02/09/09
Yo ya no necesito ninguna razón más para convencerme que Miike es, sin duda alguna, uno de mis directores favoritos. Y que me encanta en casi todo lo que hace (y por 'casi' sólo se me ocurre la excepción de "Llamada perdida"). Así que verlo no puede ser sino una delicia. Así que ese día, entre nuestro maratón de golpes, que yo interpreté también como violencia fortuita, tuve que hacer mi pequeño berrinche para que incluyéramos también esta primera parte de la saga de Miike con Riki Takeuchi y Shô Aikawa.
"My father was a small-village cop in a town where nothing ever happened. He just hung around like a scarecrow, until he died. But like they say - even a scarecrow keeps away the sparrows"
La película incluye todos los tópicos que Miike ha hecho ya suyos en una de sus vertientes cinematográficas: yakuzas, armas, corrupción, alguna prostituta o bailarina exótica, mucha sangre, más yakuzas. Y, bueno, cualquier excusa para que se derrame más sangre, bastaría decir. No diría que es la variante menos sorpresiva del cine de Miike pero sí que ya sabes más o menos que esperar. Aunque eso no quiere decir que no vayas a disfrutarlo (si disfrutas la temática en general, claro).
Todo el desarrollo se da desde dos perspectivas distintas que juegan a ser antagónicas aunque conforme avance la película nos iremos dando cuenta que no lo son tanto. Por un lado tenemos a Ryuuichi, quien es a todas luces un criminal, pero quien recibe recientemente a su hermano quien ha regresado de estudiar en los Estados Unidos. Y a quien es difícil explicarle que todos sus estudios fueron pagados con los trabajos que Ryuuichi y su grupo prestan a la mafia yakuza.
Probablemente el mejor aporte de todo esto es que en lugar de presentarnos desde lo más importante de los yakuzas, como suele suceder en otras películas donde todo gira entorno a uno de los líderes, Ryuuichi es parte de un grupo casi marginal, las partes menos privilegiadas por todo ese entorno violento. Y no tardaran mucho en darse cuenta de lo prescindibles que son.
Me parece increíble lo distinto que puede verse Riki Takeuchi de su terrible papel en "Battle Royale II". Es como si Miike sacara lo mejor de él, aquí resulta es una figura imponente y considerablemente carismática.
Por el otro lado se encuentra el detective Jojima, quien se mueve ambiguamente entre su posición del lado de la justicia y su amistad (por usar algún eufemismo) con algunas bandas yakuzas. Su vida parece que no podría estar en un peor momento y trata de mantenerse equilibrado entre sus problemas familiares (una hija que lo odia pero que además está enferma y requiere una operación pronto, y una esposa indiferente que aparentemente lo engaña) y sus deberes como oficial. Debido a esta inestabilidad, se moverá peligrosamente entre un punto y otro. Como podemos apreciar en la explícita imagen que elegí para ilustrar la entrada.
Y nadie mejor que Shô Aikawa para representar esa imagen de detective japonés imperturbable cuya vida se desmorona. O será que me encanta después de haberlo visto haciendo de yakuza trastocado en "Gozu".
¿Y después de eso? Muchos negocios sucios con la mafia, mucha violencia, jefes yakuza con los más extraños y sádicos fetichismos, historias contadas a medias, relaciones interfamiliares problemáticas. Y por el estilo.
Al principio diría que incluso da el gancho de ser una historia bastante realista, en la medida de lo posible. Esto es que se guarda los elementos extravagantes de los que Miike suele hacer gala, de esos detalles irónicos medio fantásticos que enfatizar el absurdo y se limita a la violencia gráfica y casi cruel. Pero es solo un gancho, justo cuando (mientras veía la película) elaboraba toda una teoría sobre la posible realidad de Miike, en pocos minutos me hizo darme cuenta que, bueno, nunca hay que creer que no puede sorprendernos. Y eso es parte del encanto, ¿no?
Esta claro que la batalla final no es la batalla final (y no lo digo porque imdb me dice que hay dos películas después de ésta) a pesar de que su magnitud podría llevar a pensarlo. Pero, vamos, después de las dos horas nos queda aún esa sensación de introducción. Una excelente introducción que nos deja esperando por más.
