17/11/09
No tanto tiempo después como el que parece, me decidí a ver la segunda parte de "Crows zero". La verdad es que me sentí gratamente abrumada por la primera película y dentro de mi corazón se renovó el colmado amor que siento por Miike. Y no hay mejor modo de pasar una tarde que viendo a japoneses peleando violentamente a la menor provocación.
"Hay cosas que todavía tienes que aprender, hijo"
Yo siempre tiendo a pensar en aquello de que las segundas partes no son buenas. Estoy prevenida constantemente a ello. Pero algo sucede con este tipo de películas que son más bien episódicas. Casi siempre producto de estar basadas en libros, en animes, etc, cuya estructura de entrada ya es episódica. En un anime las sagas suelen ser tan buenas como la anterior, o si son peores no responde a la idea de que sean segundas partes, sencillamente su trama era peor y no se puede ayudarles más. Y luego está Miike, que es todo un sello de garantía, excepto cuando se trata de "Llamada perdida" y por eso nadie habla de ella.
Así que, tenemos dos grandes elementos a favor, enfatizando también el hecho de que la adaptación animesca de la primera parte ya me había encantado y tenemos excelentes personajes dando vueltas por ahí. ¿Ahora qué falta? Pues es claro, en un anime, cuando el retador ha llegado a pavonearse demostrando que es digno de dominar parcialmente el lugar, lo lógico es que ahora tengan que ir a pelearse con una escuela rival.
Lo bueno de estas estructuras clásicas es que no te fallan. Primero resulta que un joven sale de la cárcel después de haber pasado algún tiempo por ahí y se encuentra con la gente de su antigua escuela. Viejas rencillas salen a colación gracias al instructivo opening que nos explica todo lo que veremos, pero el joven parece poco dispuesto a caer en viejas historias y todo termina en una pelea. Y podría no pasar de eso si no invadieran territorio de la escuela de los Cuervos que salen a ponerse de su parte bajo la premisa de aquí no se pelea, donde Genji demuestra lo idiota que es al romper un pacto entre ambas escuelas que termina con una abierta declaración de guerra.
Si Genji me parecía un buen personaje en la primera parte, aquí demostró que una vez que se terminan los golpes no sabe qué hacer con su supuesto liderazgo. Incluso su padre que es un gran líder yakuza, muy al estilo salomónico, se siente avergonzado de él. Y si no lo hace, debería. El caso es que Genji no es capaz de convencer a toda la escuela de que ahora es el jefe, reta neciamente a un pelirrojo de dos metros que es medio autista, a Serizawa no le importa (ahora con más estilo que en la primera) y en general la escuela está dividida y nadie se quiere. Como suele ser cuando eres un rebelde, yeah. Mientras que los malos son unos resentidos, están muy bien organizados y tienen un gran líder. Que parece un mara salvatrucha, la verdad, pero, quizá por eso, lo amé.
Y, bueno, peleas, cuestiones de honor constantes y toda la acción que uno tuvo en la primera parte ahora renovada. A mí me pareció sencillamente genial. Además que si en la primera había notado positivamente que incluso los personajes más secundarios estaban deliciosamente cuidados, aquí no podían ser menos. De la escuela contraria nos llegan personajes apenas delineados que son completamente encantadores. Yo me quedo con el andrógino (que de hecho aún tengo la duda de si el actor era hombre o mujer) al que jamás se ve pelear pero que se intuye que es todo un crack. Y con el líder mara, que es mil veces mejor líder que Genji.
Pero no que Serizawa, eso es claro, el modo en que se luce haciéndose el indiferente es increíble. Me encantó. Si en la primera no sabía muy bien a quién irle, ahora me queda claro que en la tercera debe recuperar su lugar y mandar a llorar a otro lado al bueno para nada de Genji.
También se agradece que algunas historias que eran medio pesadas en la primera tuvieran menos tiempo en pantalla. El yakuza inútil apenas si aparece y la intuición de relación romántica de Genji con la pop idol no parece importarle a nadie. No, a nadie.
Yo podría ver una serie completa de esto pero por el momento parece que el señor Miike no va a complacerme. Igual puedo repetirlas infinitamente y hacerme la ilusión.
Que, por cierto, Ian me está asustando con la noticia de que habrá un remake. Yo vivo en constante temor de encontrarme de pronto con Keanu Reeves en cualquier película de acción originariamente asiática, pero por el momento no encuentro nada en internet que confirme la noticia.
Y esperemos que siga así.
