10.5.15

"How is it possible that a parasites control the brain cells and make their hosts jump into water?"

Uno puede pensar en "The host" y creer que Corea del Sur es perfecta para películas con bichos tóxicos y mortales, de la misma manera en que resulta perfecta para los thrillers y las venganzas hiperbólicas. Sin embargo "Deranged" es una película cuya trama parecía la promesa dorada de las producciones sobre contagios asesinos, y que termina por desaprovecharse terriblemente en pos de ese inexplicable amor de los surcoreanos por el melodrama.

La historia se inspira en el comportamiento real de unos gusanos parasitoides, que una vez han tomado a un grillo como su huésped son capaces de controlar su comportamiento en beneficio propio, orillándonos a una muerte prácticamente suicida por ahogamiento cuando el parásito requiere del agua para completar su propio ciclo. Así que de pronto nos encontramos en Corea del Sur y la pregunta es ¿qué pasaría si existiera un parásito capaz de atacar al ser humano de ese modo?

Una serie de cadáveres empiezan a aparecer en el agua, y si por un momento se podría pensar en una epidemia de suicidios, la gravedad del asunto deja en claro que hay algo más que un desajuste psicológico detrás de esa brutal necesidad de llegar al agua. El enfoque humano del mencionado melodrama lleva a que la historia sea protagonizada por una pareja de hermanos y la familia de uno de ellos: un vendedor de equipos médicos y un detective. Accidentalmente involucrados con la epidemia (como la gran mayoría de la ciudad, como no tardaremos en darnos cuenta), se verán orillados a descubrir qué es lo que verdaderamente está sucediendo, si es que quieren salvar a las personas que aman de esta cruel muerte. 

Si bien no se puede decir que sea una película mala, tan fantástica premisa está totalmente desaprovechada en esa 'historia de valentía cotidiana'. Ni película de bichos hiperbólicos asesinos, ni gran épica de enfermedades. Fuera de la tragedia implícita en que sea uno mismo quien se arroje a su muerte, no hay demasiada complejidad en la elección de una enfermedad tan dramática y que podría haber dado mucho de sí. 
Encima, se imaginarán, yo estaba muy emocionada con esta producción, y una vez más Corea del Sur me ha recordado porque son los reyes de los doramas. 




¿Epidemias cinematográficas favoritas? 

8.5.15

"I want to hide in a place that makes me comfortable"

Christopher Doyle es sin duda uno de los directores de fotografía más interesantes en el escenario internacional, especialmente reconocido por darle al cine de Wong Kar Wai el toque visual perfecto que necesitaba. Pero cualquiera familiarizado con las disputas entre ambos artistas y con los extraños otros proyectos en los que Doyle se ha involucrado, sabrá que más allá de sus encuadres perfectos hay una personalidad de lo más extravagante.

"Away with words" es su opera prima como director y guionista, con una historia que él mismo define inspirada por Borges (por "Funes el memorioso", asumimos todos). Asano (interpretado por mi amado Tadanobu Asano) es un hombre que creció en Okinawa y que tiene la característica de que es incapaz de olvidar palabras, además de una sinestesia que hace que identifique los sonidos con imágenes y sabores. En un viaje que realiza a Hong Kong conoce a Kevin, un anglosajón dueño de un bar que tiene la tendencia de ir olvidando las cosas. La amistad entre ambos personajes se desarrollará a partir de su particular relación con las palabras y la memoria.

El particular estilo de Doyle busca hacer de "Away with words" una película más sensorial que narrativa, una experiencia visual, musical y lingüística que no siempre encuentre una estructura exacta a la cual acomodarse. Y aunque sin duda consigue su cometido de manera admirable, se echa en falta un cierto orden que permita que el caos pueda adquirir su propia armonía. Y es que con la preciosa fotografía de Doyle de por medio, parece inevitable sentir que Wong Kar Wai bien podría haber metido mano en ese guión.
Al parecer no le quedaron muchas más ganas de experimentar con la dirección a Doyle después de este irregular logro, de modo que apenas tiene un par más de producciones posteriores con su nombre, siendo la más conocida su breve intervención en "Paris, je t'aime".




¿Película favorita en la que intervenga Christopher Doyle?

7.5.15

"Quisiera creer todo lo que dice, pero en la vida real las momias no roban mujeres ni matan"

Así como hubo un tiempo en que el cine mexicano contaba con excelentes exponentes del terror, también es cierto que la producción de este género se valía de aprovechar ideas de otras cintas en cuanto pudieran ser recicladas en un ambiente mexicano. El "Museo del horror" tiene una clara inspiración en "House of wax", aunque sin la interesante figura de Vincent Price, incluso contando con un equivalente en la trama.

