20/09/12
Es una pena que no haya podido encontrar una mejor imagen y con mejor calidad para ilustrar esta entrada. Pero es lo que suele suceder con algunos documentales, que tienen circuitos limitados y luego son olvidados por todos. No hablemos de sus posibilidades de distribución.
"Mi hermana siempre lleva el velo puesto y eso no le bloquea la personalidad ni nada"
Mohammed Soudani, el director, nació en Argelia pero reside en Suiza desde hace varios años. Cuando nació el proyecto de hacer un documental sobre la vida de mujeres musulmanas en Europa se propuso entrevistar a un diverso número de mujeres para tratar de conocer su vida y su relación con la religión. El desarrollo inicial fue más problemático de lo que esperaba pero finalmente comenzó la grabación con Hadjra, Mehrezia y Latifa.
Estas tres mujeres representan posiciones distintas respecto a este tránsito de Medio Oriente a Europa. Hadjra es una mujer joven que nunca se sintió cercana a la religión de sus padres y que al enamorarse de un belga ajeno a su comunidad tuvo que huir de la casa y a la que le tomó años reconciliarse por completo con sus padres ahora que tiene una familia con su esposo. Mehrezia es teóloga, se ha dedicado por años al estudio del Corán y su enseñanza, no sólo para practicantes sino como representante en congresos conjuntos con otras religiones. Latifa es una empresaria que tiene un restaurante de comida árabe, ella se considera más bien una persona espiritual y aunque es cercana a su religión no siempre la toma al pie de la letra y no cree que haya una verdadera problemática con ello. Además, al sumergirnos en sus historias, nos asomamos también a la vida de las personas a su alrededor, que de alguna manera terminan también por posicionarse en esta dicotomía que al principio parece mostrarse como Islam/Occidente pero que conforme va ampliándose el panorama muestra una complejidad mucho más vasta.
El documental da inicio con una conversación entre dos mujeres, independientemente de las que veremos después, donde hablan de un crimen en que una mujer musulmana fue asesinada por su familia por querer divorciarse de su esposo, de los que han sonado cada cierto tiempo en algunos países europeos.
Sin querer mostrar una tendencia hacia ningún lado, el diálogo constante con estas mujeres, esas visiones fragmentarias de su vida y la reflexión constante sobre sus vidas, su crianza y su religión, ayuda a acercarse a una idea del islam mucho más aterrizada que la que solemos tener en otros contextos. El hecho de que estas familias se encuentren fuera de sus países originales, muchas veces gobernados por sus mismos preceptos religiosos, ayuda a ver sus prácticas religiosas como una opción más que como una obligación. Especialmente tratándose de mujeres, que dan una perspectiva mucho más liberal de la que podríamos pensar de temas como el uso del velo o el aprendizaje del Corán. Tal como ejemplifica Latifa cuando uno de sus amigos en el restaurante le preguntaban por qué seguía respetando el ramadán cuando ahí nadie se enteraría si lo así o no. Por decisión propia. O cuando Mehrezia tiene que responder preguntas sobre el constante terrorismo en los países árabes, o cuando Hadjra reflexiona sobre la religión de sus padres ahora que ya es ajena a ella.
Sin justificar muchos de los preceptos religiosos que defiende el ismalismo más extremo, me parece que es una religión de la que se ha hablado mucho sin tener demasiado conocimiento y también sin tomar en cuenta los contextos específicos en que se desarrollan. No porque ello justifique la violencia ni el fanatismo irracional, sino porque no es que ninguno de ambos elementos sea exclusivo del islam y sin embargo tiende a verse como si esos casos representara a la totalidad de una religión, un país y una raza. Y, como suele suceder con casi todo, la situación es mucho más compleja de lo que parece.
Un documental muy bien realizado y bastante interesante, además de agradablemente cotidiano y sencillo. Lo vi presentado por su director y fue una pena presenciar que después de la función la ronda de preguntas que se le hicieron caían precisamente en los mismos prejuicios que él trató de cambiar con su proyecto.
¿Algún documental con visión femenina?
Interesante, y como tu dices una lástima que sea tan complicado encontrarse con este tipo de producciones tan fantásticas, me recuerda a "Divorce Iranian Style" un documental que conocí a raíz de "Nader y Simin", me costó mucho conseguir una copia del DVD (hasta se me hizo raro que existiera) y todavía no la he visto.
ResponderEliminarDescubrepelis: Me has recordado que tengo pendiente "Divorce iranian style" desde hace tiempo, porque su directora, Kim Longinotto, es una documentalista que me agrada. A ver si me pongo a ello pronto.
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