22/03/11
Más películas que no estoy muy segura de cómo llegué a ellas. Mi teoría es que surgió en un momento que buscaba películas japonesas enfocadas en la violencia pero, es eso, sólo una teoría. Y a pesar del largo y complejo título original, yo di con ella como "Red room".
"I was honestly ready to hang myself until I heard about this game"
Y seguro también caí fácilmente en la trampa cuando leí en la sinopsis que había de por medio un juego (siniestro, propondría cualquier doblador de títulos) y gente apostando su dignidad en él. Como siempre, ello me lleva a pensar que no hay pierde y ahí voy y veo la película. Debería aprender después de tantas veces, pero no.
El cuarto rojo es, literalmente, un cuarto rojo bastante genérico donde nos encontramos con cuatro personajes: una colegiala, una joven ejecutiva y un matrimonio. El juego es 'el juego del rey' y quien gane se llevará consigo un millón de yenes a casa. El juego es bastante simple: sobre la única mesa del cuarto hay cuatro cartas, una de ellas es un rey y las otras son números. Los participantes tienen que poner las cartas boca abajo, revolverlas y tomar una cada uno. Quien saque la carta del rey tendrá durante esa partida la posibilidad de hacer un mandato, del tipo "que el número 2 bese al número 3". Claro que la idea es proponer situaciones extremas para que las otras personas vayan abandonando el juego y así se vayan reduciendo los participantes hasta que quede uno solo.
Con un presupuesto mínimo (tanto de los realizadores como del creador del juego en la ficción porque la verdad es que con ese millón de yenes podría haber comprado aparatitos de tortura más originales) pero muchas ganas de hacer sufrir a un cuarteto de japoneses encerrados, ahí va la película tratando de hacernos sentir asco (principalmente) por las escenas que se proponen. Como en muchas películas del tipo en que se hace énfasis en cómo el ser humano saca lo peor de sí lentamente, las situaciones van desde las más burdas (dar muchas vueltas a otro personaje amarrado a una silla) hasta las más extremas, claro está. Con todo el modo tan sencillo en que está elaborado todo le deja un cierto toque ingenuo incluso a los momentos que deberían ser más shockeantes que arruina un poco la tensión en la trama.
No hay mucho más que contar, en realidad, aunque al principio hay una declaración de motivos por parte de los personajes y la razón por la que llegaron al juego (en algunos otros casos se descubre a lo largo de la película) en realidad no se profundiza en absoluto en ninguno de ellos y se limitan a verse como 'el ser humano es capaz de todo por conseguir lo que quiere'. De hecho alguno de ellos son patéticamente tópicos y arruinan también un poco el tono de la película. Aunque sí que hay castigos desagradables creo que ninguno logra una mención especial ya que se ven más como listados 'ahora yo, que soy más malo que hace cinco minutos, te ordeno que...' y en general la tensión se mantiene a un solo nivel durante toda la trama sin que podamos sentir ni mucha empatía ni mucha pena por lo que sufren los concursantes.
Como ejercicio diría que me parece interesante, sobre todo en el aspecto de que no necesitas circunstancias elaboradísimas para hacer una buena película sobre 'torturas' pero creo que se queda en eso, en ejercicio, ya otras películas como la primera producción de "Saw" nos demostró que con un bajo presupuesto pero un buen guión realmente se puede hacer una buena película en esa dirección. Y a "Red room" le falta algo que sea verdaderamente innovador o verdaderamente golpeador o verdaderamente algo.
En una reseña leí que la mencionaban como "la 'Guinea pig' de los 90" y supongo que para llegar a esa conclusión se quedaron con 'tortura' y 'bajo presupuesto' (o con la chica dando vueltas en una silla, uno se confunde fácilmente) pero me parece que "Red room" está lejos lejos de acercarse siquiera a lo que "Guinea pig" representó en su momento y el efecto que seguiría teniendo en cualquier espectador actual. Tan solo es una producción japonesa más que se cuelga fácilmente del "aquí todos somos extremos y hacemos películas desagradables", cosa que es bastante difícil cuando sí que tienes una buena competencia en ese aspecto.
Lo más curioso es que, al parecer, a alguien le debió gustar porque hay una segunda parte. Que parece tener un poquito más de presupuesto pero no sé si sea un poquito más efectiva. La verdad es que tampoco me dan demasiadas ganas de comprobarlo, oh.
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