Un grupo de mujeres desaparecen en extrañas circunstancias, de las que sabemos son conducidas hasta un sitio oculto donde son tratadas con cera. Las sospechas recaen sobre un médico que utiliza cadáveres para experimentar con ellos, un embalsamador (interpretado por Carlos López Moctezuma, quien no puede faltar en esta clase de películas), y un empresario teatral que se dedica ahora a operar un museo de cera.

Con una premisa que ha servido para no pocas películas sobre mujeres que desaparecen para servir a los oscuros propósitos de algún desequilibrado, poco tiene para destacar el "Museo del horror" en comparación de otras producciones mejor logradas en este aspecto, desde el mencionado "Museo de cera" hasta verdaderos clásicos como "Los ojos sin rostro". 
Aunque la película se deja ver sin mayor complicación, sobre todo debido a su corta duración que no llega a la hora y media, no consigue hacerse con ninguno de los méritos básicos del cine de terror, al tiempo que es claro que no busca destacar por su originalidad. 




¿Otras películas sobre museos terroríficos?

11.4.15

Un clásico que ya hacía falta por acá y que no necesita mucha más introducción.



"Goodness is something to be chosen. When a man cannot choose he ceases to be a man"
"Naranja mecánica" es de esas películas que no necesitamos haber visto para saber cuál es la esencia más pura de su historia: la violencia. Alex DeLarge es un joven pandillero en un futuro distópico que vive entregado a la violencia y su furor. Extravagante y dramático, su mundo es una serie de sucesos abruptos y sin-sentido. Golpizas a hombres en desventaja, allanamiento de morada, violaciones. Este espiral caótico que parece enmarcado por música clásica y refinados escenarios. Arte y máscaras. Como si no hubiera un límite claro entre los extremos de ese futuro. 

Sin embargo, siendo una revisión tan cuidada de la ultraviolencia, la crítica no parece superficial ni evidente. Si la degradación social aparece en escena desde el primer momento, la estructura de este nuevo orden se complejiza cuando DeLarge es arrestado y sometido a una terapia experimental para borrar esos impulsos criminales. El tratamiento Ludovico, pese a su aparente sofisticación tecnológica (propia de un futuro distópico, a final de cuentas), no parece alejarse demasiado de la tortura medieval, neutralizando a Alex de la misma manera degradante en que él atacaba a la sociedad. El individuo queda nulificado ante el sistema, Alex queda libre pero mutilado no sólo de sus deseos violentos sino también de otras características socialmente básicas. 

Esta paradoja, dramática en su puesta en escena, reside la fuerza de la historia: la violencia no es unilateral. Es parte de un ciclo indiscriminado que no puede interrumpirse al suprimir un solo elemento. Alex agrede constantemente a una sociedad de la que se asume parte pero de la que vive también marginado. El Estado trata de trasgredir esta violencia con más violencia, con un control que va del cuerpo de los individuos a psiques que ya están por completo dañadas. Y sólo hay una manera de reestablecer el equilibrio. 
Todos sabemos cómo termina esto.

A décadas de la adaptación de la obra de Anthony Burgess, autor que no estaba demasiado convencido de que Kubrick estuviera al cargo de la dirección, "La naranja mecánica" no es sólo un clásico más que consagrado sino una pieza que ha mantenido su poder y su vigencia a través del tiempo. Una crítica feroz, una estética perfecta y un fantástico espiral de violencia girando alrededor de un enorme Malcolm McDowell. No sorprende demasiado que sea probablemente la película más reconocida de un director que de por sí tiene una filmografía más que destacable.




¿Otras películas sobre terapias extremas?

7.4.15

No vi en su momento, ni a día de hoy, la película que se llevaría el Óscar a Mejor Película Extranjera en el 2011: la danesa "In a better world". Pero me resulta imposible creer que pueda ser ni remotamente comparable con la maravilla que es "Incendies". Y es que "Incendies" es, de hecho, una de esos raros fenómenos cinematográficos que aparecen cada cierto tiempo para recordarnos cuan poderoso y cuan apasionante puede ser el cine. Y por qué lo amamos.



"Te sufro toda la dulzura del mundo, amor mío"
Basada en un guión teatral de Wajdi Mouawad (un increíble autor al que apenas estoy empezando a descubrir) y dirigida por un autor que ya no necesita introducción pero que en aquel entonces fue una inesperada sorpresa, Denis Villeneuve; "Incendies" competía con la bandera canadiense pese a concentrar la mayor parte de su acción en Medio Oriente (un Medio Oriente un poco ambiguo que escondía los detalles específicos del conflicto en Líbano). Sin duda la relevancia de su premisa no era sólo ese viaje al pasado, sino justamente el final de una travesía que daba lugar a una familia inmigrante en Canadá. Con una abismal distancia entre ellos y su pasado. 

