23/11/10
Una película a la que le traje ganas durante mucho tiempo antes de que llegara a mí. Probablemente porque nunca está de más mirar a la bellísima Aishwarya Rai y más aún si está emparejada una vez más con Shahrukh Khan. Además que la producción era una manifestación de majestuosidad sobre majestuosidad. Sin duda tenía que verla.
"Chandramukhi, I can't say how the gods of virtue will judge you. But, I do know if I meet you again, in another life, I will not be able to resist you"
'Devdas' es una de las grandes historias de la India, se ha recreado cinematográficamente un montón de veces y la gente parece amarla así que cada cierto tiempo aparece una nueva película para actualizar la trama, agregar más bailes y que todos estén contentos. Pero eso al parecer no era suficiente para Sanjay Leela Bhansali cuando se decidió a adaptarla por ahí del 2002 (bueno, para entonces ya llevaba algunos años trabajando en el proyecto), ya que se dispuso a juntar en pantalla a todas las grandes estrellas del momento, tirar por la ventana el presupuesto, construir palacios monumentales dignos de las familias protagónicas, y, bueno, hacer una película para recordar, en el menos gentil de los casos.
La historia es bastante típica, sobre todo para aquellos que han podido notar los elementos que aparecen de una película bollywoodense en otra. Está basada en la novela homónima de Sharat Chandra Chattopadhyay, escrita en 1901 así que es probable que por aquel entonces no fueron tan tópicos. Pero todos sabemos que las tramas que ya conocemos aún son capaces de atraparnos, especialmente si ya les tenemos algo de cariño.
Devdas está a punto de regresar a casa después de haber pasado años estudiando en Inglaterra. Años en que nadie de su familia lo ha visto y ahora la casa entera está vistiéndose para su regreso. Pero no sólo en su casa es que lo esperan. La familia vecina, conformada únicamente por Sumitra y su hija Paro, también lo esperan a su manera. Devdas y Paro solían ser inseparables de chicos y la joven ha mantenido una vela encendida durante esos diez años en espera del momento en que pueda volver a ver al joven.
Una historia de amor no tan imposible, en el caso de Devdas y Paro lo que jugará en su contra no será esencialmente la diferencia de castas entre ambas familias (diferencia latente y que cobra bastante importancia en algún punto pero sigue sin ser el factor decisivo) sino sus propios caracteres. La lucha de control por el otro, los deseos de resistirse hará que se vayan alejando en los momentos en que más cerca quisieran estar. Lo que nos llevará a través de una épica amorosa de 185 minutos donde pasaremos de los grandilocuentes palacios familiares a los burdeles de la ciudad, de los matrimonios espectaculares a los trenes que se alejan. Todo en espera de que en algún momento los mundos de Devdas y Paro puedan colisionar entre sí y ellos puedan estar juntos. Cosa nada sencilla en uno de estos melodramas indios.
Está claro que ante una mirada fría hay un montón de elementos tópicos y que los personajes a veces caen en elementos de personalidad estereotípicos dependiendo de las situaciones que estén pasando. Incluso es cierto que hasta llega a ser molesto el hecho de que no puedan dejarse de tonterías y estar juntos porque siempre encuentran el modo de arruinarse el momento y uno quiere golpearlos. Pero si esto podría llegar a ser considerado negativo en algún punto, cualquiera de los aspectos técnicos está ahí para rescatar la situación por completo. Desde las imponentes escenografías, los vestuarios, los colores, la música, los bailes, los fantásticos protagónicos, son suficientes para tenernos al menos completamente hipnotizados con la pantalla hasta que algún giro de acción pueda recomponer cualquier bache.
Eso, claro, si ya sabes que las películas bollywoodenses surten efecto en ti, porque está claro que si no disfrutas de los bailes suntuosos cada cinco minutos puede que la película se vuelva una tortura.
Yo seguro que en algún momento si que quise golpear a algún personaje. No sé si más a Devdas que a Paro pero seguro que sí más a Devdas (y seguro que mucho más a la madre y tía de Devdas), pero ahora la recuerdo incluso con emoción. Si ya había disfrutado gratamente con las puestas escenas de otras producciones del género, aquí las posibilidades escénicas cobraron toda una nueva dimensión. No por nada ha sido una producción que batió records en su propio país y que ha sido ampliamente reconocida en otros. Sin ir más lejos ha sido la primera película del bollywood actual que se ha presentado en Cannes, con Aishwarya Rai siendo ese mismo año la primera actriz de la India en formar parte del jurado del prestigioso festival.
Y así hay más datos meramente técnicos y otros un poco más curiosos, pero sin duda lo relevante sería ver la película. Yo ahora lo que no sé es si arriesgarme con otra de sus versiones más antiguas.
