25.2.11


25/02/11
Y, bueno, dejando de lado mis reseñas viscerales, ya nos hacía falta por este espacio un poco más de Stanley Kubrick. Y un poco más de cine bélico y es que Vietnam sigue siendo mi guerra cinematográfica favorita porque encierra la gran moraleja de las guerras y es que todos pierden.



"These are great days we're living, bros. We are jolly green giants, walking the Earth with guns. These people we wasted here today are the finest human beings we will ever know. After we rotate back to the world, we're gonna miss not having anyone around that's worth shooting"
"Full metal jacket" es una gran película de guerra de la que, irónicamente, la mayoría debe recordar más las escenas que no son bélicas que las que se rodaron en el campo de batalla. Ese debe ser uno de los más grandes méritos de Kubrick: hacer lucir a Vietnam casi como unas vacaciones después del infierno del entrenamiento militar. Solo hay que pensar en el general Hartman gritando obscenidades por quince minutos ininterrumpidos para saber que uno no querría estar ahí.

La película se divide en dos partes, como he dicho (y como probablemente casi todos ustedes sabrán). En una nos centramos en el entrenamiento militar de un grupo particular de soldados y su esquizoide general. Probablemente el punto esencial es la problemática alrededor del soldado Pyle, torpe, pasado de peso y cometiendo todos los errores por los que un soldado pueda ser condenado. Especialmente cuando su grupo es controlado por un sádico. Y, bueno, todos recordamos la memorable escena que da final a la primera parte, ¿no?
En la segunda nos encontramos ya propiamente en Vietnam, aunque desde una perspectiva un poco menos bélica, si es posible. El hilo conductor entre ambas partes es el soldado Joker, quien terminando su entrenamiento se ha dedicado a ser periodista de guerra. De modo que va por el sitio haciendo entrevistas y disfrutando en general no tener que preocuparse (demasiado) por su vida. Pero está claro que no todo puede ser color de rosa cuando todos sabemos cómo terminó esta historia.

El mensaje claro de la película es que el horror de la guerra no se encuentra específicamente en el campo de batalla, en los momentos en que uno se intercambia balas a ciegas, en el sitio en que uno no puede estar seguro de si es ese su último minuto con vida. El horror de la guerra se gesta en el interior de cada uno de los soldados preparados para ello, en el modo en que se les enseña a llevar el 'honor' hasta consecuencias abominables, y el modo en que las bajas se suceden aún antes de llegar a la batalla. Con una primera parte tan fuerte, en la que paradójicamente deberían mostrarse los ideales americanos que guían a los soldados, nos enfrentamos al hecho de la guerra en sí (en la segunda parte) ya como un hecho desolador de antemano. Aunque no estamos presenciando batallas en todo momento podemos percibir el daño irreparable que ha sucedido ya no sólo en el escenario sino en los personajes que se mueven por ahí sintiéndose falsamente héroes. Para ello funcionan de manera fantástica las entrevistas arbitrarias que Joker sostiene con algunos de los soldados, la mayoría jóvenes, que sin duda no volverán a ser los mismos después de dicha experiencia (no podemos precisar ahí cuál de las dos).

Además de un gran guión y una excelente dirección, probablemente lo más destacable de la película son dos de sus actuaciones principales. Sin duda la del sargento Hatman, interpretado por R. Lee Ermey, quien de hecho fue realmente un sargento y sirvió durante la guerra de Vietnam. Por no mencionar que convenció a las malas a Kubrick de que le diera el papel ya que había sido contratado originalmente sólo como asesor de los aspectos técnicos de la milicia. Ahora resulta imposible pensar en que alguien pudiera haber realizado el papel tan bien como él. Y por otro lado, claro, el soldado Pyle, interpretado por Vincent D'Onofrio (que me cuesta pensar que sea el mismo que resuelve casos tan extravagantemente en "La ley y el orden: Víctimas especiales") quien realmente nos confunde y nos convence con su actitud de bobo y su consecuente (y dramática) explosión. Nunca mejor dicho.


Un día de estos tengo que ponerme a ver la filmografía pendiente de Kubrick. Me parece un director sencillamente maravilloso. Y leyendo los datos curiosos de esta película hasta parece una buena persona, muy contrario a lo que decían los datos curiosos de "El resplandor" y cómo todos necesitaron ayuda psicológica después de lidiar con él entonces, jo.




¿Película favorita sobre Vietnam?

2 comentarios:

  1. buenas tardes, acabo de descubrir este blog y me ha gustado bastante, en cuanto a la cinta es una autentica maravilla, la vi cuando la emitieron en la 2 hace poco,me gusta más la parte inicial del entrenamiento que la parte bélica en si y para terminar citar la gran labor del director. Un saludo

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