Nawal Marwan es una mujer mayor que ha criado a sus hijos gemelos en Canadá. Durante una aparentemente regular visita a una alberca pública, Nawal comienza a sentirse mal y esa afección la conduce rápidamente a la muerte. Jeanne y Simon, sin tener tiempo a reaccionar a lo que está sucediendo, se encuentran con la última voluntad de su madre: dos sobres que deben entregar a su padre y a su hermano, respectivamente. Los jóvenes, que no conocen nada sobre la vida que su madre tenía antes de arribar a Canadá ni los sucesos más trágicos de la misma, tendrán que embarcarse en un viaje a Medio Oriente y al oscuro pasado familiar. Armando una historia propia, uniendo de nuevo los lazos que llevaban años rotos, y al tiempo trazando en ese micro-universo una cierta historia nacional.

"Incendies" es una historia que tiene que vivirse y descubrirse a la par de sus poderosas imágenes, de su crueldad y belleza, de la sorpresa de un hilo negro y las fantásticas actuaciones de sus protagonistas. Una increíble película capaz de sumergirnos en un pozo de dolor y también de hablarnos de los inconmensurables límites del amor. Una melodía maravillosa que nadie debería perderse. 

Recientemente vi una serie en la que también participa Lubna Azabal, quien interpreta aquí a Nawal, y es sorprende la capacidad de registro y emociones por las que puede pasar esta actriz de origen marroquí. Sin duda habrá que seguirle la pista.




¿Otras buenas películas sobre conflictos en Medio Oriente?

3.4.15

Crímenes a la mexicana con Ripstein y su "Profundo carmesí".



"Te regalo mi navaja y mi vida"
Arturo Ripstein, además de ser uno de los directores más reconocidos del cine mexicano reciente, es también un autor especialmente interesado en los aspectos más oscuros de la psique humana. Aprovechó diversas historias reales y novelas nacionales para sus películas, al igual que llevó tramas de otras culturas a aterrizar en su pequeño universo mexicano. Tal es el caso de los Asesinos de los Corazones Solitarios, una pareja de estadounidenses que se dedicaron a la estafa y el asesinato durante los años 40. 

Coral Fabre es una enfermera que vive con sus dos hijos y que sueña con el hombre ideal encarnado en la imagen de un actor francés. Nicolás Estrella es un hombre que busca relaciones a través de avisos de periódico y que presume de su parecido con el actor. Un encuentro fortuito lleva a una obsesión que construirá una sangrienta carrera criminal. Las estafas de Nicolás, quien gusta de sentirse un casanova, se ven condicionadas por la presencia controladora de Coral, quien asume rápidamente un papel de hermana para vigilar a su hombre, llevando los encuentros hasta extremos fatales. 

"Profundo carmesí" respecta muchos de los detalles originales de la historia, como el sobrepeso de Coral, el origen español de Nicolás y las dinámicas para los crímenes; pero en el punto en que la historia consigue sobrepasar su condición de 'basada en hechos reales' es en la delibera atmósfera enrarecida que Ripstein consigue al combinar distintas tendencias. Grabada con un aire a cine clásico criminal estadounidense, los escenarios mexicanos lucen excéntricos por comparación, agravado por el patetismo de los personajes encarnados por Regina Orozco y Daniel Giménez Cacho haciendo gala de desastrozos atributos físicos. La tendencia del director hacia un realismo mágico decadente y anacrónico complementa una serie de secuencias donde la puesta en escena llega a brillar incluso más que la historia, en la que destaca la obsesión amorosa antes que los detalles puntuales. 

Aunque resulte quizás más reconocida que de las mejor logradas dentro de la filmografía del director (difícil compitiendo contra "El lugar sin límites" o "El evangelio de las maravillas") se trata de una curiosa adaptación tras-cultural de un crimen clásico, cuya misma naturaleza epistolar no hace sino sumarse a ese extraño pero contundente resultado. Sin duda Ripstein es de esos directores de los que tengo que plantearme ver todavía más películas.




¿Otras películas sobre parejas de asesinos?

8.3.15

En el 2009 Spike Jonze adaptó más que exitosamente un clásico de la literatura infantil cuya simpleza narrativa, en conjunto con su particular estilo y su ambigua complejidad, se presentaban como una difícil misión. "Where the Wild Things Are" encarnó de manera increíble la infancia desde todos sus ángulos: de la magia hasta la crueldad. Pero no fue este el único acercamiento durante ese año que el director tuvo al origen de esas letras, al hombre detrás de las palabras, Maurice Sendak.



