14/04/10
Yo nunca he estado a favor de las personas que desestiman a su producción cinematográfica nacional, pero creo que sí llega uno a cierto punto en que tiene que preguntar qué hace el cine nacional por uno encima de que se intenta incluso ver las películas en el cine y todo. Ajam.
Por otro lado tampoco tiene demasiado sentido que le hayan cambiado el título si ya tenía uno, sólo para distribuirla como "La profecía de los justos" (que sonaba más thriller hollywoodense, yo no sé) y, encima, que sea del 2007 y nosotros nos vengamos enterando apenas.
Aún no sé qué me dio valor para ir a verla.
"La fe es absurda. No importa si es verdad o si es mentira, sólo importa que hay gente dispuesta a creer en ello"
No sé ni por dónde comenzar, desde los primeros minutos te das cuenta de que vas a arrepentirte las próximas horas y lo que esperabas, en el mejor de los casos, que fuera un thriller mínimamente entretenido (mínimamente sobrellevable) probablemente no lo sea.
La trama apocalíptica ni siquiera estaba tan mal, si nos limitamos a lo estrictamente básico de ella: la Biblia dice (en alguna parte, y a saber qué tan sacado de contexto) que hay 36 justos que hacen que el mundo siga tal cual Dios lo dejo y no se vaya todo al diablo (como si necesitáramos más ayuda para arruinarlo). Y hay una asociación ultrasecreta de religiosos mala onda que quieren matar a esos 36 (que van reencarnando cada cierto tiempo y dando la vuelta por el mundo) para que una vez muertos todos (definitivamente) todo se vuelva caos y un nuevo orden se instaure. Y, claro, tiene que haber por ahí también otros agentes ultrasecretos no dispuestos a que esto suceda tan fácilmente.
Cuando nosotros abordamos el caso, después de escenas fragmentarias de gente muriendo en, no sé, Rusia, ya sólo nos queda uno. Un triste justo que de justo no sabemos qué tiene y que, encima, tiene problemas sentimentales. Teo es un arriesgado periodista que no puede tener una relación estable con su pareja que no desea que se arriesgue más. Por suerte la dicotomía le dura poco porque entonces llega un hombre de negro a tratar de matarlo antes de que otro hombre, ajam, creo que no de negro, lo salva vertiginosamente, pero su novia muere en el atentado. Oh, no. ¿Quién podría perseguir a Teo? Pronto se enterará de una terrible verdad que, literalmente, cambiará su vida por completo.
Espero que se haya notado el cinismo. Y no tengo nada contra los thrillers medio churros, pero es penoso que ni siquiera para eso seamos originales. Todos los personajes son caricaturas de otros, muy sacados de producciones norteamericanas similares, e incluso todos los diálogos y acciones parecen un gran collage de otras películas. Todo con ese aire agringado absurdamente (porque se trata desesperadamente de copiar algo y ni siquiera eso podemos hacer bien) y, peor aún, con cierta necesidad de meter algún elemento "muy mexicano" para salvar la situación. Sí, hay una asociación ultrasecreta que tiene su base en algún punto innombrable del Df y que parece sacado de la Matrix pero, oh, Teo soborna a algún burócrata para conseguir información porque eso es muy mexicano. También que la policía sea corrupta e incapaz de la más mínima acción. Y, creo que ya.
Uno de los principales problemas es que uno, como espectador, sabe casi todo desde el principio mientras que a Teo le toma una eternidad enterarse y, aún más, medio creérselo. Entonces uno ya está medio fastidiado, queriendo decirle que no importa si lo persigue la Interpol o una organización terrorista, que no se crea nada si no quiere, pero que un hecho comprobable es que lo están persiguiendo y lo quieren matar, que eso no necesita más lógica. Pero Teo sea hace el tío duro y tampoco da una.
Luego, las actuaciones son dolorosamente malas. Nadie parece sincero al hablar, he visto películas serie Z con mejor actuaciones. Parece que nadie quiere estar ahí, Ana Claudia Talancón de pronto daba la sensación de querer decir "si a mí ni me gusta esta película, no me pidan que actuen". Pedro Armedariz, claro, siempre muy correcto, parece que no soporta más y mejor se muere a los cinco minutos de diálogo. En el acto más racional de toda la película.
Terrible, los giros argumentales terribles, las seudo escenas de acción terribles. Y un muy largo etcétera. Pero yo creo que fuera de todo eso (digo, uno que se va acostumbrando a ver películas malas) es que es verdaderamente triste ver que no hay siquiera un intento de hacer algo original, algo bueno. Porque, esencialmente, lo que le falta al cine mexicano es visión. De lo que sea, aunque sea para hacer remakes a la mexicana, pero dejar de creer que tenemos un pequeño hollywood y darle un gran presupuesto a ideas cuanto menos originales mejor.
Y luego, detalles sin sentido, como que Teo se supone que es mexicano y lo enfatizan toda la película, pero habla claramente con acento español. México está a punto de entrar en una dimensión donde, no muy a menudo, suceden cosas normales.
