09/04/09
Ya había comentado alguna vez que mi hermana es una fanática intensa de Sherlock Holmes. Y bueno, para tratar de complacerla un poco comenzaremos a hacer un mini ciclo de películas del detective inglés. Todas las que puedan conseguirse, es la idea. Así que comenzamos desde atrás, con una serie de misteriosos casos en blanco y negro.
"No, not so spooky as that. Ghosts don't stab people in the neck, do they? Or do they?"
Hay algo en la estética del cine de aquella época que me atrapa, que me parece muy limpio. Podría ser, sin duda, la intensidad del color y el modo en que convierte cualquier visión en un terreno llano entre el blanco y negro. También deben ser las tomas limitadas, casi siempre representando de manera parcial a los personajes, la limitada escenografía y la indumentaria. Basil Rathbone puede que no luzca inmediatamente como Sherlock Holmes (o será que yo siempre me he imaginado al personaje demasiado flemático y taciturno) pero uno se adapta rápidamente. Lo que puede llegar a desconsertar es la rapidez con que habla, pero esto se volverá no sólo una característica del detective si no de todo el caso.
El doctor Watson ejerce su profesión de médico en una residencia para veteranos de guerra, en una mansión que tiene fama de estar un poco embrujada y cuyos herederos lucen sospechosos respecto a causas no demasiado claras, que comienzan, al menos, con el próximo matrimonio de la hermana con un norteamericano. Tras un anónimo ataque al médico asistente, Watson decide recurrir a Holmes para esclarer la situación, cuando comienzan a sucederse una serie de inexplicables asesinatos de personajes dentro de la residencia.
Siempre he disfrutado de un buen misterio, pero en este caso la premisa resultó de lo más confusa para mí. Dado que se trata de una película de apenas una hora, es lógico que todo tuviera que condensarse en el modo más rápido posible, así que al principio no nos enteramos muy bien de quién es quién en la residencia, o a quién atacaron y quién se comportó de qué modo. Tenemos la sensación de encontrarnos en medio de un gran nudo sin saber muy bien qué lo conforma. Tampoco es que esto dure demasiado tiempo, y ya uno comenzará a unir los cabos sueltos para entender el misterio, pero al inicio puede resultar de los más confuso. Además de que incluso puede llegar a ser un poco molesto ver a todos los personajes corriendo de una situación a otra, como si el caso tuviera que ser resulto, literalmente, durante una hora.
Aunque resulta entretenido, tal vez esta superficialidad y rapidez al momento de encarar el caso no nos permite adentrarnos demasiado en los personajes, que de por sí son varios, y eso puede conseguir que el resultado parezca un poco sacado de la manga. Como simplemente haber escogido al personaje menos esperado para hacer una resolución aparatosa. Con Sherlock Holmes enfrentando a la muerte, como bien nos advierte el título.
Posiblemente lo mejor de todo sea, claro, Sherlock Holmes, que termina por ser tan icónico como uno podría esperárselo y resultando de lo más interesante. No sé bien qué opinión me merece Watson, de quien creo que ya me había hecho a la imagen de que debía ser un hombre atractivo (y no es que Jude Law con ese bigote lo sea, ajam).
En fin, que un buen misterio nunca está de más, pero sin duda esta colección resulta más bien apetecible para los amantes del detective, que en otro caso podría resultar un poco sin chiste. Aunque aún necesito ver algunos otros casos para poder opinar más generalmente.
¿A ti te gusta Sherlock Holmes?
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