20.1.12


20/01/12
Si siguiera el orden correcto creo que terminaría hablando de esta película en el 2013. Pero le he dicho varias veces a /trincheras que la vería pronto y espero que no piense que le estoy mintiendo descaradamente. Además que ya me tocaba ver algo de Lisandro Alonso, la verdad.



"Siempre hay un tropezón en la vida"
El aire pacífico del día de Vargas tarda en hacernos ver que sus paseos no salen jamás de los límites de una cárcel, y que además es el último día que pasará en ella. Parece vivir ese último día como otro de tantos más durante los últimos años, pero a la mañana siguiente ya está libre. A partir de ese momento emprende el camino para ir al encuentro de la hija que hace tantos años que no ve.

La trama, presentada de manera general, es una declaración engañosa. Vista así uno podría pensar que trata de una historia más o menos tópica del hombre que habiendo estado encarcelado tanto tiempo se encuentra de pronto con el mundo real y trata de rearmar lo que perdió al entrar en la cárcel. Pero "Los muertos" está lejos no sólo de ese sentimentalismo fácil sino también de cualquier juicio evidente sobre lo que se esté presentando. Vargas es un vacío semántico, un hombre del que no podemos estar del todo seguros qué es lo que piensa, por qué hace lo que hace, y se desenvuelve con una hiper realidad brutal, sencilla, aparentemente desprovista de significados. Sus acciones en extremo cotidianas no nos remiten a la noción de lo que deberíamos ver como su primer día libre, tampoco lo encadenan a un pasado que sólo se enuncia fugazmente sin explicarse. Es una historia que lo único que delata es que nada sabemos de ella.
Lo que importa es el viaje.

Cuando comenzaba ese lento peregrinar por la Argentina rural yo temí un poco que se tratara de una de tantas películas que se aprovechan de las tramas demasiado realistas y demasiado lentas para compensar la falta de ideas. Que es algo que podría también parecer un poco ante una historia tan general. Pero si bien en cuestión de acciones hay poco que se pueda enunciar de manera relevante, todo el seguimiento que hacemos a lo largo de los distintos momentos de su camino están llenos de símbolos, sugerencias constantes al espectador que nos remiten, además, a nociones contradictorias que convierten la ambientación (donde podría haberle limitado a la fotografía bonita de la naturaleza) en una sensación constante de duda, de incomodidad. Ese viaje puede verse por momentos bajo la luz de la búsqueda de redención (que corresponde a la idea más general de la trama) pero también como un descenso a los infiernos. Los tensos personajes con los que se encuentra Vargas en su recorrido pueden justificar su actuación por una elección de 'actores no profesionales' pero también por una representación hiper realista de la propia realidad que le confiera algo de sentido del absurdo. Y Vargas mismo es todos los símbolos y ninguno, los más evidentes y los más confusos. 
Y llegado a ese punto de revelación sin revelación la pregunta esencial es la que de inicio podría habernos parecido menos relevante, por obvia: ¿Quiénes son los muertos?

Sin duda se trata de una película denso, con un diálogo mínimo, con muchas escenas aparentemente triviales y donde está en uno suponer y poner en duda todo lo que se está viendo. Pero al mismo tiempo consigue cautivar de una manera extraña sin que uno sepa muy bien a qué se debe, sólo queda la sensación de haber caído en una trampa sin entender del todo en qué consiste dicha trampa. Lo cierto es que por un lado tiene un gran número de elementos que yo suelo odiar en otras películas (y que me parecen muy representativos de directores cuya obra no suelo disfrutar) y que sin embargo me parecieron maravillosamente orquestados en una pieza que, irónicamente, en su vaguedad resulta a la vez de lo más sólida. 

No tengo que decir que pronto estaré a la caza de las otras películas que conforman la filmografía del director, ¿verdad?




¿Película favorita de Lisandro Alonso?

0 guiños:

Publicar un comentario