Yo nunca he estado a favor de las personas que desestiman a su producción cinematográfica nacional, pero creo que sí llega uno a cierto punto en que tiene que preguntar qué hace el cine nacional por uno encima de que se intenta incluso ver las películas en el cine y todo. Ajam.
Por otro lado tampoco tiene demasiado sentido que le hayan cambiado el título si ya tenía uno, sólo para distribuirla como "La profecía de los justos" (que sonaba más thriller hollywoodense, yo no sé) y, encima, que sea del 2007 y nosotros nos vengamos enterando apenas.
Aún no sé qué me dio valor para ir a verla.
"La fe es absurda. No importa si es verdad o si es mentira, sólo importa que hay gente dispuesta a creer en ello"
No sé ni por dónde comenzar, desde los primeros minutos te das cuenta de que vas a arrepentirte las próximas horas y lo que esperabas, en el mejor de los casos, que fuera un thriller mínimamente entretenido (mínimamente sobrellevable) probablemente no lo sea.
La trama apocalíptica ni siquiera estaba tan mal, si nos limitamos a lo estrictamente básico de ella: la Biblia dice (en alguna parte, y a saber qué tan sacado de contexto) que hay 36 justos que hacen que el mundo siga tal cual Dios lo dejo y no se vaya todo al diablo (como si necesitáramos más ayuda para arruinarlo). Y hay una asociación ultrasecreta de religiosos mala onda que quieren matar a esos 36 (que van reencarnando cada cierto tiempo y dando la vuelta por el mundo) para que una vez muertos todos (definitivamente) todo se vuelva caos y un nuevo orden se instaure. Y, claro, tiene que haber por ahí también otros agentes ultrasecretos no dispuestos a que esto suceda tan fácilmente.
Cuando nosotros abordamos el caso, después de escenas fragmentarias de gente muriendo en, no sé, Rusia, ya sólo nos queda uno. Un triste justo que de justo no sabemos qué tiene y que, encima, tiene problemas sentimentales. Teo es un arriesgado periodista que no puede tener una relación estable con su pareja que no desea que se arriesgue más. Por suerte la dicotomía le dura poco porque entonces llega un hombre de negro a tratar de matarlo antes de que otro hombre, ajam, creo que no de negro, lo salva vertiginosamente, pero su novia muere en el atentado. Oh, no. ¿Quién podría perseguir a Teo? Pronto se enterará de una terrible verdad que, literalmente, cambiará su vida por completo.
Espero que se haya notado el cinismo. Y no tengo nada contra los thrillers medio churros, pero es penoso que ni siquiera para eso seamos originales. Todos los personajes son caricaturas de otros, muy sacados de producciones norteamericanas similares, e incluso todos los diálogos y acciones parecen un gran collage de otras películas. Todo con ese aire agringado absurdamente (porque se trata desesperadamente de copiar algo y ni siquiera eso podemos hacer bien) y, peor aún, con cierta necesidad de meter algún elemento "muy mexicano" para salvar la situación. Sí, hay una asociación ultrasecreta que tiene su base en algún punto innombrable del Df y que parece sacado de la Matrix pero, oh, Teo soborna a algún burócrata para conseguir información porque eso es muy mexicano. También que la policía sea corrupta e incapaz de la más mínima acción. Y, creo que ya.
Uno de los principales problemas es que uno, como espectador, sabe casi todo desde el principio mientras que a Teo le toma una eternidad enterarse y, aún más, medio creérselo. Entonces uno ya está medio fastidiado, queriendo decirle que no importa si lo persigue la Interpol o una organización terrorista, que no se crea nada si no quiere, pero que un hecho comprobable es que lo están persiguiendo y lo quieren matar, que eso no necesita más lógica. Pero Teo sea hace el tío duro y tampoco da una.
Luego, las actuaciones son dolorosamente malas. Nadie parece sincero al hablar, he visto películas serie Z con mejor actuaciones. Parece que nadie quiere estar ahí, Ana Claudia Talancón de pronto daba la sensación de querer decir "si a mí ni me gusta esta película, no me pidan que actuen". Pedro Armedariz, claro, siempre muy correcto, parece que no soporta más y mejor se muere a los cinco minutos de diálogo. En el acto más racional de toda la película.
Terrible, los giros argumentales terribles, las seudo escenas de acción terribles. Y un muy largo etcétera. Pero yo creo que fuera de todo eso (digo, uno que se va acostumbrando a ver películas malas) es que es verdaderamente triste ver que no hay siquiera un intento de hacer algo original, algo bueno. Porque, esencialmente, lo que le falta al cine mexicano es visión. De lo que sea, aunque sea para hacer remakes a la mexicana, pero dejar de creer que tenemos un pequeño hollywood y darle un gran presupuesto a ideas cuanto menos originales mejor.
Y luego, detalles sin sentido, como que Teo se supone que es mexicano y lo enfatizan toda la película, pero habla claramente con acento español. México está a punto de entrar en una dimensión donde, no muy a menudo, suceden cosas normales.
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