"I said anything I wanted because I don’t believe in children, I don’t believe in childhood. I don’t believe that there’s a demarcation. ‘Oh you mustn’t tell them that. You mustn’t tell them that.’ You tell them anything you want. Just tell them if it’s true. If it’s true you tell them"

Maurice Sendak probablemente no sea la clase de personajes que imaginamos como autores de cuentos infantiles. Sus cuentos, en esa línea delgada entre lo que debe contarse a los niños y lo que no, tampoco son convencionales. Un pequeño niño se pelea con su madre y huye hacia una isla desierta poblada por monstruos. Bebés que son secuestrados o niños que corren desnudos por las páginas de un libro. Sendak vivió siempre bajo su principio de que todo podía ser contado. Y Spike Jonze junto con Lance Bangs entraron a su casa para darle oportunidad de contar todavía un poco más.

El documental se presenta de una manera muy íntima a modo de pensamientos que van encontrando su propia narración. Sendak es un hombre malhumorado, filoso y grosero, que creó un mundo fantástico que nunca lo abandonó. Y es a través de un juego de reflejos que vamos conociendo al hombre cuyo talento dio origen a todas esas historias.

Sin necesidad de complicarse en la puesta en escena, "Tell them anything you want" es un increíble retrato de un artista lo suficientemente poderoso como para erigirse como eje documental. Y aunque probablemente su vida no tenga episodios sensacionalmente inusuales, no resulta difícil creer que incluso aquellos que no estén familiarizados con la obra del autor podrán sentirse atrapados por su agudeza y su sensibilidad. Representando a una imagen de 'el hombre con alma de niño' que se aleja por completo de los tópicos y los sentimentalismos.

Aunque en este afán de representar un universo fantástico a través de una serie de pensamientos, quizás no se termine por profundizar demasiado en ninguno de los aspectos personales del autor, es especialmente emotiva la parte en que habla de su homosexualidad, apenas declarada públicamente un año antes tras tantas décadas de secreto.
Sin duda hay muchos aspectos de su vida que bien valdrían una investigación a fondo, pero ya se sabe que en estos casos casi siempre el mejor tributo a un autor es leerlo. O disfrutarlo en pantalla.




¿Otros documentales sobre ilustradores?

5.3.15

Ya nos habíamos tardado en comentar esta excelente pieza, que si bien no entra exactamente dentro del género de terror, comprueba una vez más que en muchas ocasiones las situaciones cotidianas pueden ser más terroríficas que cualquier trama de género. 



"Just because you're used to something doesn't mean you like it"
La gran mayoría de las películas que involucran niños/jóvenes con una marcada psicopatía, tienen a inclinarse hacia la trama de terror o hacia el thriller detectivesco. Del mismo modo en que los tradicionales fantasmas infantiles hicieron furor en su momento porque trasgreden un estereotipo inocente e inofensivo, los 'niños diabólicos' pueden ser el único motor en la trama por lo atípica de su situación, por encarnar una figura impropia de ellos y que sólo puede justificarse con el 'i was born this way'.
Pero esta transgresión no es fantástica ni imposible, y en "Tenemos que hablar de Kevin" se presenta en toda su cotidianidad desde el momento en que Eva Khatchadourian, en lo que parece ser una depresión post-parto, empieza a sentir que algo no está bien con su hijo. Alejándose de los tópicos de las maravillas de la maternidad, pero juzgando a Eva a partir de ellos, la relación entre madre e hijo conforme el segundo va creciendo se vuelve una lucha constante por descubrir lo que hay más allá: más allá de sus conductas cuando nadie más los ve, más allá de su capacidad de manipular a los demás a través de una siniestra imagen de niño bueno.

Desde el inicio, en esas escenas en que vemos a una Eva ya envejecida y sola que se alternan con los flashbacks de su historia familiar, sabemos que las cosas tienen que terminar mal. Pero lo que importa no es el clímax, lo que importa ni siquiera es que ella pueda descubrir lo que está buscando en Kevin. El verdadero eje de la historia es esa relación poco convencional entre una madre y un hijo que ha perdido todo el 'vínculo sagrado' que se asume siempre debe existir. Pero eso no significa que se haya perdido cualquier vínculo, y es justo ese hilo delgado e inexplicado que los une el que configura esta monumental película.

Con una larga etapa de pre-producción y con apenas 30 días de grabación, "We need to talk about Kevin" se sostiene sobre un guión perfectamente logrado en sus sutilezas y en sus momentos climáticos, así como en todos los detalles técnicos y artísticos. Una fotografía luminosa, escenas logradas a partir de un gesto, una contraposición entre dos rostros. Tilda Swinton y Ezra Miller, cuyas fisonomías más que particulares y sus capacidades de llevar a sus personajes a la desesperación con la misma naturalidad con la que se mimetizan en una escena familiar, en contraposición a John C. Reilly y Ashley Gerasimovich encarnando una típica familiar americana, alegre e ignorante. 

Una cinta precisa, implosiva y poderosa desde sus imágenes hasta sus silencios. No deja de sorprender lo largamente ignorada que fue por los principales premios durante su año, y es que quizás no deja de ser una pieza atípica sobre la deconstrucción de la familia. 




