05/05/11
Se extrañaba un poco la presencia de Cronenberg por estos lares, ¿no? (bueno, en realidad no hace tanto tiempo que reseñamos "eXistenZ") Y es que me pusieron una secuencia de esta película en clase (precisamente la que nos muestra el fotograma) y como si el director no fuera suficiente para llamar nuestra atención, teníamos a Jeremy Irons. Dos Jeremy Irons.
"I've often thought that there should be beauty contests for the insides of bodies"
Originalmente Cronenberg quería que fueran dos William Hurt y aún cuando también hubiera sido algo digno de ver, no creo que hubiese tenido el mismo efecto.
Beverly y Elliot son unos gemelos idénticos que han sido raros desde pequeños. Como si eso no fuera suficiente crecieron haciendo exactamente lo mismo, hasta convertirse ambos en médicos ginecólogos y lograr bastante reconocimiento en su campo. A pesar de ser físicamente idénticos los gemelos tienen personalidades muchas veces opuestas, siendo uno increíblemente tímido y el otro de lo más extrovertido, desbalance que se compensa dado que suelen ocupar constantemente la identidad del otro, a veces sustituyendo las carencias emocionales del otro y a veces con su propia personalidad haciéndola pasar por la del gemelo. De tal modo que a los demás les resulta difícil entrar en ese micromundo íntimo.
En la consulta conocen a Claire Niveau, una actriz que está viviendo de manera temporal en la ciudad y que acude preocupada por su fertilidad. Ambos hermanos quedan maravillados (en la persona de uno solo, ya que Claire desconoce que nos personas distintas la están examinando) por la matriz de la mujer que se fragmenta en tres dentro del cuerpo. Con un interés no del todo científico terminan involucrándose con ella sin revelarle aún que se trata de dos personas y turnándose para los encuentros.
De la vieja filmografía de Cronenberg, la que era más visceral y órganica, es probablemente una de las que más habla de 'la nueva carne' sin mostrarla jamás. Resulta curioso ya que se encuentra entre "La mosca" y "El almuerzo desnudo", películas mucho más visuales y con tramas explícitas en ese aspecto. Pero en "Dead ringers" encontraremos apenas una única escena en que los efectos particulares del director tienen lugar. Tal como indica la frase mencionada, todo tiene lugar 'dentro' de los cuerpos.
Por una parte tenemos la idea de los gemelos, y aún más los gemelos idénticos, que si bien podemos encontrarla en otras películas probablemente no se aborde de manera más profunda y reflexiva que aquí. La cuestión no es sólo del doble a nivel físico, el hombre repetido en dos hombres, sino también en la separación, en la sustitución, en el hombre fragmentado en dos hombres. En la existencia de un hombre condicionada a la existencia de otro hombre, que es el mismo. Los fenómenos usualmente relacionados con los gemelos (la capacidad de sentir por el otro y su conexión especial) trascienden a un sentido de pertenecia, del deber de la carne. Uno de ellos no existe sin el otro, las cosas que uno hace las hacen los dos, aún cuando no se encuentren juntos. Ambos personajes configuran una unión siamesa psíquica que marca poderosamente la trama y el modo en que se desenvuelve.
Por otro lado está 'el interior' en el sentido más corporal y sexual, la mujer con la matriz triforme, la reinvención de los instrumentos quirúrgicos para penetrar el cuerpo de la mujer (una obra de arte en sí mismos), y también la sexualidad como una forma de control paradójicamente incontrolables. Cronenberg nos sumerge en un mundo retorcido, un mundo de fenómenos de circo con deformidades invisibles, un triángulo grotesco tan fragmentado como indisoluble.
Sin duda no sólo una película excelente, sino también una de las que más claramente reflexionan sobre las propuestas del director sin mostrarla de forma gráfica. Todo la transmutación corporal que Cronenberg trata de construir con gran parte de sus películas en la primera fase de su filmografía, se presenta aquí sin ningún recurso estético, sin la necesidad de mostrarlo para que sea evidente. Y así, sumado a las excelentes actuaciones de sus protagónicos (por momentos realmente te crees que Beverly y Elliot son entes (ergo actores) individuales) la hacen, a mi parecer, una película indispensable en la filmografía de Cronenberg.
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