Y para muestra, un botón: http://www.youtube.com/watch?v=mmV_kWtkbPI
"Chandramukhi, I can't say how the gods of virtue will judge you. But, I do know if I meet you again, in another life, I will not be able to resist you"
'Devdas' es una de las grandes historias de la India, se ha recreado cinematográficamente un montón de veces y la gente parece amarla así que cada cierto tiempo aparece una nueva película para actualizar la trama, agregar más bailes y que todos estén contentos. Pero eso al parecer no era suficiente para Sanjay Leela Bhansali cuando se decidió a adaptarla por ahí del 2002 (bueno, para entonces ya llevaba algunos años trabajando en el proyecto), ya que se dispuso a juntar en pantalla a todas las grandes estrellas del momento, tirar por la ventana el presupuesto, construir palacios monumentales dignos de las familias protagónicas, y, bueno, hacer una película para recordar, en el menos gentil de los casos.
La historia es bastante típica, sobre todo para aquellos que han podido notar los elementos que aparecen de una película bollywoodense en otra. Está basada en la novela homónima de Sharat Chandra Chattopadhyay, escrita en 1901 así que es probable que por aquel entonces no fueron tan tópicos. Pero todos sabemos que las tramas que ya conocemos aún son capaces de atraparnos, especialmente si ya les tenemos algo de cariño.
Devdas está a punto de regresar a casa después de haber pasado años estudiando en Inglaterra. Años en que nadie de su familia lo ha visto y ahora la casa entera está vistiéndose para su regreso. Pero no sólo en su casa es que lo esperan. La familia vecina, conformada únicamente por Sumitra y su hija Paro, también lo esperan a su manera. Devdas y Paro solían ser inseparables de chicos y la joven ha mantenido una vela encendida durante esos diez años en espera del momento en que pueda volver a ver al joven.
Una historia de amor no tan imposible, en el caso de Devdas y Paro lo que jugará en su contra no será esencialmente la diferencia de castas entre ambas familias (diferencia latente y que cobra bastante importancia en algún punto pero sigue sin ser el factor decisivo) sino sus propios caracteres. La lucha de control por el otro, los deseos de resistirse hará que se vayan alejando en los momentos en que más cerca quisieran estar. Lo que nos llevará a través de una épica amorosa de 185 minutos donde pasaremos de los grandilocuentes palacios familiares a los burdeles de la ciudad, de los matrimonios espectaculares a los trenes que se alejan. Todo en espera de que en algún momento los mundos de Devdas y Paro puedan colisionar entre sí y ellos puedan estar juntos. Cosa nada sencilla en uno de estos melodramas indios.
Está claro que ante una mirada fría hay un montón de elementos tópicos y que los personajes a veces caen en elementos de personalidad estereotípicos dependiendo de las situaciones que estén pasando. Incluso es cierto que hasta llega a ser molesto el hecho de que no puedan dejarse de tonterías y estar juntos porque siempre encuentran el modo de arruinarse el momento y uno quiere golpearlos. Pero si esto podría llegar a ser considerado negativo en algún punto, cualquiera de los aspectos técnicos está ahí para rescatar la situación por completo. Desde las imponentes escenografías, los vestuarios, los colores, la música, los bailes, los fantásticos protagónicos, son suficientes para tenernos al menos completamente hipnotizados con la pantalla hasta que algún giro de acción pueda recomponer cualquier bache.
Eso, claro, si ya sabes que las películas bollywoodenses surten efecto en ti, porque está claro que si no disfrutas de los bailes suntuosos cada cinco minutos puede que la película se vuelva una tortura.
Yo seguro que en algún momento si que quise golpear a algún personaje. No sé si más a Devdas que a Paro pero seguro que sí más a Devdas (y seguro que mucho más a la madre y tía de Devdas), pero ahora la recuerdo incluso con emoción. Si ya había disfrutado gratamente con las puestas escenas de otras producciones del género, aquí las posibilidades escénicas cobraron toda una nueva dimensión. No por nada ha sido una producción que batió records en su propio país y que ha sido ampliamente reconocida en otros. Sin ir más lejos ha sido la primera película del bollywood actual que se ha presentado en Cannes, con Aishwarya Rai siendo ese mismo año la primera actriz de la India en formar parte del jurado del prestigioso festival.
Y así hay más datos meramente técnicos y otros un poco más curiosos, pero sin duda lo relevante sería ver la película. Yo ahora lo que no sé es si arriesgarme con otra de sus versiones más antiguas.
Y para muestra, un botón: http://www.youtube.com/watch?v=mmV_kWtkbPI
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