¿Otras películas sobre niños con trastornos? 

23.2.15

Y cerramos el maratón de Aishwarya Rai con otra película de Mani Ratnam, estrenada justo una década después de la anteriormente comentada "Iruvar", con la que comparte muchos puntos temáticos: historia biográfica libremente inspirada en un personaje real, una trama que implica encuentros y desencuentros entre sus dos protagonistas, y un retrato de la sociedad india a través de un 'hombre común' que sobresalió dentro de su contexto local. Este 'gurú' es Gurukant Desai, interpretando en la ficción y en la realidad el papel de esposo de Aishwarya. 



"But there is one thing you can never snatch from me: my courage. I won't lose that. Because my courage is the common man's courage. This country's courage"
Tras el resultado de "Iruvar", la premisa de "Guru" no podía sonar menos atractiva. Si al menos en la anterior película la trama ligaba al personaje a los mundos del cine y la política, Gurukant Desai (inspirado en Dhirubhai Ambani), es un hombre cuya vida se volcó al negocio de las telas. a niveles tan técnicos como para entrar en detalles sobre la producción del poliéster en India. Su contraparte, no tan enfatizada en la historia, es el editor Manik Dasgupta, quien pasa de ser una figura paternal al principal crítico del obsesivo deseo de éxito de Gurukant. 

La historia pasa por las fases usuales en una biopic, especialmente en las que se centran en la búsqueda desesperada de un sueño a toda costa: Desai es el hijo de un maestro de pueblo que sueña con triunfar en la vida, negándose a desalentarse ante la aparente imposibilidad de sus sueños. Empezando desde abajo, su agudo sentido para los negocios y su despiadada destreza lo lleva a convertirse en el dueño de un imperio industrial. Y en esta gran épica personal, se entrecruzan las pasiones sinceras y las acciones calculadas, personajes que se ven atrapados en su torbellino y que luego buscan no ser parte de él. Una red de desencuentros que conforman una clásica historia de ambición al tiempo que retratan una faceta no demasiado explotada en cine de la sociedad india.

Y si uno puede empezar creyendo que poco puede interesar una trama sobre empresarios del poliéster, se encuentra pronto con la sorpresa de que la película consigue arrancar con una fuerza inesperada y atrapar al espectador en esa particular mezcla entre el thriller, el drama y el musical que sólo el cine indio puede conseguir. Una década después se nota el refinamiento del director con un guión mucho más perfeccionado y a través del cual se aprovechan al máximo a sus poderosos personajes. Abhishek Bachchan, hijo del legendario actor Amitabh Bachcha y quien durante el estreno anunciara su compromiso con Aishwarya Rai, consigue transformar maravillosamente a su Gurukant de un joven inexperto pero ambicioso en un magnate incontenible. Y aunque los demás personajes giran practicamente alrededor suyo, son capaces de dar fuerza y vida a un abanico de historias que complementan esa revisión de los años 50. Destacando particularmente la particular relación entre Meenu, una joven con esclerosis múltiple, y el periodista Shyam Saxena.

Una sorpresa bastante inesperada y que demuestra una vez más que Bollywood no es sólo bailes e historias de amor. Y que los números musicales no están nunca de más, aunque las películas hablen de enfrentamientos mercantiles y corrupción. 




¿Película de Aishwarya Rai favorita?

19.2.15

Continuando lentamente con el maratón de más que reconocida Aishwarya Rai, nos encontramos con que una de sus más reconocidas producciones es justamente en la que debutó por primera vez en la pantalla grande, tres años después de haber obtenido el reconocimiento de Miss Mundo. Y seguimos con las películas históricas.



"When will there be a revolution in the country? Isn't it our responsibility to bring that revolution?"
"Iruvar" quiere decir 'el dúo' y la película no tarda demasiado en mostrar quiénes serán los personajes que conformen ese eje capital que dé dirección a la historia. Anandan es un joven que sueña con ser actor y se encuentra con una cerrada industria (la del cine Tamil, concretamente) en la que no puede conseguir más que pequeños papeles. Justo antes de una audiencia en la que espera el favor de un familiar, conoce al guionista Tamilzhchelvan quien accede a escribir unos diálogos para él con los que termina por hacerse del papel principal. Aunque los une el cine, las búsquedas de ambos parecen ser por completo distintas: un hombre que busca la fama y otro que está más interesado en la política y en tratar de cambiar al pueblo. Sin embargo ese primer encuentro los unirá para siempre en un irregular camino donde coincidirán tanto como se pondrán el contra del otro.

