01/10/10
Si ayer hubiera escrito mi reseña habría roto mi propio record al actualizar diariamente durante un mes. Oh, pero el mundo no podía ser tan bello y ahora de nada valió escribir diario si fallé el último día. Mi culpa.
Si hay algo que disfruto es descubrir películas por completo, llegar a ellas sin saber nada y tener oportunidad de conocerlas por entero desde cero. Claro que no es una ciencia exacta y uno se puede encontrar con cosas muy dispares. Cuando vi la portada de "De profundis" sólo pensé: animación, sirenas, you really got me. Y sin más una noche me puse a verla con mi hermana.
" "
Sí, por segunda vez en este blog me veo obligada a no citar absolutamente nada ante la falta absoluta de citas. Y en el caso del cine mudo tenía una justificación. Y en este, bueno, también, aunque es un poco más difícil de sostener.
De hecho, "De profundis" es una película que uno tiene que conocer antes de arriesgarse con ella, y saber a qué se está enfrentando. No es una película para sorpresas a menos que uno reuna ciertas condiciones muy específicas que pueden suponer que yo no reuní. El caso es que lo primero que hay que saber de ella es que está patrocinada por alguna asociación musical de Galicia (vamos, la verdad es que no recuerdo el nombre exacto pero ya saben a lo que me refiero) y la película está un poco pensada más en ese aspecto que en la animación por sí misma. Aunque resulta sin duda la mejor elección haber recurrido a Miguelanxo Prado para ese aspecto de modo que lo visual no demeritara lo musical.
Ahora bien, eso significa que uno tiene que pensar en la película como un concierto de música instrumental acompañado por imágenes y no mucho más. La historia es suficientemente sencilla como para acompañar con una cierta noción de trama pero también para que no estorbe la apreciación de la música por la música.
Se trata, si acomodamos la imágenes lo suficiente como para suponer una historia, de un dibujante que está obsesionado con la vida marina. Él vive con su mujer en una casa literalmente en medio del mar y ella se pasa la vida tocando el chelo (creo recordar que era el chelo, aunque podría ser el violín) mientras espera que él regrese de sus viajes. En uno de dichos viajes su embarcación se hunde y él se ve guiado por una sirena en un recorrido marino inimaginable. Y, básicamente eso.
El problema es que, claro, uno espera una película de animación con sirenas y recibe, efectivamente, una película de animación con sirenas. Y ya. Sin trama, sin diálogos, sin una historia en realidad mucho más dibujada que el acompañamiento rítmico de la música marina. Y, eso sin duda puede resultar bien para los amantes de la música instrumental, o si uno tiene el humor específico para ver algo así, pero debo decir que de otro modo, después de haber descubierto esos fantásticos trazos y ese mundo debajo del mar, la situación se puede tornar algo aburrida. Porque no tenemos ni siquiera la excusa del cine mudo en que se trataba de contar una historia con la imposibilidad del habla, porque aquí realmente ni siquiera están tratando de contar la historia, sino que se cuelgan de esos motivos para un despliegue visual que apela únicamente a lo visual y lo musical. Y ya.
Y estoy segura de que dura menos que una película, de hecho es probable que sea incluso un mediometraje, pero como imdb no me lo aclara y yo no lo recuerdo tampoco podría acotarlo. Lo cierto es que aunque sea poco tiempo se siente infinito, y es realmente difícil que yo me canse de ver sirenas. Pero también es que ver sirenas siendo sirenas y ya comienza a cansar después de unos minutos. Aunque sean sirenas gloriosamente dibujadas por alguien como Prado.
Y parece que yo lo conociese de toda la vida pero no, es la primera vez que veo sus dibujos en realidad pero sin duda es lo más destacable (de manera estática) de la película. Y me encantaría sin duda verlo en un proyecto cinematográfico más en norma, pero por lo que veo su filmografía hasta el momento se compone únicamente por esta pieza. Habrá que esperar. O no.
¿Película favorita que incluya sirenas?