No tanto tiempo después como el que parece, me decidí a ver la segunda parte de "Crows zero". La verdad es que me sentí gratamente abrumada por la primera película y dentro de mi corazón se renovó el colmado amor que siento por Miike. Y no hay mejor modo de pasar una tarde que viendo a japoneses peleando violentamente a la menor provocación.
"Hay cosas que todavía tienes que aprender, hijo"
Yo siempre tiendo a pensar en aquello de que las segundas partes no son buenas. Estoy prevenida constantemente a ello. Pero algo sucede con este tipo de películas que son más bien episódicas. Casi siempre producto de estar basadas en libros, en animes, etc, cuya estructura de entrada ya es episódica. En un anime las sagas suelen ser tan buenas como la anterior, o si son peores no responde a la idea de que sean segundas partes, sencillamente su trama era peor y no se puede ayudarles más. Y luego está Miike, que es todo un sello de garantía, excepto cuando se trata de "Llamada perdida" y por eso nadie habla de ella.
Así que, tenemos dos grandes elementos a favor, enfatizando también el hecho de que la adaptación animesca de la primera parte ya me había encantado y tenemos excelentes personajes dando vueltas por ahí. ¿Ahora qué falta? Pues es claro, en un anime, cuando el retador ha llegado a pavonearse demostrando que es digno de dominar parcialmente el lugar, lo lógico es que ahora tengan que ir a pelearse con una escuela rival.
Lo bueno de estas estructuras clásicas es que no te fallan. Primero resulta que un joven sale de la cárcel después de haber pasado algún tiempo por ahí y se encuentra con la gente de su antigua escuela. Viejas rencillas salen a colación gracias al instructivo opening que nos explica todo lo que veremos, pero el joven parece poco dispuesto a caer en viejas historias y todo termina en una pelea. Y podría no pasar de eso si no invadieran territorio de la escuela de los Cuervos que salen a ponerse de su parte bajo la premisa de aquí no se pelea, donde Genji demuestra lo idiota que es al romper un pacto entre ambas escuelas que termina con una abierta declaración de guerra.
Si Genji me parecía un buen personaje en la primera parte, aquí demostró que una vez que se terminan los golpes no sabe qué hacer con su supuesto liderazgo. Incluso su padre que es un gran líder yakuza, muy al estilo salomónico, se siente avergonzado de él. Y si no lo hace, debería. El caso es que Genji no es capaz de convencer a toda la escuela de que ahora es el jefe, reta neciamente a un pelirrojo de dos metros que es medio autista, a Serizawa no le importa (ahora con más estilo que en la primera) y en general la escuela está dividida y nadie se quiere. Como suele ser cuando eres un rebelde, yeah. Mientras que los malos son unos resentidos, están muy bien organizados y tienen un gran líder. Que parece un mara salvatrucha, la verdad, pero, quizá por eso, lo amé.
Y, bueno, peleas, cuestiones de honor constantes y toda la acción que uno tuvo en la primera parte ahora renovada. A mí me pareció sencillamente genial. Además que si en la primera había notado positivamente que incluso los personajes más secundarios estaban deliciosamente cuidados, aquí no podían ser menos. De la escuela contraria nos llegan personajes apenas delineados que son completamente encantadores. Yo me quedo con el andrógino (que de hecho aún tengo la duda de si el actor era hombre o mujer) al que jamás se ve pelear pero que se intuye que es todo un crack. Y con el líder mara, que es mil veces mejor líder que Genji.
Pero no que Serizawa, eso es claro, el modo en que se luce haciéndose el indiferente es increíble. Me encantó. Si en la primera no sabía muy bien a quién irle, ahora me queda claro que en la tercera debe recuperar su lugar y mandar a llorar a otro lado al bueno para nada de Genji.
También se agradece que algunas historias que eran medio pesadas en la primera tuvieran menos tiempo en pantalla. El yakuza inútil apenas si aparece y la intuición de relación romántica de Genji con la pop idol no parece importarle a nadie. No, a nadie.
Yo podría ver una serie completa de esto pero por el momento parece que el señor Miike no va a complacerme. Igual puedo repetirlas infinitamente y hacerme la ilusión.
Que, por cierto, Ian me está asustando con la noticia de que habrá un remake. Yo vivo en constante temor de encontrarme de pronto con Keanu Reeves en cualquier película de acción originariamente asiática, pero por el momento no encuentro nada en internet que confirme la noticia.
Y esperemos que siga así.
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