26/08/11
Yo soy fácilmente atrapada por falsas expectativas. Me dan un título sugerente y ahí voy, sin medir las consecuencias. Y esta película se llamaba "Oh! My zombie mermaid". Y a mí me gustan las sirenas. Las sirenas y los zombies. No podía fallar.
"Just the kind of house she wanted. The kind of house she gave up on when she married you"
Ahora, quizás hubiera sido bueno saber que también se dio a conocer con otros títulos, como "Ah! House of Pro Wrestling" o "Ah! House Collapses". Que de hecho eran traducciones más exactas del título original y que, como pueden notar, nada tienen que ver con sirenas o con zombies. Claro que sería fácil argumental que meter luchadores de lucha libre en la trama no podría sino mejorarla pero todo eso estaría aún por verse.
Un programa de televisión llega a grabar la fiesta de inauguración de la nueva casa de un luchador de lucha libre que está aprovechando su fama para poder cumplir ahora todos sus sueños y los de su amada esposa. Que, por cierto, el protagónico es interpretado por un verdadero luchador japonés, y su esposa es desconcertantemente bonita y el hombre lo sabe así que quiere darle todo lo que está a su alcance. Pero, faltaba más, la mujer realmente lo ama y no cree que sea necesario tener una casa gigante y un millón de personas celebrando con ellos. Pero igual no durará mucho porque los archienemigos de la lucha de Kouta, el protagonista, llegan a hacer de las suyas y a destruirlo todo hasta que Asami, la adorada esposa, termina en el hospital y la casa de sueños termina hecha polvo. Kouta se siente culpable, y aún más cuando se descubre que su esposa tiene un virus sirenoide que la está transformando en sirena. Y fuera de que se le caiga la piel para volverse escama, lo de zombie tendremos que imaginarlo. Ahora, como los hombres se ven que no entienden ahora Kouta tendrá que construir una casa más grande y luego reconquistarla venciendo a enemigos de lucha para un programa de televisión para poder curar a su esposa. Tan lógico como eso puede ser.
La película tiene toda la lógica de las estereotípicas películas de lucha libre. Esto es, que la trama es lo de menos y sólo debe ser particular y permitir que cada dos minutos salgan nuevos luchadores casuales para pelearse con el protagonista y así hasta el infinito. A eso le añadimos algunas otras escenas típicas de amor, traición, amistad que más o menos condimenten todo, sin demasiado éxito, y ya está. ¿Sirenas zombies? Ah, sí, en algún fotograma medio aparecerá una. Bueno, sirenas, porque eso de zombie sólo parece haber servido para engañar a jóvenes ingenuas como yo. Y funcionó muy bien, hay que reconocérselo.
La película es mínimamente entretenida, sobre todo en virtud de que todos los elementos son raros y parece que los metieron en una licuadora para que salgan y se acomoden como puedan y sin que su coherencia importe demasiado. Pero incluso en ese aspecto no consigue demasiado (en parte porque Japón ya nos tiene muy acostumbrados a cosas raras como para que producciones así puedan sorprendernos del todo) porque no cuenta con mayores puntos a favor: actuaciones tirando a malas (en especial porque parecen ser nada relevantes), una trama armada a la fuerza, escenas de lo más típicas y a veces hasta fuera de lugar, y en general fuera de ver peleas y peleas cada vez con enemigos más raros la película tiene poco que ofrecer. Y a mí me gusta la lucha libre, no me malinterpreten.
Uno de los detalles que le dio un pequeño punto extra para mí fue la brevísima participación de Katagiri Jin, a quien amé como protagónico de la serie de televisión "The quiz show", de la que ya hablé anteriormente. Pero, lo dicho, fue una participación tan breve que no sirvió para rescatar nada. Una pena.
Ahora, cineastas del mundo, especialmente japoneses, les dejo de tarea una buena película de sirenas zombies, tienen todo el potencial necesario.
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