Yo ya no necesito ninguna razón más para convencerme que Miike es, sin duda alguna, uno de mis directores favoritos. Y que me encanta en casi todo lo que hace (y por 'casi' sólo se me ocurre la excepción de "Llamada perdida"). Así que verlo no puede ser sino una delicia. Así que ese día, entre nuestro maratón de golpes, que yo interpreté también como violencia fortuita, tuve que hacer mi pequeño berrinche para que incluyéramos también esta primera parte de la saga de Miike con Riki Takeuchi y Shô Aikawa.
"My father was a small-village cop in a town where nothing ever happened. He just hung around like a scarecrow, until he died. But like they say - even a scarecrow keeps away the sparrows"
La película incluye todos los tópicos que Miike ha hecho ya suyos en una de sus vertientes cinematográficas: yakuzas, armas, corrupción, alguna prostituta o bailarina exótica, mucha sangre, más yakuzas. Y, bueno, cualquier excusa para que se derrame más sangre, bastaría decir. No diría que es la variante menos sorpresiva del cine de Miike pero sí que ya sabes más o menos que esperar. Aunque eso no quiere decir que no vayas a disfrutarlo (si disfrutas la temática en general, claro).
Todo el desarrollo se da desde dos perspectivas distintas que juegan a ser antagónicas aunque conforme avance la película nos iremos dando cuenta que no lo son tanto. Por un lado tenemos a Ryuuichi, quien es a todas luces un criminal, pero quien recibe recientemente a su hermano quien ha regresado de estudiar en los Estados Unidos. Y a quien es difícil explicarle que todos sus estudios fueron pagados con los trabajos que Ryuuichi y su grupo prestan a la mafia yakuza.
Probablemente el mejor aporte de todo esto es que en lugar de presentarnos desde lo más importante de los yakuzas, como suele suceder en otras películas donde todo gira entorno a uno de los líderes, Ryuuichi es parte de un grupo casi marginal, las partes menos privilegiadas por todo ese entorno violento. Y no tardaran mucho en darse cuenta de lo prescindibles que son.
Me parece increíble lo distinto que puede verse Riki Takeuchi de su terrible papel en "Battle Royale II". Es como si Miike sacara lo mejor de él, aquí resulta es una figura imponente y considerablemente carismática.
Por el otro lado se encuentra el detective Jojima, quien se mueve ambiguamente entre su posición del lado de la justicia y su amistad (por usar algún eufemismo) con algunas bandas yakuzas. Su vida parece que no podría estar en un peor momento y trata de mantenerse equilibrado entre sus problemas familiares (una hija que lo odia pero que además está enferma y requiere una operación pronto, y una esposa indiferente que aparentemente lo engaña) y sus deberes como oficial. Debido a esta inestabilidad, se moverá peligrosamente entre un punto y otro. Como podemos apreciar en la explícita imagen que elegí para ilustrar la entrada.
Y nadie mejor que Shô Aikawa para representar esa imagen de detective japonés imperturbable cuya vida se desmorona. O será que me encanta después de haberlo visto haciendo de yakuza trastocado en "Gozu".
¿Y después de eso? Muchos negocios sucios con la mafia, mucha violencia, jefes yakuza con los más extraños y sádicos fetichismos, historias contadas a medias, relaciones interfamiliares problemáticas. Y por el estilo.
Al principio diría que incluso da el gancho de ser una historia bastante realista, en la medida de lo posible. Esto es que se guarda los elementos extravagantes de los que Miike suele hacer gala, de esos detalles irónicos medio fantásticos que enfatizar el absurdo y se limita a la violencia gráfica y casi cruel. Pero es solo un gancho, justo cuando (mientras veía la película) elaboraba toda una teoría sobre la posible realidad de Miike, en pocos minutos me hizo darme cuenta que, bueno, nunca hay que creer que no puede sorprendernos. Y eso es parte del encanto, ¿no?
Esta claro que la batalla final no es la batalla final (y no lo digo porque imdb me dice que hay dos películas después de ésta) a pesar de que su magnitud podría llevar a pensarlo. Pero, vamos, después de las dos horas nos queda aún esa sensación de introducción. Una excelente introducción que nos deja esperando por más.
Seguramente he visto alguna película de Miike, pero es extraño, lo busqué en imdb y no reconozco ninguna de sus cintas...no lo se, igual por los nombres "raros" no las identifico...pero esta que dices se ve muy buena.
ResponderEliminar