27.2.12


27/02/12
Pues no voy a comentar nada de los oscar porque este año no vi absolutamente nada y ni siquiera odiaba a alguna película irracionalmente para desear con todas mis fuerzas que no gane. Fuera de que me alegra que "Nader y Simin" y "Rango" se llevaran sus respectivos premios, no tengo más que acotar. Así que seguimos con el mini maratón de algunas de las películas de samurai que uno tiene que ver antes de morir, continuando con "Harakiri", que ha sonado recientemente debido al remake de Miike.



"Incluso el samurai más valiente no es más que un simple ser humano"
Si ya antes habíamos comentado con "Los siete samurais" lo que representó para la clase guerrera por excelencia la entrada de Japón en un momento de paz y la consiguiente degeneración de la jerarquía samurai, Kobayashi lleva la situación todavía más adelante representando dicha problemática sin ninguna clase de concesión y con toda la dureza y realismo posible.
Un ronin ya mayor y sumido en la pobreza, Hanshiro Tsugumo, llega a la residencia de un damyo (algo así como señor feudal) solicitando que se le permita cometer suicidio ritual en el patio interior del sitio, una costumbre más ideológica que real en los momentos en que se encontraba Japón donde el pensamiento samurai había perdido su importancia capital en la vida de los guerreros junto con sus posiciones en los distintos ejércitos. Aunque es recibido y en teoría se le debería permitir su solicitud, las personas de la casa temen que o bien sus supuestos deseos sean motivados por querer despertar lástima y recibir dinero, o que si son sinceros y llevados a cabo eso le traiga mal nombre al señor en cuestión y su honorable casa. Para tratar de disuadirlo, sea cuales sean sus intenciones, se le relata la historia de otro ronin que llegó con la misma solicitud algún tiempo antes y el funesto destino que le deparó. Pero Tsugumo se mantiene firme en su propósito, y además tiene a su vez una historia qué relatar.

Algo comenté de manera tangencial respecto a esta versión al hablar del remake a manos de Miike. Un desafortunado remake, además. Y es que para hacer una declaración total de intenciones debo decir que para mí es ésta la mejor película de samurais que he visto (y dado que me faltan pocos grandes clásicos, voy a asumir de una vez que aún después de ello seguirá siendo la mejor), con todo el perdón de Kurosawa. Si bien su estructura narrativa no es particularmente compleja ni innovadora, sirve de manera precisa para darle todas las dimensiones de la idea del samurai en el lapso de dos horas y media que dura el metraje (y en donde uno queda tan atrapado desde el inicio gracias a la fuerza de las narraciones que no se hace en absoluto pesado todo este tiempo). Este juego de narraciones paralelas que cuentan dos versiones de una misma historia no sólo tienen ese atractivo inicial, sino que precisamente problematizan una situación histórica que de otro modo podría verse de manera unilateral. Aquí no es sólo la cuestión del honor del guerrero o del bushido como forma de vida, sino de una realidad cruda y una adversidad total en el momento en que uno se da cuenta de que todo por lo que ha vivido le da la espalda. Si bien Tsugumo se mantiene incólume como la representación máxima del samurai, todo el honor inherente a su persona se ha perdido por completo y su destino (por más honorable que pueda parecernos dadas las circunstancias) está guiado por un hado errático y desesperanzado. Todo esto claramente representado por un ritual tan increíblemente noble como cruel, como el seppuku.

Además de la maravilla narrativa de la historia, los actores le dan un plus magnífico, sobre todo en el caso de Tatsuya Nakadai como Tsugumo quien tiene una fuerza increíble tan solo con su presencia. El modo en que la historia gira alrededor de él no sólo en temática sino incluso de manera visual lo vuelven un eje sólido de la tormenta que se anuncia durante horas pero dura apenas unos momentos. Con su aspecto descuidado y sus ropas maltratadas consigue aún irradiar todos los tópicos con los que podríamos revestir la figura del samurai por excelencia. Para completar está Akira Ishihama, como el primer ronin que se presenta y probablemente el personaje que más evoluciona conforma de la trama por ser precisamente quien va cambiando dependiendo de la versión, hecho que se manifiesta a través de su actuación y su misma presencia. Y finalmente Tetsurô Tanba, un excelente actor que se impone desde su mera aparición en cualquier cinta, como representación del falso orgullo samurai, encarnando uno de los principales samurais de la casa a donde Tsugumo acude y orquestador de intrigas 'en beneficio del nombre de la familia'. 

Por donde se vea es una cinta redonda, con dosis exactas de acción y drama, con una narración impecable y llena de símbolos visuales que juegan en dos sentidos entre las apariencias y la ineludible realidad. Si bien resuena mucho menos que los numerosos grandes títulos de Kurosawa me parece una pieza tan imprescindible. 
De hecho uno de los grandes clásicos samurai que me falta por ver es también obra de Kobayashi, "Samurai rebellion". Por no mencionar muchas otras películas de su filmografía que si resultan la mitad de buenas que ésta ya deben ser más que dignas de verse. 




¿Alguna película favorita de Masaki Kobayashi?

3 comentarios:

  1. ahhhh yo si vi los Oscar ayer hahaha ;O y si me agradaron, solo creo que dejaron fuera a Di Caprio y a Ryan G. y Drive tenia que estar por ahi tmb.

    Una duda de mi ultimo comentario de samurais :P

    ¿Hattori Hanzō si era samuray no?


    Que sea una gran semana S

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  2. Nada, otra que no conocía.

    Me alegra que no comentes los Oscars, hoy que no se habla de otra cosa. A estas horas (las 6 de la tarde) sólo se (por comentarios de la gente en el trabajo) que la triunfadora ha sido The Artist. Pues vale. No me interesan esos premios en absoluto. Para mi sólo sirven para pagar/devolver favores, dejarse ven en la alfombra y promocionar blockbusters. Realmente no premian las mejores películas, sino las más caras, las más promocionadas o las más políticamente correctas.

    Ay que a gusto me he quedado :p

    Saludos.

    Pd. Gracias por la recomendación, me apunto Podium sin duda.

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  3. Reptilio: Hattori Hanzo fue originalmente un samurai de clase baja que después se hizo más famoso al convertirse en ninja. La diferencia es que los ninja no estaban regidos por ningún código de honor y se especializaban más en trabajos sucios como espionaje y ataques no muy honorables. Actualmente se usa su nombre para un montón de personajes, por la fama que se creó.

    Charly Hell: Jo, pues creo que yo odio un poco menos los oscar, pero es cierto que como referencia cinematográfica sirven de muy poco. Con todo tu puedes pasar a quejarte por aquí de lo que quieras cuando quieras, que uno siempre se siente mejor después de quejarse x)

    Saludos.

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