15/09/10
Quizá hubiera quedado mejor invertir esta película con la de ayer, ya se sabe, por la onda bicentenario, pero nada, las reseñas como tocan.
Tenía idea de que conseguí esta película porque Nery me la pidió pero ahora no estoy tan segura porque no hay ningún elemento gastronómico en ella (que sería lo lógico), así que debió llegar por azares de la vida y un día, sin saber más (que lo que advertía lo de 'crimen' en el título) me dispuse a verla.
"¿Pero no lo mandaron una vez por agua y tardó diecisiete días en volver? Ya aparecerá"
La película está basada en casos reales y recrea, de manera bastante dura, el tipo de justicia que existía en la España de principios de siglo XX, fuertemente basada en habladurías y culpables inventados.
Un día, un joven conocido como El Cepa no llega a su casa y su madre denuncia la desaparición, y como no llegue tampoco en los días siguiente comienza a decir que fueron León Sánchez Gascón y Gregorio Valero Contreras, quienes solían llevarse con él, quienes lo mataron para quedarse con el dinero que había recolectado aquel día. Por las insistencias de la madre y las pocas pesquisas que pudieron hacerse del último día en que se vio al Cepa, detienen sin mayor fundamento a León y Gregorio, quienes son sometidos sistemáticamente a torturas y malostratos hasta que aceptan la culpabilidad del asesinato. Lo peor no es siquiera eso, sino que al ser obligados también a denunciar qué hicieron con el cuerpo tienen que inventarse sitios que no llevan a nada sino a nuevas torturas judiciales, y al momento de enfrentarse a un juicio que pedía cadena de muerte resultará todavía más difícil sostener su inocencia. No sólo ya por la tortura psicológica que les ha llevado a odiarse sino también por el convencimiento del pueblo de que a esas alturas ya eran indudablemente culpables.
La película recrea este periodo, con un salto explicativo hacia el final, que en realidad es algo amplio pero que se resume en una serie de escenas en las que se profundiza con minuciosidad. Especialmente en lo referente a las torturas de la época, que se muestran de manera directa, sin morbo, sin un juicio sobre ellas, al mismo tiempo que delatando la crueldad con la que se procedía para justificar culpables. Y también para ejemplificar la cantidad de vejaciones que debieron soportar, probablemente durante años, dos trabajadores que sólo tenían en contra las palabras de una madre y el rumor del pueblo. Lo cierto es que hay algunos procedimientos tan originales como despiadados, y el modo en que vemos cómo los acusados soportan casi estoicamente su destino es bastante impactante. Sin duda poco se podía hacer entonces contra la palabra de la ley.
El crimen de Cuenca, en este caso (porque hay otro también muy famoso que ostenta el mismo apelativo), puede referirse como 'el crimen que no sucedió' o la maravillosa creativa del sistema judicial para inventar culpables. Pero lo cierto es que gran parte de ese crimen es cometido por el mismo sistema judicial que se fundamenta en decisiones arbitrarias y poco humanas.
Una película dura y que dejará un mal sabor de boca, aunque hacia el final debo decir que la conclusión es casi bella. Está muy bien realizada y resulta, esencialmente, muy didáctica respecto a la época.
¿Película favorita sobre la injusticia?
Quizá hubiera quedado mejor invertir esta película con la de ayer, ya se sabe, por la onda bicentenario, pero nada, las reseñas como tocan.
Tenía idea de que conseguí esta película porque Nery me la pidió pero ahora no estoy tan segura porque no hay ningún elemento gastronómico en ella (que sería lo lógico), así que debió llegar por azares de la vida y un día, sin saber más (que lo que advertía lo de 'crimen' en el título) me dispuse a verla.
"¿Pero no lo mandaron una vez por agua y tardó diecisiete días en volver? Ya aparecerá"
La película está basada en casos reales y recrea, de manera bastante dura, el tipo de justicia que existía en la España de principios de siglo XX, fuertemente basada en habladurías y culpables inventados.
Un día, un joven conocido como El Cepa no llega a su casa y su madre denuncia la desaparición, y como no llegue tampoco en los días siguiente comienza a decir que fueron León Sánchez Gascón y Gregorio Valero Contreras, quienes solían llevarse con él, quienes lo mataron para quedarse con el dinero que había recolectado aquel día. Por las insistencias de la madre y las pocas pesquisas que pudieron hacerse del último día en que se vio al Cepa, detienen sin mayor fundamento a León y Gregorio, quienes son sometidos sistemáticamente a torturas y malostratos hasta que aceptan la culpabilidad del asesinato. Lo peor no es siquiera eso, sino que al ser obligados también a denunciar qué hicieron con el cuerpo tienen que inventarse sitios que no llevan a nada sino a nuevas torturas judiciales, y al momento de enfrentarse a un juicio que pedía cadena de muerte resultará todavía más difícil sostener su inocencia. No sólo ya por la tortura psicológica que les ha llevado a odiarse sino también por el convencimiento del pueblo de que a esas alturas ya eran indudablemente culpables.
La película recrea este periodo, con un salto explicativo hacia el final, que en realidad es algo amplio pero que se resume en una serie de escenas en las que se profundiza con minuciosidad. Especialmente en lo referente a las torturas de la época, que se muestran de manera directa, sin morbo, sin un juicio sobre ellas, al mismo tiempo que delatando la crueldad con la que se procedía para justificar culpables. Y también para ejemplificar la cantidad de vejaciones que debieron soportar, probablemente durante años, dos trabajadores que sólo tenían en contra las palabras de una madre y el rumor del pueblo. Lo cierto es que hay algunos procedimientos tan originales como despiadados, y el modo en que vemos cómo los acusados soportan casi estoicamente su destino es bastante impactante. Sin duda poco se podía hacer entonces contra la palabra de la ley.
El crimen de Cuenca, en este caso (porque hay otro también muy famoso que ostenta el mismo apelativo), puede referirse como 'el crimen que no sucedió' o la maravillosa creativa del sistema judicial para inventar culpables. Pero lo cierto es que gran parte de ese crimen es cometido por el mismo sistema judicial que se fundamenta en decisiones arbitrarias y poco humanas.
Una película dura y que dejará un mal sabor de boca, aunque hacia el final debo decir que la conclusión es casi bella. Está muy bien realizada y resulta, esencialmente, muy didáctica respecto a la época.
¿Película favorita sobre la injusticia?
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ResponderEliminarUn saludo