22/08/12
Y continuando con documentales primigenios: "Berlín, sinfonía de una ciudad".
" "
Otra de esas maravillosas ocasiones en que no puedo poner ninguna cita de la película. Lo cual resulta además curioso si pensamos que es un documental, género en que puede costar imaginarse una estructura que no involucre ninguna clase de diálogo o información adicional. Pero es que el título de "Berlín, sinfonía de una ciudad" es totalmente literal en ese aspecto.
Un tren avanza rápidamente hasta entrar a la ciudad y su estación de trenes. A partir de ahí Berlín despierta. Una secuencia constante de imágenes vertiginosas nos van guiando a través de ella, de todos los posibles rincones de la vida diaria en una ciudad siguiéndola de manera cronológica. El día avanza y las imágenes cambian, la gente se mueve, las actividades responden a los horarios. Tras su despertar Berlín se vuelve una capital enérgica, cambiante, llena de gente y de cosas. Y del mismo modo la vamos siguiendo durante el día hasta su ocaso y sus correspondientes imágenes, la definición completa de una ciudad a través del seguimiento de un día resumido en un metraje de una hora.
En principio la cinta tiene varios elementos que a mí suelen producirme rechazo en la gran mayoría de las ocasiones. Primero es el asunto de que no tenga diálogos, aunque propiamente se trate de una película de la época muda, que sabemos que manejaban mejor ese asunto; y por otra parte es el hecho de que el asunto documental resida en una suerte de collage de imágenes que busquen producir significado por sí mismas. Cosa que, a mi parecer, es difícil de conseguir.
Una vez más, el elemento verdaderamente fuerte de la película viene a partir del asunto sinfónico. En principio el director quería que fuese completamente muda, a pesar del título, pero al parecer los productores insistieron y se proyectó con sonido sincronizado para enfatizar justo el efecto que las imágenes buscaban transmitir: que se trataba no sólo del seguimiento visual de una ciudad, sino que esa estructura narrativa se encontraba estructurada a partir de la música. Ese día berlinés que vamos siguiendo a través de sus escenas cotidianas es una sinfonía que vamos siguiendo al pie, con sus notas altas y bajas, hasta llegar a un clímax musical que nos guíe a través de la película y que conforme parte del significado de la misma.
Ello logrado también a partir de la excelente edición de las distintas secuencias elegidas, colocadas de manera óptima para permitir paralelismos inesperados, mudas metáforas visuales, sugerencias sutiles o explícitas sobre las variaciones de vida en un mismo lugar o la ilusión de la modernidad en la que Berlín pensaba inscribirse. Secuencias donde se siguen de manera inmediata cortes de masas de personas entrando por las mañanas a trabajar con otros de animales siendo guiados al matadero. La idea de más, mejor, más industrial, superpuesto a la banalidad que esas circunstancias habían generado. De tal modo que el documental puede verse desde un aspecto totalmente general como el seguimiento puntual de una capital europea de la época, hasta el análisis exhaustivo de sus partes más mínimas, proporcionando una riqueza de perspectivas como de imágenes que se van sobreponiendo unas a las otras.
Yo debo confesar que en un principio temí que fuera a aburrirme mortalmente, pero me encontré con que no es sólo una pieza de importancia histórica para el género sino también una gran representación de las posibilidades del mismo en épocas más que tempranas. Sin duda una muestra de la gran visión que podía tener un director a pesar de las restricciones técnicas con las que contaba.
¿Documental favorito sobre una ciudad?
Yo en este caso no puedo parar de pensar en esa maravilla de documental que tanto me fascinó y que indudablemente remite a obras como esta... KOYAANISQATSI, primera parte de una trilogía que simplemente me fascina...
ResponderEliminarhijole pues no docuemntal, pero si me gustan esas de ny y paris I ♥ u
ResponderEliminar