Si ayer hubiera escrito mi reseña habría roto mi propio record al actualizar diariamente durante un mes. Oh, pero el mundo no podía ser tan bello y ahora de nada valió escribir diario si fallé el último día. Mi culpa.
Si hay algo que disfruto es descubrir películas por completo, llegar a ellas sin saber nada y tener oportunidad de conocerlas por entero desde cero. Claro que no es una ciencia exacta y uno se puede encontrar con cosas muy dispares. Cuando vi la portada de "De profundis" sólo pensé: animación, sirenas, you really got me. Y sin más una noche me puse a verla con mi hermana.
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Sí, por segunda vez en este blog me veo obligada a no citar absolutamente nada ante la falta absoluta de citas. Y en el caso del cine mudo tenía una justificación. Y en este, bueno, también, aunque es un poco más difícil de sostener.
De hecho, "De profundis" es una película que uno tiene que conocer antes de arriesgarse con ella, y saber a qué se está enfrentando. No es una película para sorpresas a menos que uno reuna ciertas condiciones muy específicas que pueden suponer que yo no reuní. El caso es que lo primero que hay que saber de ella es que está patrocinada por alguna asociación musical de Galicia (vamos, la verdad es que no recuerdo el nombre exacto pero ya saben a lo que me refiero) y la película está un poco pensada más en ese aspecto que en la animación por sí misma. Aunque resulta sin duda la mejor elección haber recurrido a Miguelanxo Prado para ese aspecto de modo que lo visual no demeritara lo musical.
Ahora bien, eso significa que uno tiene que pensar en la película como un concierto de música instrumental acompañado por imágenes y no mucho más. La historia es suficientemente sencilla como para acompañar con una cierta noción de trama pero también para que no estorbe la apreciación de la música por la música.
Se trata, si acomodamos la imágenes lo suficiente como para suponer una historia, de un dibujante que está obsesionado con la vida marina. Él vive con su mujer en una casa literalmente en medio del mar y ella se pasa la vida tocando el chelo (creo recordar que era el chelo, aunque podría ser el violín) mientras espera que él regrese de sus viajes. En uno de dichos viajes su embarcación se hunde y él se ve guiado por una sirena en un recorrido marino inimaginable. Y, básicamente eso.
El problema es que, claro, uno espera una película de animación con sirenas y recibe, efectivamente, una película de animación con sirenas. Y ya. Sin trama, sin diálogos, sin una historia en realidad mucho más dibujada que el acompañamiento rítmico de la música marina. Y, eso sin duda puede resultar bien para los amantes de la música instrumental, o si uno tiene el humor específico para ver algo así, pero debo decir que de otro modo, después de haber descubierto esos fantásticos trazos y ese mundo debajo del mar, la situación se puede tornar algo aburrida. Porque no tenemos ni siquiera la excusa del cine mudo en que se trataba de contar una historia con la imposibilidad del habla, porque aquí realmente ni siquiera están tratando de contar la historia, sino que se cuelgan de esos motivos para un despliegue visual que apela únicamente a lo visual y lo musical. Y ya.
Y estoy segura de que dura menos que una película, de hecho es probable que sea incluso un mediometraje, pero como imdb no me lo aclara y yo no lo recuerdo tampoco podría acotarlo. Lo cierto es que aunque sea poco tiempo se siente infinito, y es realmente difícil que yo me canse de ver sirenas. Pero también es que ver sirenas siendo sirenas y ya comienza a cansar después de unos minutos. Aunque sean sirenas gloriosamente dibujadas por alguien como Prado.
Y parece que yo lo conociese de toda la vida pero no, es la primera vez que veo sus dibujos en realidad pero sin duda es lo más destacable (de manera estática) de la película. Y me encantaría sin duda verlo en un proyecto cinematográfico más en norma, pero por lo que veo su filmografía hasta el momento se compone únicamente por esta pieza. Habrá que esperar. O no.
¿Película favorita que incluya sirenas?
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