23.2.09



18/09/08
En realidad, una vez más, no he tenido oportunidad de ver películas ya que de regreso de mis breves vacaciones me he encontrado con unos divertidos exámenes que tengo que enfrentar. Aunque, si las cosas salen bien, espero que esta noche vengan algunos amigos a ver cualquier cosa, que he conseguido algunas cosas nuevas que me resultan interesantes.
Si no, si puedo preservar mínimamente mi fuerza de voluntad, veré alguna sola, pero aún falta por ver.
Mientras tanto, en realidad pensaba actualizar con "El exorcista V" de Balagueró y conseguir un mínimo de expectación por parte de los lectores. Hay un concurso de fake trailers en España que me emociona considerablemente. Van a haber dos categorías: en la primera cualquiera puede enviar su fake trailer (que aún no me queda demasiado claro si tiene que ser necesariamente continuación de una película existente o cualquier cosa) y algunos directores importantes escogen al mejor; y en la otra, interesantes directores como el mencionado Balagueró, Paco Plaza, Isabel Coixet, Bayona, el director de "La soledad", los dos de "Tapas" y algunos otros irán subiendo sus propios trailers y el público votará por el mejor. O algo así me quedó entendido. El primero que ha subido el suyo es Balagueró, con el "Exorcista V". Cuando Ian me pase la dirección ya la pondré por aquí.
Mientras tanto, tenía ganas de escoger una película que representase alguna relación atípica. Y, claro, ¿qué mejor que "Relaciones peligrosas"?



"You'll find the shame is like the pain, you only feel it once"

Creo que mi gusto por esta obra comenzó como debería comenzar siempre: por el texto literario. En este caso no fue realmente la novela sino la obra de teatro. Y después de quedar cautivada por ella mi profesor de teatro todavía puso el dedo encima y nos pasó otra obra que transformaba la misma premisa, llamada "Cuarteto" aunque ahora no recuerdo el autor.
También debería leer la novela, aunque me parece que las adaptaciones cinematográficas hacen hincapié precisamente en la obra dramática.
Sobre la película, lo primero que destacaba, evidentemente, es el elenco que trae consigo: una Glenn Close increíble, un John Malkovich que, bueno, siempre me conquista; Michelle Pfeiffer como una inocente mujer, Uma Thurman como una jovencita que todavía no sospecha nada de la vida y Keanu Reeves en una especie de suerte de Neo vestido muy extravagantemente.
A pesar de tantos nombres tan llamativos se podría decir que toda la fuerza de la película, a mí parecer, recae precisamente sobre Close y Malkovich que están más que adecuados a sus siniestros papeles. Yo sé que a muchos les gusta mirar la historia por detrás, en que un hombre completamente corrompido por lo mundano puede cambiar al conocer el amor verdadero (que siempre tiene que ser una mujer inmaculada y hermosa, casualmente). Pero a mí hay algo muy detrás de todo ello que es lo que me atrapa.
Todo el curso de los sucesos está decidido por estos dos personajes que han vivido aparentando una decencia intachable y, por detrás, llevando la vida que han querido aprendiendo a manipular a las personas. Principalmente la marquesa de Merteuil es excelsa en el modo en que puede controlar a las personas a su deseo y aún más, sin aparentarlo.

Escribiría más pero la verdad es que voy corriendo para clases y temo no terminar esto. Así que para todos aquellos que ya conocen los enredos de esta obra no tendré que repetirlos. Para los que no, la recomiendo con ciertas reservas (todavía me falta ver la de Forman) pero recomiendo, por encima de todo, la obra.
Probablemente lo que menos me gusta de esta película es la necesaria moralidad que le tiene que dar un final maniqueista disfrazado (ya, esperan que porque vemos morir a medio elenco nos creamos que es una resolución muy arbitraria), porque después de todos los sucesos hay una fuerte y explícita condena sobre la conducta de Merteuil, precisamente, que lleva a terminar con la última escena en que se le retrata llorando frente a un espejo.
Nada más lejano en la obra, donde no sólo puede librar la condena, excluirse de los trágicos sucesos a su alrededor y terminar justamente en el mismo papel que se había construido desde el principio. Es delicioso presenciar todo su cinismo en la última charla, donde habla de todo lo sucedido como alguien completamente ajena al tema. Increíble el modo en que ha conseguido hacer de sí misma un papel.

Y bueno, creo que mi comentario iba orientado principalmente a la relación Close-Malkovich que es lo más deliciosamente atípico de la película, pero el tiempo apremia. Supongo que muchos ya se lo podrán imaginar gracias al terrible remake contemporáneo de "Cruel intentions" donde rebajan a los personajes a un nivel telenovelesco inimaginable. Además que mi papel favorito queda en manos de Buffy, ¿qué se podía esperar?
Ajam.

Respondo comentarios a la vuelta de clases.




¿Cuál es tu relación atípica cinematográfica favorita?

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