21/02/13
¿Hace cuánto que no hablábamos de Federico Fellini?
Imperdonable. Y aunque “Amarcord” no era de las que más inmediatamente tenía en
mi lista de espera, llegó a mí y no pude negarme.
“I want a woman!”
La sinopsis de la película la resume puntualmente como ‘una
serie de viñetas nostálgicas de un pueblo en la costa de Italia en los años 30’,
y creo que no hay mejor modo de referir a “Amarcord” que precisamente como una
serie de viñetas. Un concepto, además, no fácil de materializar
cinematográficamente.
“Amarcord” tiene algo de pieza teatral infantil. De esas
puestas en escena con marionetas que se componen de una serie de números
cómicos que también tienen algo de crueles, y donde el aspecto nostálgico viene
de su recuerdo. Aunque no es una película autobiográfica en regla, Fellini
recuerda su niñez y la plasma a través de secuencias aisladas dentro de una
población muy particular, personajes caricaturescos que se encuentran y
desencuentran, de un tiempo enrarecido que lo mismo se detiene y da vueltas
sobre sí mismo o avanza rápidamente. Y aunque todo podría parecer un arbitrario
y caótico conjunto de secuencias aisladas, es a través de ellos que conseguimos
componer un retrato de vida. La extraña vida en un pueblo en la costa de Italia
en los años 30.
La estructura de escenas aisladas es engañosa, y si uno
podría creer que es conveniente tan solo hilar un momento cómico tras otro,
también tendrá que admitir que el primer reto es conseguir que esa secuencia no
resulte cansada para el público y que pueda mantener la atención y construir una
imagen. Porque además Fellini no escatima en el metraje y se toma sus dos horas
para contarnos todo lo que tiene que contarnos.
Yo he visto más de la etapa decadente-existencialista de
Fellini que su etapa cómica, y me inclino a pensar que es más de mi agrado (ya
he comentado que la comedia y yo no somos los mejores amigos). Y sin embargo el
humor de Fellini tiene algo extraño que me atrapa, y que con “Amarcord”
consiguió mantenerme sorprendida y confundida durante todo el tiempo, que creo
es uno de los efectos más propicios para ver la película. Y precisamente sentí
esa sensación de estar presenciando una obra de marioneta, de complejas y
excelentemente orquestadas marionetas. Algo así como la emoción que me produce
la obra de Mr. Punch después de que Neil Gaiman me la explicara para siempre.
Y siempre que veo a Fellini me quedo con la sensación de que
quiero ver más y más, quiero verlo todo. Y supongo que está bien que vaya poco
a poco disfrutándolo, que tampoco hay prisa. Me encanta.
Qué maravilla. No hace falta añadir más.
ResponderEliminarLa vi hace siglos y apenas entendí nada. Le debo una revisión actual en condiciones. Ahora que lo pienso, no tengo claro que haya visto nada de Fellini :$
ResponderEliminarDebo confesar que sólo he visto 2 películas de Fellini: 8 1/2 y La Strada.
ResponderEliminarLa primera la vi con las expectativas que le anteceden a una de los grandes films del cine. Y me decepcioné. Encontré que siendo una buena película, está muy sobrevalorada.
Sin embargo La Strada me pareció inolvidable.
Fellini es sin dudas uno de mis directores pendientes.
Saludos.-
Charly Hell: Pues tiene varias piezas bastante recomendables, a mí es un director que me encanta.
ResponderEliminarAna Rozas: Es sólo una conjetura pero creo que "8 1/2" es una película que se disfruta plenamente cuando ya se conoce el trabajo de Fellini, de otro modo puede resultar un poco fragmentaria y críptica. Puede que como modo de entrarle al director no sea lo más recomendable, de cualquier modo tiene varios otros trabajos que sin duda pueden resultar interesantes para darle otra oportunidad.
8½
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