02/09/11
Cuando escogí esta película para verla pensé, por la traducción del título ("Eat the schoolgirl"), que se trataba de una de las recreaciones de un crimen juvenil cometido contra una colegiala hace algunos años. Pero no, en realidad la había conseguido mucho antes por su director, que podría medio añadirse al grupo bizarro-hiperbólico actual de Iguchi, Nishimura y Sakaguchi. Pero esta pieza era de mucho antes.
"I was chosen to satisfy you. You can do anything you like with me. And when l say anything l mean anything"
De hecho "Eat the schoolgirl" fue la primera película que dirigió Tomomatsu, unos cuatro años antes de "Stacy: El ataque de las colegialas zombie" donde ya perfilaba un estilo algo más cercano al que seguiría desarrollando. Con una mínima producción esta claro que el objetivo primario de la película es la de shockear y desagradar al espectador con cada escena posible.
Es un poco confuso seguir la trama. De manera general podríamos decir que se enfoca en dos jóvenes que forman parte de una banda yakuza en uno de los escalones más bajos de la jerarquía (sino es en el más bajo). Trabajando en uno de los negocios de videos sexuales, reparten folletos sobre los servicios de la compañía. Ambos se encuentran visiblemente obsesionados por el sexo y eso se representa en distintos rasgos de sus personalidades: llamadas constantes a la línea telefónica de la compañía, traumas por la visión de un asesinato presenciado años atrás, la imposibilidad de poder relacionarse con una mujer si no es a través de la violencia. Al mismo tiempo que las secuencias de estos jóvenes nos encontramos por momentos con las acciones de la banda y el modo en que se hacen de sus videos y también cómo abusan de su poder para satisfacer cualquier deseo.
A partir de esta línea principal el resto del argumento se va desdibujando en un extraño tono entre lo surreal y lo místico. En algunos momentos sentimos que los dos protagónicos son en realidad el mismo (o era yo que a veces me costaba reconocerlos o sentía que se confundían), y entonces vienen secuencias que podrían parecer por completo fuera de lugar, sobre todo en lo que se refiere a la presencia de una mujer-ángel que aparece de manera entre funesta y liberadora, aunque sólo pueda permanecer dentro de la habitación en que se encuentra. Más cercana a una visión que un personaje, podemos sólo suponer que su presencia trata de representar una suerte de idealización fantástica de los sentimientos más mundanos, la justificación obsesiva de los impulsos más condenables. Esto porque a pesar de ser precisamente un ángel, parece más que dispuesta a abandonarse a todos los instintos violentos y sexuales de los protagónicos como si se tratase de algo natural y armonioso.
Cuesta decir realmente si el problema de la película radica en que la propuesta se pierde a los pocos minutos y resulta difícil seguirla como historia, o si es esto una decisión deliberada para dotarla de un carácter más ambiguo que concreto. Lo que sí queda bastante claro es que se buscó por sobre todo la imagen explícita y difícil de mirar, y recrearse con temas usualmente condenables. De tal modo será difícil encontrar una sola secuencia en que no tenga lugar una escena sexual, un desnudo completo, una violación, una mutilación, o en general acciones que podrían resultar difíciles de ver. Por más que uno tenga más resistencia a este tipo de temas y no vaya a escandalizarse del todo, será difícil que la visión de la película no resulte al menos un poco desagradable. Y todo eso en apenas una hora, yo misma no estoy del todo segura de si querría volver a verla, aunque presiento que hay algo que se sugiere muy veladamente y que podría valer la pena encontrarlo. Pero, eso, quizás en otro momento. O quizás en otra película del director.
La tengo pendiente desde hace ya un tiempo pero no me atrevo a verla completamente... Al final seguramente caeré. Saludos y ¡Gran blog el tuyo!
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