21/09/10
Porque nunca está de más ver un slasher, o al menos para mí resulta de lo más entretenido. Además todos las películas de ese gran momento de pasión slasher encontraron su sitio, probablemente, en la televisión de nuestras infancias, y uno no puede confiar nunca por entero de lo que creyó ver entonces porque a estas alturas ya sólo quedan fragmentos (y la sabiduría popular de un asesino puede esconderse en cualquier lado, así que mejor estar prevenidos).
"Sleepaway camp" es uno de esos clásicos necesarios para los slasher en campamentos infantiles-juveniles, y como tal tenía que encontrar un momento para verlo.
"If she were any quieter, she'd be dead"
Además que es tan ochentera, ¿cómo no disfrutar con esos peinados esponajados y esos shorts cortos?
La idea, como suele suceder con este género, es bastante simple. Para ello tenemos una breve introducción en que vemos a una familia apaciblemente nadando en un lago cuando un par de jóvenes irresponsables que van manejando uno de estos botes a motor les pasa encima y tan tan tan. De dicho accidente sobrevive únicamente Ángela, una niña que pierde en ese momento a su familia y se va a vivir con una tía suya.
Algunos años después, Ángela y su primo, Ricky, van a pasar el verano en uno de estos prototípicos campamentos estadounidenses (que supongo todos conocemos cinematográficamente). Ángela, claro, es una niña callada llena de traumas por el shock que le produjo todo el accidente así que es prácticamente muda y sólo anda todo el día con una mirada de loca que le daría miedo a cualquiera. Pero con todo la dejan sola en un campamento verano, claro, para que rememore buenos momentos junto al lago.
Ahora bien, aquí viene un poco de las historias de niños y todo eso, el modo en que los mayores siempre molestan a los más jóvenes, o los populares a los no populares, y, bueno, para blancos fáciles tener a una niña rara rara la ponen pero que pintada. Ángela no sólo será molestada constantemente sino que igual suele representar un problema porque no quiere hacer nada ni mucho menos decir nada, aunque nunca faltará quien quiera defenderla, especialmente su primo, algunos organizadores comprensivos del campamento, y Paul, el amigo del primo que le anda coqueteando. Uy.
Ahora bien, conforme las relaciones se vayan tensando y algunas situaciones no del todo agradables vayan surgiendo, la gente, ¿no adivinan? Comenzará a morir. De maneras generalmente bastante desagradables pero muy efectivas para un slash. Mientras todos nos preguntamos, tan tan tán, ¿quién es el culpable y, aún más, quién es el siguiente?
Está claro que uno siente que si ha visto un slasher los ha visto todos y hay algo de eso, así que el caso es que uno tiene que gustarle el típico juego de quién persigue a quién y, especialmente, cómo van a matar a quién. Así de simple, en realidad los giros finales son justificaciones para que una película se diferencie de otra, y en algunas ocasiones lo consiguen con mayor efectividad que en otras.
En este caso, yo diría que sin duda es una película bastante bien hecha, con pretensiones sencillas y que logran su cometido. Especialmente en lo referente a las muertes ya que aunque no dejan de verse de bajo presupuesto están muy bien realizadas, porque con todo logran verse impresionante y asquerositas por momentos.
La historia tiene su punto, especialmente en lo referente a la revisión de la identidad sexual que parece que a la gente le encantaba por aquella época. Una persona con una identidad sexual equivocada sin duda debía ser una clase de psicópata y visceversa. De modo que aunque tampoco es un tópico que aparezca en toda la película se dejan entender algunas apreciaciones al respecto. Especialmente en lo referente al final, que es casi icónico para quienes gustan de estas películas, y es una pena que alguien lo sepa antes de verla ya que si bien no es un giro que shockee, es un buen elemento para al menos sorprenderse un poco.
En uno de los documentales de cine de terror de los que he hablado antes venían fragmentos de una entrevista con Felissa Rose, quien fuese la protagonista, especialmente en lo referente a esa escena, y resulta hasta divertido pensar en cómo debe verlo ella en retrospectiva, tomando en cuenta que para el tiempo de la película tenía apenas catorce años.
Estas películas eran una gozada en televisión, especialmente para imaginarse uno, ahí, atrapado en un campamento infantil con todas sus consecuencias. Oh, los años dorados.
¿Slasher favorito?