La historia está fuertemente inspirada en la relación histórica entre dos importantes figuras de la zona Tamil Nadu (al extremo sudeste de la India), M. G. Ramachandran y M. Karunanidhi. Dos iconos sociales que se movieron entre el mundo del cine y el de la política, creando una particular y difícil relación durante los 80 que perduraría más allá de sus logros individuales. Aprovechando la usual estructura cinematográfica en que los amigos pueden volverse enemigos dependiendo de las circunstancias, "Iruvar" aprovechar no sólo el retrato íntimo de dos hombres, desde sus ideales hasta sus pasiones y sus luchas de egos; sino que también hace un recorrido por una faceta distinta del cine indio (para que no creamos que todo es Bollywood) y de su sociedad durante una época específica. Con sus dos horas y medias de duración, son diversos y variados los fragmentos de vida por los que podemos adentrarnos y tener distintas visiones de estos personajes.

Mani Ratnam, el director y co-guionista, demostraría en otras ocasiones su interés por las historias reales, sobre todo las que se erigen sobre personajes prominentes de la vida diaria en la India, y aunque "Iruvar" sea una de sus piezas más reconocidas e incluso considerada una película destacada a nivel nacional e internacional, lo cierto es que el prolongado retrato de una relación con tantos altibajos puede terminar por ser bastante cansado sin terminar por conseguir la fuerza buscada. Si uno desconoce por completo la historia detrás de los protagonistas, sí que se enterará de las líneas generales de lo sucedido, pero seguramente no entenderá por qué llegaron a ser tan relevantes para su sociedad. Y es que pese a tener buenos momentos, la duración y el ritmo no ayudan a una historia que quizás tras el par de décadas que han transcurrido después de su estreno, no consigue dar un golpe contundente.

Y hablando del debut de Aishwarya, su papel es más bien secundario y no demasiado destacable, interpretando tanto a la joven y provinciana esposa de Anandan y a una más dinámica actriz debutante (metaficción y papeles dobles, el cine indio los ama). Fuera de su temprano encanto en pantalla, no se puede decir que ésta sea realmente una película que represente su potencial o su carrera.
Y no sólo seguimos con ella sino también con Mani Ratnam. Descúbralo en nuestro próximo episodio.




¿Otras películas que combinen cine y política?

7.2.15

Así como he estado reseñando los breves maratones de directores pendientes que he visto últimamente, ya tocaba el turno también a la revisión de algún actor imperdible. Y ya que estábamos en esas, ¿qué mejor manera de iniciar que con la Reina de Bollywood? El ícono más reconocido a nivel internacional de esta enorme industria: la preciosa Aishwarya Rai. Y si encima en la primera película compartiría pantalla con el atractivo Hrithik Roshan, yo no podía quejarme.



"You know how to wage war and conquer. But do not know how to rule"
Las tres películas con mejores críticas de Aishwarya Rai se alejan de la imagen más estereotípica y pastelosa de un Bollywood eminentemente romántico, y sin faltar tampoco en ese detalle se acercan más hacia las superproducciones con un valor histórico o social añadido. En el caso de "Jodhaa Akbar", es la épica del matrimonio real entre el Akbar, Emperador del Imperio Mongol y musulmán, y Jodhaa, Princesa Rajput e hindú. 

Durante el Siglo XVI el emperador Akbar se vio al frente de un vasto y complejo imperio, que lo llevó hasta acordar un matrimonio de conveniencia con la princesa Jodhaa, quien fuese prácticamente sacrificada para asegurar la alianza por la zona Hindu Kush. Pese al revestimiento histórico y político que da inicio a la película, la historia de amor se maneja por caminos bastante conocidos: una mujer destacada e independiente se ve forzada a un matrimonio que no desea pero que debe aceptar por el bien de otros, en este caso de su familia y su pueblo. El primer encuentro entre ambos parece disponer un abismo que pronto Akbar se propone salvar, en un primer momento por el bien de ambos y finalmente por el firme deseo de estar con Jodhaa, quien se va rebelando como una esposa a la altura de las circunstancias de Akbar.

Si todo esto parece que nos regresa al estereotipo inicial y dramáticamente cursi, la película logra sortear bastante bien el punto esencial de la trama (la relación entre ellos, antes que la cuestión política) al adoptar un tono propio de historias clásicas: Él era un noble emperador, ella una valerosa mujer. Aunque parezca redundante lo buenos, nobles, conscientes y sacrificados que son sus personajes (y eventualmente su amor), la interpretación de los actores consigue que uno se crea esa historia de héroes y heroínas que se aman en momentos difíciles con bastante naturalidad. Aunque las tres horas y media de metraje puedan disuadirnos un poco por momentos.

A la historia de amor se le añade la cuidadísima producción en lo que refiere a vestuario, escenografías y paisajes épicos (no tanto en lo que refiere a algunos elementos de sus efectos especiales, pero supongo que es difícil tener muchos elefantes entrenados a disposición) y un contexto político y social que no desaprovecha los culebrones amorosos ni la intriga política. Todo lo cual finalmente funciona en gran medida por el carisma de sus protagonistas y lo bien que lucen como pareja. El director comentaría que fueron sus primeras opciones para el casting y es posible que la producción no hubiese resultado tan bien con otros actores. 

