos por cualquier elemento de ciencia ficción) y se maneja bastante bien. Sin embargo creo que las historias se mantienen en el punto exacto en que sirven bien para hilar la historia general pero no resultan tan interesantes u originales como para atraparnos o encantarnos por completo. Si bien después del primer capítulo pensé que sería una serie muy pesada, conforme avanzaba la acción la sentí pasar de modo muy fluido. Con todo no terminó por gustarme demasiado ni mucho más, creo que se queda en el punto anecdótico.
Aunque, como siempre, se agradece ver historias que todavía busquen manejar alguna trama no tan convencional. Sobre todo en anime cuando a veces se producen tantos que llegan a ser demasiado parecidos entre sí.




¿Animes que hayan visto recientemente como para recomendar?

Y, bueno, les deseo muchas buenas películas para este nuevo año, y en general muchos buenos deseos :)

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