02/03/12
Esta recomendación se la tomé a alguien que la reseñó hace mucho tiempo ya en el fotolog y ahora no puedo recordar exactamente quién fue. Pero con todo y la sinopsis mínima creo que yo no necesitaba saber más que se trataba de una película de zombies canadiense para decidirme a verla de inmediato.
"You know, the french philosopher Roland Barthes described 'trauma' as a news photo without a caption. And that, folks, is what I think we have here now"
Grant Mazzy trabaja en una pequeña estación de radio que emite desde algo bastante cercano al sótano de una casa, en una pequeña población de Ontario, Canadá. Le toca emitir desde muy temprano así que podemos deducir que no es demasiado popular y eso le sirve para poder hablar libremente en sus largos soliloquios al micrófono. Como equipo técnico sólo necesita un par de asistentes más que además de controlar volúmenes le brindan información exacta de lo que dice y tratan de controlar el tono desenfadado con el que se refiere a todo.
Y parecería ser una mañana más en un pequeño pueblo donde nunca pasa nada y donde quizá no mucha gente siquiera escuche el programa de radio, pero comienzan a anunciarse (a través de su corresponsal en el exterior) una serie de manifestaciones que terminan por considerarse muestras de violencia completamente arbitraria de personas en la ciudad y ciudades aledañas. Todo parece extraño pero seguro que cualquier interrupción a la cotidiana paz sería extraño, sino fuera porque las noticias de esta clase de eventos continúan llegando y cada vez parece más que la situación se va saliendo de control.
La película es una de esas clásicas representaciones de que cuando tienes una buena idea no necesitas muchos recursos para hacerla, ni siquiera cuando se trata de películas de zombies donde nuestra premisa inicial es que el presupuesto se irá en extras y mucho maquillaje (y un par de prótesis de miembros mutilados, no faltan). Aquí nos encontramos una película donde bien podría no haberse visto un solo zombie y aún así hubiera conservado el tono y el ritmo exacto con que se fue desarrollando de manera magistral. Teniendo lugar absolutamente todo dentro de un sótano cerrado, con mínimos personajes y con prácticamente toda acción manifestándose a través de llamadas al programa, "Pontypool" es un giro por completo inusual en lo que a tramas zombies hemos visto últimamente, y que además se preocupa mucho más por el fondo que por la forma.
Si en la eterna batalla Romero vs Boyle ya parece que todas las películas tienen que encasillarse como 'zombies clásicos' vs 'zombies contemporáneos' (o 'zombies lentos' vs 'zombies rápidos', o 'zombies' vs 'infectados'), la propuesta aquí no sólo consiste en cómo hacer una película de zombies en un sitio cerrado, con pocos personajes y sobre todo con muy pocos zombies; sino en cómo proponer un nuevo tipo de zombies que no tengan que seguir únicamente la lógica de 'me muerdes y ahora es mi turno'. No voy a hablar mucho más al respecto porque es parte de lo que tiene que irse descubriendo, pero para eso Tony Burgess (autor de la novela en que está basada y guionista de esta versión cinematográfica) se enfocará en un elemento que ha pasado completamente por alto, por no ser algo inherentemente orgánico (en un género tan orgánico como es el de los muertos vivientes): el lenguaje. Suena descabellado y aún cuando se plantea de manera lógica dentro de la trama parece serlo, pero tampoco es como si la premisa de muertos que vuelven a la vida y andan por ahí contagiando una suerte de virus zombie sea mucho más realista. Para ello sirve también el hecho de localizarse en un país con más de una lengua oficial (aunque el aspecto más multicultural de Canadá no se aprovecha, probablemente por ser una zona pequeña y apartada de las urbes) donde la ambivalencia de esta situación es puesta a prueba.
Raro, sin duda, pero bastante efectivo, uno puede encontrarse de acuerdo o no con algunos de los giros que esta propuesta hace, sobre todo hacia el final, pero es imposible no aceptar que es llevada de manera refrescante, con un excelente ritmo y sobre todo siendo bastante congruentes con lo que se presenta. Demostrando que el género zombie no tiene que estar peleado con las reflexiones filosóficas, claro.
La película se sostiene capitalmente sobre Stephen McHattie interpretando a Grant Mazzy y no necesita más porque es perfecto. No sé por qué nadie le da un programa de radio inmediatamente porque queda claro que cuando se acerque el fin del mundo (zombie) alguien tiene que informarnos.
A mí suele darme la impresión general de que Canadá no brilla demasiado en el panorama cinematográfico actual (y por ello no me refiero a que sus producciones no sean buenas, sino que pareciera que da la impresión de que no busca destacar demasiado) pero luego aparecen estas joyitas casi dispuestas como un encuentro casual y maravilloso que nos regalan las producciones del norte.
¿Película favorita sobre un programa de radio?
ahhhh pues como buen fan de zombies me la anoto :D
ResponderEliminar¿por cierto te gusto Highschool of the Dead? a mi si y mucho :P
En cuanto a tu pregunta, pues pense en Private Parts - Betty Thomas (1997) y me dan ganas de ver la de The Boat That Rocked (2009) de Richard Curtis hasta me dieron ganas de hacer ese miniciclo :P
Suerte y que sea un buen fin de
Um... De entrada me recureda a esa tonteria llamada "30 días de oscuridad", pero por lo que comentas el resultado es mucho más positivo, habrá que echarle un ojo.
ResponderEliminarReptilio: Tengo bien pendiente "Higschool of the Dead", no tengo perdón, aunque he escuchado muy buenos comentarios al respecto. De las películas que comentas sólo he visto "The boat that rocked" y la verdad no me gustó demasiado: es entretenida, tiene una muy buena estética, pero creo que me la esperaba mucho mejor. Sobre todo más cómica.
ResponderEliminarDescubrepelis: ¡A mí me gustó "30 días de noche"! Así que quizá no soy la mejor para recomendarte películas de zombies :P
Saludos.