30/05/10
"Primer" llegó hasta Ian y yo con el subtítulo de "El invento sangriento". Y, claro, con tal premisa caímos en la trampa, porque yo veo todo lo que sea sangriento. Aunque antes de verla mi hermano nos había ya advertido que era una película de lo más complicada y que nos preparáramos para no entender nada. Oh, cada vez sonaba más atractivo.
"What's worse, thinking you're being paranoid or knowing you should be?"
Primero, romperé todas sus esperanzas al spoilearles que no hay nada ni remotamente sangriento en la película. De hecho estoy casi segura de que jamás vemos sangre ni nada que pueda remitirnos de alguna manera hacia la violencia. Sí, sí hay un invento, pero todo lo demás es falsa publicidad. ¿"Primer" la necesita? Probablemente sí, porque no estoy segura de que muchos se embarcaran con conocimiento de causa en una complicada aventura matemática.
Aaron y Abe son dos investigadores, no sé bien si matemáticos, ingenieros o todas las anteriores, que trabajan con algunos otros colegas en distintos proyectos. Un día ambos tienen la sensación de que una máquina sobre la que han estado trabajando conjuntamente podría resultar en algo interesante y comienzan a apartarse un poco del grupo para ver qué resulta de todo aquello.
Al principio parece ser que la máquina tenía que funcionar para una cosa pero sencillamente no funciona para ello, lo que sí comienzan a descubrir es ciertas irregularidades en su funcionamiento que podrían apuntar hacia algo más. Para no hacer largo y matemático el cuento, finalmente consiguen una suerte de máquina del tiempo. No del estilo 'iré a la edad media porque suena genial' sino más bien del tipo 'puedo regresar al día de ayer y ganarme la lotería'. Claro que Abe y Aaron no son los típicos personajes de una película mala de ciencia ficción que cometen todos los errores que un viaje en el tiempo puede presentar: ¡son científicos! Así que el asunto comenzará a volverse algo bastante más interesante. Y complicado.
Lo cierto es que no puedes ni parpadear, es una película que requiere toda tu atención e incluso un breve repaso a tus matemáticas escolares, al menos en conceptos. De vez en cuando incluso necesitarás detenerte y pensar bien qué es lo que está sucediendo, hacer tu mapa mental, consultarlo con tu acompañante, y más o menos tratar de ubicarte de nuevo en la trama. Por ello puede que sea mucho más recomendable rentarla que verla de un jalón (aunque a estas alturas encuentro poco probable que alguien vaya a pasarla en un cine, oh). Una vez que se han sorteado esos obstáculos iniciales, y si uno tiene suficiente gusto por las tramas matemáticas complejas, la película es increíblemente disfrutable. Incluso de tanto no entenderle durante un gran lapso de la trama, hacia el final se vuelve una especie de revelación fantástica.
La historia detrás lo cierto es que es igualmente curiosa, y bastante destacable. Shane Carruth, el director, guionista, productor, editor y todo, es también uno de los protagónicos. Él, de hecho, estudió matemáticas y computación y se dedicó a la investigación, aunque en sus ratos libres disfrutaba también de la narrativa e hizo algunas novelillas e historias cortas. Entonces vino el momento de querer dar el salto con "Primer", un proyecto en que se invirtió relativamente poco, en que participó en cada parte aunque le tomó años, y en que ahorró en lo posible haciendo partícipe a su familia y a quien se dejara. El resultado volvió loco al festival de Sundance y a mí también, oh. Y la principal diferencia entre "Primer" y cualquier otra película de viajes en el tiempo es que, como dice su creador, hay un genuino interés porque no sea una película de ciencia ficción, ya que todo está presentado de tal manera que sea perfectamente viable.
Una película fantástica, densa, que ciertamente te retará (y seguro que no todos le encontrarán el gusto a ello) y que no podrá dejarte indiferente: o no te gustará en absoluto o la amarás, no hay espacio para puntos medios.
O te confundirá demasiado, supongo que siempre es una opción válida.
¿O será yo que tengo una fijación perversa con las películas muy matemáticas? Uy.
¿Película favorita de viajes en el tiempo?