Porque nunca está de más ver un slasher, o al menos para mí resulta de lo más entretenido. Además todos las películas de ese gran momento de pasión slasher encontraron su sitio, probablemente, en la televisión de nuestras infancias, y uno no puede confiar nunca por entero de lo que creyó ver entonces porque a estas alturas ya sólo quedan fragmentos (y la sabiduría popular de un asesino puede esconderse en cualquier lado, así que mejor estar prevenidos).
"Sleepaway camp" es uno de esos clásicos necesarios para los slasher en campamentos infantiles-juveniles, y como tal tenía que encontrar un momento para verlo.
"If she were any quieter, she'd be dead"
Además que es tan ochentera, ¿cómo no disfrutar con esos peinados esponajados y esos shorts cortos?
La idea, como suele suceder con este género, es bastante simple. Para ello tenemos una breve introducción en que vemos a una familia apaciblemente nadando en un lago cuando un par de jóvenes irresponsables que van manejando uno de estos botes a motor les pasa encima y tan tan tan. De dicho accidente sobrevive únicamente Ángela, una niña que pierde en ese momento a su familia y se va a vivir con una tía suya.
Algunos años después, Ángela y su primo, Ricky, van a pasar el verano en uno de estos prototípicos campamentos estadounidenses (que supongo todos conocemos cinematográficamente). Ángela, claro, es una niña callada llena de traumas por el shock que le produjo todo el accidente así que es prácticamente muda y sólo anda todo el día con una mirada de loca que le daría miedo a cualquiera. Pero con todo la dejan sola en un campamento verano, claro, para que rememore buenos momentos junto al lago.
Ahora bien, aquí viene un poco de las historias de niños y todo eso, el modo en que los mayores siempre molestan a los más jóvenes, o los populares a los no populares, y, bueno, para blancos fáciles tener a una niña rara rara la ponen pero que pintada. Ángela no sólo será molestada constantemente sino que igual suele representar un problema porque no quiere hacer nada ni mucho menos decir nada, aunque nunca faltará quien quiera defenderla, especialmente su primo, algunos organizadores comprensivos del campamento, y Paul, el amigo del primo que le anda coqueteando. Uy.
Ahora bien, conforme las relaciones se vayan tensando y algunas situaciones no del todo agradables vayan surgiendo, la gente, ¿no adivinan? Comenzará a morir. De maneras generalmente bastante desagradables pero muy efectivas para un slash. Mientras todos nos preguntamos, tan tan tán, ¿quién es el culpable y, aún más, quién es el siguiente?
Está claro que uno siente que si ha visto un slasher los ha visto todos y hay algo de eso, así que el caso es que uno tiene que gustarle el típico juego de quién persigue a quién y, especialmente, cómo van a matar a quién. Así de simple, en realidad los giros finales son justificaciones para que una película se diferencie de otra, y en algunas ocasiones lo consiguen con mayor efectividad que en otras.
En este caso, yo diría que sin duda es una película bastante bien hecha, con pretensiones sencillas y que logran su cometido. Especialmente en lo referente a las muertes ya que aunque no dejan de verse de bajo presupuesto están muy bien realizadas, porque con todo logran verse impresionante y asquerositas por momentos.
La historia tiene su punto, especialmente en lo referente a la revisión de la identidad sexual que parece que a la gente le encantaba por aquella época. Una persona con una identidad sexual equivocada sin duda debía ser una clase de psicópata y visceversa. De modo que aunque tampoco es un tópico que aparezca en toda la película se dejan entender algunas apreciaciones al respecto. Especialmente en lo referente al final, que es casi icónico para quienes gustan de estas películas, y es una pena que alguien lo sepa antes de verla ya que si bien no es un giro que shockee, es un buen elemento para al menos sorprenderse un poco.
En uno de los documentales de cine de terror de los que he hablado antes venían fragmentos de una entrevista con Felissa Rose, quien fuese la protagonista, especialmente en lo referente a esa escena, y resulta hasta divertido pensar en cómo debe verlo ella en retrospectiva, tomando en cuenta que para el tiempo de la película tenía apenas catorce años.
Estas películas eran una gozada en televisión, especialmente para imaginarse uno, ahí, atrapado en un campamento infantil con todas sus consecuencias. Oh, los años dorados.
¿Slasher favorito?
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