28.4.09



28/04/09
De vuelta a las películas pendientes. La verdad que si ya había considerado de algún modo ver esta película (entre la sugerencia de Ian y el poster de 'apoya el cine mexicano, chingá!'), la semana pasada que fui con Stef al cine a ella le tocaba elegir. Entre ver de nuevo "Monstruos contra aliens" o "Dragon Ball" la verdad es que me alegró que eligiera esta. Y eso que yo tenía muchas ganas de ver "Dragon Ball" hasta que Iván me advirtió que ni me molestara.
Oh, y la verdad recordé mucho esas noches de risas con Kris y Joan mientras veíamos toda la gama de videos de huevo cartoon.



"¿Es usted el brujo? Verá, es que quiero convertir a mi suegra en sillón....rojo, de preferencia...para que combine con la sala"

Tampoco es que esperara mucho de la película, la verdad. No vi la primera parte y después de ver las animaciones que ha presentado últimamente el cine mexicano es difícil que uno pueda seguir apoyándolo con demasiado gusto.
Sorprendentemente la animación es impecable. Vamos, que no es tan difícil, y aunque sean figuras relativamente sencillas (vamos, que casi todos los personajes son ovalos blancos) da gusto ver un trabajo bien hecho en pantalla.
La trama supongo que es lo de menos. Deduzco que el pollo se convirtió en tal en la película pasada y ahora apenas se acostumbra a su vida de no-huevo. Y eso antes de que el huevo brujo (que es el típico huevo que el brujo te pasa para absorber las malas energías, pero en versión de piedra) necesite un corazón de pollo para su hechizo y sus huevos rancheros terminen secuestrándolo para tal propósito. Y todos van a salvarlo, se deduce.
El humor es casi tonto, pero se fundamenta casi en su totalidad en albures y asociaciones con la cultura popular. Aún así debo aceptar que llegado a un punto yo moría de la risa con las tonterías que se iban diciendo, y lo mejor de todo es que en la sala se podían escuchar por igual las risas de los niños que las de sus padres. Y eso que yo me preguntaba si entendían realmente los dobles sentidos o si sus pequeñas mentes trabajaban nada más con el significado más literal de la situación. Creo que mi escasa interacción con niños me lleva a subestimarlos.

A mi gusto la película tiene muchos puntos favorables. Por un lado sus escasas pretensiones. No hay nada que quiera verse grandilocuente y eso da una libertad para recurrir a toda clase de chistes sin restricción. Se ve, o parece al menos, un trabajo hecho con gusto y eso se aprecia sin duda. Además que siempre es mejor que uno vaya al cine pensando que es una caricatura más y se encuentre con algo grato, que cuando les dan todo el bombo y platillo y no cumplen ni la mitad de las espectativas.
Argumentalmente me encantaron los diversos tipos de huevo. Es un detalle casi ridículo pero me pareció muy bueno. Encontrar por un lado los típicos huevos de confeti, hippies que están drogados la mayor parte del tiempo, un huevo de chocolate con miedo constante a derretirse, los huevos rancheros, los huevos de tierra, los huevos de reptil (genial el monólogo shakespearino que representa uno de ellos), los huevos de avestruz (gigantes y algo torpes), los huevos de escorpión (mis favoritos, muy death metal) o los huevos zombie (que en realidad eran cascarones vueltos a la vida). Es un constante espectáculo lo que sucede.

También tenemos la cuestión musical, que va desde canciones punk en inglés hasta José José. Y no es eso lo más popular que podemos escuchar dependiendo de la situación.
Oh, y muy bien utilizado el recurso de los patrocinadores, que creo que es algo no muy explotado en México pero que puede resultar de lo más útil.

En fin, que uno pasa un rato de lo más agradable y sin duda que eso siempre se agradece. Me reí del modo más simple y sincero.
Aunque me pregunto si el humor no resultará demasiado hermético para un público extranjero. Mmmm.

0 guiños:

Publicar un comentario