Aishwarya, como pueden ver, luce además excepcionalmente hermosa con esos elaboradísimos tocados. Y apenas vamos empezando con el maratón.




¿Otras épicas románticas históricas que les gusten?

11.1.15

Así como en el terror-cámara-en-mano podemos establecer categorías por la estrategia audiovisual (falso documental, found footage, etc), también podemos hacerlo por el tema alrededor al cual gira la historia. Terror con fantasmas, con zombies, con demonios, psicológico. Y dentro de todas esas criaturas quizás hayan más películas sobre Pie Grande de las que podríamos imaginar, así que empezaremos con la que probablemente sea más antigua de todas (y que apenas entra dentro del 'falso documental'), "The legend of Boggy Creek".



"I been livin' in these bottoms fer all my life, and I ain't never seen nor heard no monster!"
"The legend of Boggy Creek" es precursora del falso documental de terror y una de tantas películas que en los 70 se colgaron el cartel de estar basada en hechos reales, aunque la mayoría de lo que se mostrara en pantalla fueran recreaciones dramáticas de situaciones que en el mejor de los casos no había modo de comprobar. Y si tras todos estos años y el evidente envejecimiento de sus estrategias hay algo que todavía pueda darle algún valor a la cinta es, sin duda, la parte más seria de la investigación detrás de lo mostrado. El deseo real de hablar de una criatura sobrenatural en tono documental.

La criatura no es exactamente Pie Grande, ya que de por sí es difícil hablar de Pie Grande como una sola especie o una sola criatura particular. El protagonista de esta leyenda es el Monstruo de Fouke, quien sin duda comparte muchas características con el Sasquatch, y que se dice ronda por el estado de Arkansas. La estrategia entre la realidad y la ficción, el documental y la dramatización, parte de entrevistas con personas que contaban haber tenido distintos acercamientos con la criatura y que participaban en las recreaciones de las mismas. Secuencias que van desde la charla local hasta la escena típica de película en que una familia dentro de una casa en medio de la nada comienza a escuchar ruidos afuera en medio de la noche. Con una voz en off que a modo casi de reportaje nos va guiando por los pormenores de la paranormal historia que nos concierne, la película parece más concentrada en asustarnos con la posibilidad de que todo ello pudiera ser real (y dado que los 70 fueron el momento en que más sonaba la leyenda, seguro que mucha gente creía que lo era) que con las escenas en sí mismas que no tienen reparo en mostrar su bajo presupuesto ya que no dejan de mostrarse como una efectiva ilustración de lo que se decía estaba ocurriendo en el condado. 

Con estas intenciones, la película no tiene que preocuparse demasiado por sus efectos especiales e incluso puede darse la oportunidad de no concentrarse del todo en el terror. Pasando por datos surreales y situaciones que incluso caen en lo cómico con una mirada actual, la película difícilmente nos asustará pero funcionará bastante bien como revisión a un fenómeno criptozoológico como que éste pariente lejano de Big Foot. Incluso esos detalles que no envejecieron del todo bien (y que quizás ni siquiera eran muy buenos para la misma época, siendo que Charles B. Pierce grabó todo con apenas un préstamo y una cámara) terminan por darle un toque apropiadamente retro a un documental con un punto serio en su planteamiento, a diferencia de otras 'películas reales' de la época como "La masacre de Texas": la posibilidad de que ahí afuera, el Monstruo de Fouke fuera real. 

La película también es predecesora de ese fenómeno al que toda cinta de terror-cámara-en-mano aspira que es el 'yo grabé esto con dos pesos y recuperé muchos millones'. Nada mal para alguien que sólo quería grabar a un disfrazado peludo corriendo por los bosques.

Y al parecer a partir de entonces el terror dedicado a Pie Grande se fue terriblemente al diablo. Pero ya tendremos tiempo para hablar de eso luego.




¿Películas sobre criaturas criptozoológicas que les gusten?

4.1.15

¿Terror malo para cerrar e iniciar el año? Eso hablo mucho de mí y de este espacio, y aunque mis reseñas van muy pero muy atrasadas, también habla de la maravillosa tradición que tengo de enfocarme especialmente en este género durante fechas navideñas. Porque nada une más a una familia que asustarse junta. 

Con todo, aprovecharé que nos toca hablar de "Grave Encounters 2" para robarme el texto que sobre ella escribí ya hace algún tiempo para la página de 3GB. Casi no cuenta como hacer trampa.