"Primer" llegó hasta Ian y yo con el subtítulo de "El invento sangriento". Y, claro, con tal premisa caímos en la trampa, porque yo veo todo lo que sea sangriento. Aunque antes de verla mi hermano nos había ya advertido que era una película de lo más complicada y que nos preparáramos para no entender nada. Oh, cada vez sonaba más atractivo.
"What's worse, thinking you're being paranoid or knowing you should be?"
Primero, romperé todas sus esperanzas al spoilearles que no hay nada ni remotamente sangriento en la película. De hecho estoy casi segura de que jamás vemos sangre ni nada que pueda remitirnos de alguna manera hacia la violencia. Sí, sí hay un invento, pero todo lo demás es falsa publicidad. ¿"Primer" la necesita? Probablemente sí, porque no estoy segura de que muchos se embarcaran con conocimiento de causa en una complicada aventura matemática.
Aaron y Abe son dos investigadores, no sé bien si matemáticos, ingenieros o todas las anteriores, que trabajan con algunos otros colegas en distintos proyectos. Un día ambos tienen la sensación de que una máquina sobre la que han estado trabajando conjuntamente podría resultar en algo interesante y comienzan a apartarse un poco del grupo para ver qué resulta de todo aquello.
Al principio parece ser que la máquina tenía que funcionar para una cosa pero sencillamente no funciona para ello, lo que sí comienzan a descubrir es ciertas irregularidades en su funcionamiento que podrían apuntar hacia algo más. Para no hacer largo y matemático el cuento, finalmente consiguen una suerte de máquina del tiempo. No del estilo 'iré a la edad media porque suena genial' sino más bien del tipo 'puedo regresar al día de ayer y ganarme la lotería'. Claro que Abe y Aaron no son los típicos personajes de una película mala de ciencia ficción que cometen todos los errores que un viaje en el tiempo puede presentar: ¡son científicos! Así que el asunto comenzará a volverse algo bastante más interesante. Y complicado.
Lo cierto es que no puedes ni parpadear, es una película que requiere toda tu atención e incluso un breve repaso a tus matemáticas escolares, al menos en conceptos. De vez en cuando incluso necesitarás detenerte y pensar bien qué es lo que está sucediendo, hacer tu mapa mental, consultarlo con tu acompañante, y más o menos tratar de ubicarte de nuevo en la trama. Por ello puede que sea mucho más recomendable rentarla que verla de un jalón (aunque a estas alturas encuentro poco probable que alguien vaya a pasarla en un cine, oh). Una vez que se han sorteado esos obstáculos iniciales, y si uno tiene suficiente gusto por las tramas matemáticas complejas, la película es increíblemente disfrutable. Incluso de tanto no entenderle durante un gran lapso de la trama, hacia el final se vuelve una especie de revelación fantástica.
La historia detrás lo cierto es que es igualmente curiosa, y bastante destacable. Shane Carruth, el director, guionista, productor, editor y todo, es también uno de los protagónicos. Él, de hecho, estudió matemáticas y computación y se dedicó a la investigación, aunque en sus ratos libres disfrutaba también de la narrativa e hizo algunas novelillas e historias cortas. Entonces vino el momento de querer dar el salto con "Primer", un proyecto en que se invirtió relativamente poco, en que participó en cada parte aunque le tomó años, y en que ahorró en lo posible haciendo partícipe a su familia y a quien se dejara. El resultado volvió loco al festival de Sundance y a mí también, oh. Y la principal diferencia entre "Primer" y cualquier otra película de viajes en el tiempo es que, como dice su creador, hay un genuino interés porque no sea una película de ciencia ficción, ya que todo está presentado de tal manera que sea perfectamente viable.
Una película fantástica, densa, que ciertamente te retará (y seguro que no todos le encontrarán el gusto a ello) y que no podrá dejarte indiferente: o no te gustará en absoluto o la amarás, no hay espacio para puntos medios.
O te confundirá demasiado, supongo que siempre es una opción válida.
¿O será yo que tengo una fijación perversa con las películas muy matemáticas? Uy.
¿Película favorita de viajes en el tiempo?
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