03/04/10
Creo que todos hemos escuchado los datos curiosos exactos sobre lo particular que es la industria cinematográfica india. Sin duda es un fenómeno bastante particular. Pero lo que yo descubrí apenas hace algunos meses, es que algunas productoras clásicas tienen una pequeña base en la India y se dedican a hacer películas con su sello pero con una elaboración netamente nacional.
Y en este caso me estoy refiriendo a Disney, que saca sus típicas películas infantiles pero para niños indios. En este caso no tan típicas.
"Pero, ¿qué es un "señor"? ¿que no puedes hablar como un perro normal?"
Lo cierto es que desde los primeros minutos uno se da cuenta de que "Roadside Romeo" es una aventura de lo más particular. Bajo lo cual no hago ningún tipo de juicio, sólo enuncio lo obvio. Basta con presenciar la primera escena, que, claro, es un baile al estilo bollywood, en que conocemos a nuestro protagonista, el fanfarrón perro Romeo, un burgués hedonista y ocioso. Pero, oh, pronto nos daremos cuenta de que todo eso es una fachada. Romeo, a pesar de su condición de perro de caricatura, también nos da una visión muy particular de la sociedad de la India: era el perro de una familia millonaria que eventualmente huyó para asentarse en Londres. Al perro lo dejaron a su suerte y en un par de semanas pasó de ser el consentido de la casa a dormir en la calle. Si no fuera por su labia y su carisma, habría sido víctima rápidamente de cualquier pandilla de perros callejeros, pero por el contrario termina asociándose con un grupo bastante patético de seudo malechores y poniendo un pequeño negocio de cambio de imagen.
Es curioso porque la sensación que deja la trama oscila entre lo estereotípico y entre lo muy particular. Romeo es el típico héroe que quiere burlar al villano y quedarse con la nena. Pero el contexto en el que se mueve no es tan típico: uno de sus compañeros es cinéfilo y hace un gran número de referencias al cine de la India, la nena de la película es una bailarina en un centro nocturno, y el propio Romeo tiene como estilo de vida una suerte de estética. Bastante curioso sin duda.
Por otro lado la animación es bastante penosa. No sólo por el modo en que se ven los escenarios y aún más los movimientos, sino el propio diseño de Romeo y otros personajes no es de lo más afortunado. De por sí creo que los animales antropomorfos corren el riesgo constante de no verse bien, pero aquí se inclinan por rasgos y movimientos bastante humanos que le dan un aspecto bastante extraño a los personajes. Además de que sin duda la industria de la animación todavía tiene un largo camino por recorrer en la India. Y si bien la trama es curiosa tampoco podemos decir que sea sumamente cautivante ni original, de modo que la cuestión visual necesariamente le baja algunos puntos.
Finalmente queda como algo anecdótico, más que nada, y es que tampoco soy muy fan de las películas animadas de animales. Especialmente de las de perros, que creo que suelen ser las menos afortunadas.
No dudo que vería alguna otra animación de la India, pero ya más consciente de qué es lo que puedo esperar de ello.
Creo que todos hemos escuchado los datos curiosos exactos sobre lo particular que es la industria cinematográfica india. Sin duda es un fenómeno bastante particular. Pero lo que yo descubrí apenas hace algunos meses, es que algunas productoras clásicas tienen una pequeña base en la India y se dedican a hacer películas con su sello pero con una elaboración netamente nacional.
Y en este caso me estoy refiriendo a Disney, que saca sus típicas películas infantiles pero para niños indios. En este caso no tan típicas.
"Pero, ¿qué es un "señor"? ¿que no puedes hablar como un perro normal?"
Lo cierto es que desde los primeros minutos uno se da cuenta de que "Roadside Romeo" es una aventura de lo más particular. Bajo lo cual no hago ningún tipo de juicio, sólo enuncio lo obvio. Basta con presenciar la primera escena, que, claro, es un baile al estilo bollywood, en que conocemos a nuestro protagonista, el fanfarrón perro Romeo, un burgués hedonista y ocioso. Pero, oh, pronto nos daremos cuenta de que todo eso es una fachada. Romeo, a pesar de su condición de perro de caricatura, también nos da una visión muy particular de la sociedad de la India: era el perro de una familia millonaria que eventualmente huyó para asentarse en Londres. Al perro lo dejaron a su suerte y en un par de semanas pasó de ser el consentido de la casa a dormir en la calle. Si no fuera por su labia y su carisma, habría sido víctima rápidamente de cualquier pandilla de perros callejeros, pero por el contrario termina asociándose con un grupo bastante patético de seudo malechores y poniendo un pequeño negocio de cambio de imagen.
Es curioso porque la sensación que deja la trama oscila entre lo estereotípico y entre lo muy particular. Romeo es el típico héroe que quiere burlar al villano y quedarse con la nena. Pero el contexto en el que se mueve no es tan típico: uno de sus compañeros es cinéfilo y hace un gran número de referencias al cine de la India, la nena de la película es una bailarina en un centro nocturno, y el propio Romeo tiene como estilo de vida una suerte de estética. Bastante curioso sin duda.
Por otro lado la animación es bastante penosa. No sólo por el modo en que se ven los escenarios y aún más los movimientos, sino el propio diseño de Romeo y otros personajes no es de lo más afortunado. De por sí creo que los animales antropomorfos corren el riesgo constante de no verse bien, pero aquí se inclinan por rasgos y movimientos bastante humanos que le dan un aspecto bastante extraño a los personajes. Además de que sin duda la industria de la animación todavía tiene un largo camino por recorrer en la India. Y si bien la trama es curiosa tampoco podemos decir que sea sumamente cautivante ni original, de modo que la cuestión visual necesariamente le baja algunos puntos.
Finalmente queda como algo anecdótico, más que nada, y es que tampoco soy muy fan de las películas animadas de animales. Especialmente de las de perros, que creo que suelen ser las menos afortunadas.
No dudo que vería alguna otra animación de la India, pero ya más consciente de qué es lo que puedo esperar de ello.
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