"He opened a gateway, you know? He took the real world and the spirit world and he mashed them together"
Un fenómeno recurrente en los últimos años con el cine de terror son esas pequeñas producciones, bastante caseras, que suelen colgarse de estrategias previas y que fundamentan su ‘éxito’ en lo poco que necesitan para llamar la atención por encima de las otras mil que están tratando de hacer lo mismo (puede parecer poca cosa, pero sumérjanse en el mundo de las producciones de terror barato y encontrarán un micro-universo de dolor y pésimas decisiones). Si el asunto pega, la secuela está garantizada y encima tiene más posibilidades de llegar a los cines.
El primer “Grave Encounters”, estrenado hace tres años, nos prometía un programa paranormal canadiense metiéndose *a donde nunca debieron haber entrado*. Ya conocemos ese esquema: grupo de personajes más o menos escépticos, aprovechando un furor paranormal, se topan con un fenómeno real y se los lleva el carajo.

Con esa premisa tienes una excusa fácil para que el grupo haya ido al sitio, para que estén grabando todo el tiempo, y para constituir una cierta psicología e interacción de personajes que se distinga un poco de lo que usualmente vemos en estas tramas. No voy a defender demasiado al primer ‘fenómeno siniestro' pero cumplía con lo que prometía e incluso sus fantasmitas distorsionados daban un par de sustos decentes. Decentes, eso es lo que espero de un grupo de idiotas entrando en un asilo psiquiátrico maldito, ¿es mucho pedir?
Aparentemente sí. ¿Qué se puede hacer con la secuela de un programa paranormal que ya se fue al carajo? ¿Tratar de repetir la fórmula? ¿Tratar de dar un giro inesperado y verlo bajo un nuevo enfoque? ¿Todas las anteriores?

Alex es un estudiante fácilmente impresionable que ve “Grave Encounters” (la película, no el programa de televisión) y sabe que es real, ¡no una película de bajo presupuesto como todos creen! Sus amigos, más familiarizados con el género de falso documental, tratan de hacerle ver que todo eso son efectos especiales pero él está convencido, así que se pone a investigar y descubre que ¡todos los involucrados en la primera película han desaparecido! ¿Cuál es entonces el siguiente el paso lógico? Claro, juntar tu propio equipo de grabación e ir al sitio donde todos fueron vistos por última vez, el hospital psiquiátrico maldito, y descubrir la verdad.

Lo que se había presentado en la producción anterior como una estructura bastante sencilla para justificar una película de terror, aquí siente la necesidad de complicarse con estrategias más ‘modernas’ y meta-textuales. Que si en el universo de esta segunda película la primera existe pero fue un engaño para hacerse pasar por producción, que si Alex consigue algunas de sus pistas a través de un enigmático usuario virtual que le pasa datos que nadie más tiene, que se convence que no sólo tiene que descubrir la verdad sino documentarla en su propia película (para que en la tercera alguien vea “Grave Encounters 2″ y ¡sepa es verdad! ¡que todo eso pasó!). Al tiempo que vuelve a aprovechar el hospital maldito, los fantasmas desfigurados, y algunos otros guiños muy poco afortunados de la primera.

Yo sé que a estas alturas no queda nada demasiado original en el género de terror (ni en casi ningún otro género), pero creo que parte del encanto es poder aprovechar todo lo que se ha hecho sin que parezca un remedo de ideas ajenas (hola, Tarantino). Y en el momento en que cada cosa que sucede me lleva a pensar en otra película que haya utilizado esa estrategia con mejores resultados, es que la cosa no está funcionando. ¿Alguien tomándose una primera parte como si fuera real y tratando de reproducirla? Ya teníamos un perturbado mucho más convincente en “El ciempiés humano 2″. ¿Usuarios virtuales enigmáticos que nos dan información que nadie debería tener? Es difícil competir con ToTheArk de “Marble Hornets”. Ya no digamos que si nos vamos a hospitales malditos, grupos de grabación idiotas y fantasmas desfigurados, podemos hacer buffet con tanta producción de bajo presupuesto.

Con todo, me inclino a pensar que habría podido pasar por alto todos esos detalles (o al menos no hubieran parecido tan terribles) sino tuviera un protagónico tan insoportable.
También es algo bastante recurrente en el género, configurar al protagónico como un ser humano detestable e hiper-controlador para tener una excusa por la cual un obseso se preocuparía tanto por tener las cámaras rodando toda la película y que podamos presenciarlo todo sin comenzar a preguntarnos ‘¿quién se preocupa por grabar algo cuando una serie de fantasmas te persiguen para asesinarte?’.


Para lo poco rescatable que podía tener la premisa de la película, añadirle personajes insoportables no parece la mejor decisión. Y bueno, si a uno le gustan los sustos baratos y no le preocupa la historia quizás (quizás) podría no estar tan mal. Pero habiendo tanto  terror barato bastante decente, seguro pueden optar por otras opciones.




¿Películas que les gusten sobre programas de televisión?