06/01/13
Y ya
que andamos en temporada de documentales, cerrar la temporada post-navideña con
un recorrido por las maravillosas tierras del sur de Yucatán parece el mejor
modo de volver a algo así como el mundo real.
“Porque
ningún hombre está tan solo como un boxeador después de que suena la campana”
En
algún momento quizá ya he dicho que el box es uno de los pocos deportes que
medio sigo. Quizá no es de extrañar que disfrute ver a dos hombres dándose de
golpes hasta tirarse al suelo. Hay algo épico en ello. Aunque lo cierto es que
yo no sabía que Mérida es probablemente la única ciudad en el mundo que tiene
en su historia cinco campeones mundiales. Así pequeñita y provinciana como la
ven.
El
documental es un seguimiento por la vida de esos ex campeones, la recreación de
su ascenso y su, aparentemente, inevitable caída. Es una suerte de repetición
de la típica historia de ‘yo siempre supe que eso era lo que quería hacer’ y
luego la oscuridad. Pero contado todo con un tono bastante a tono con el sur,
creo yo, donde si bien no se demerita la tristeza del fracaso, todo tiene un
aire un poco festivo. Triste y festivo.
Los
propios protagonistas tienen oportunidad de contar su historia: Miguel Canto,
Guty Espadas, Juan Herrera, Freddie Castillo y el hijo del difunto Guadalupe
Madera. A través de ellos nos movemos por los sitios menos gloriosos de la
península, por las calles más que discretas donde crecieron, donde entrenaron,
las miradas a lo lejos de las casas enormes que perdieron, los rincones
pequeños y humildes que les quedan de recuerdo. Es un recorrido que aprovecha
su codeo con lo cotidiano para aterrizar esa historia que no quiere revestirse
de glorias exageradas para dramatizar el despertar. Sencillamente trata de exponer
una realidad de un modo sencillo: esta es una pequeña ciudad y aquí, da la
casualidad, teníamos grandes boxeadores. La nostalgia no viene por la gloria
sino por los ‘viejos tiempos’, por las ansias del box por el box.
Lo
cierto es que es un documental bastante sencillo pero más que efectivo, de esos
que parecen genuinamente realizados con cariño y que ello les sirve para
solventar posibles problemas como la falta de alcance, la rudimentaria
producción o el hecho de que quizá el tema no sea ni muy novedoso ni demasiado
atractivo para un público general. Fue, además, el primer documental producido
enteramente por la UNAM como parte de su programa de operas primas del CUEC,
por si luego yo me preguntaba si había alguna buena. Y a mí me parece un
ejercicio sencillo pero fantástico de
una ‘pequeña y tierna historia de amor’, a su manera.
Ahora
bien, me pregunto qué tan efectivo resultará con aquellos que no sientan una
inclinación anterior por el tema. Si conseguirá atraparlos precisamente al no
regodearse en un intento de ser un documental demasiado deportivo o muy ceñido
a una estructura usual, más detenido en la particularidad de las historias y
del territorio donde tuvieron lugar. O si, por otro lado, resultará demasiado
detenido en el sentimiento de afición al box como para ser mayoritariamente
efectivo.
Yo
en general lo recomendaría sólo porque a mí me gusta ver cualquier cosa de
Yucatán en pantalla. Me encanta. Y a ello le sumo que me pareció entrañable.
¿Documentales
que tengan lugar en su tierra natal?
pues solo porque aun no veo el hecho en mexico respondere con este link
ResponderEliminarhttp://youtu.be/qN0k-TjeTV4
:P
Reptilio: Ya lo había visto, me encanta. Siendo del Df la tienes más fácil :P
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