8.7.12


08/07/12
Y continuando con la temática de sadomasoquismo pero desde otra perspectiva, vamos con una película que no sé desde cuándo (ni con qué motivos originalmente) tenía en mi lista de espera, "I am an S+M writer".



"Intelligent women have vast imagination. So they have the capability of accepting unimaginable forms of rapture"
A partir de los 90 la cuestión de la pornografía en Japón se ramificó en distintas vertientes y modos de representarla. Si por una parte se aprovechó las nuevas posibilidades del mercado para acercarse a un producto comercial más estándar y parecido a la idea de pornografía que se manejaba desde el inicio de los tiempos en occidente, hubo también un grupo de autores que se mantuvieron sobre la línea de lo que el pinku eiga había instaurado desde los 60 a la vez que lo incorporaban a un nuevo discurso y las nuevas facilidades de la época. Dentro de esa corriente ya casi artística de la pornografía habían los que luchaban por llevar el género hacia límites por completo distintos como los que seguían manteniendo el precedente claro de sus orígenes. En ese punto entre la 'tradición' y el exponente de sus posibilidades es que se ubica la pieza que referimos hoy.

Kurosaki es un escritor de literatura de sadomasoquismo, un género bien establecido en Japón y que contribuyó de sobremanera a las producciones de los años 70. Disfruta su trabajo casi al punto de la obsesión, lo que lo ha llevado a descuidar la relación con su esposa Shizuko. Aunque me parece que en la película no lo aclaran, es probable que la situación tenga lugar entre los 70 y los 80, en un punto en que el encuentro entre la visión más tradicional de Japón y la apertura al mundo exterior estaba en su punto más álgido. Eso se ve claramente en el matrimonio entre Kurosaki y Shizuko, que por una parte parece querer mantenerse dentro de los límites tradicionales al tiempo que es incapaz de conseguirlo. Ella ya no es la mujer sumisa que acepta todo sin cuestionarlo y aunque no parece demasiado resentida por el trabajo de su marido sí lo está por la poca atención que le presta ahora y parece decidida a conseguirse un amante. Kurosaki parece medianamente al tanto de ello y más que resistirse casi parece buscarlo, como posible nueva fuente de inspiración para sus relatos.

Hay elementos de la película que nos remiten inmediatamente a las temáticas clásicas del Roman Porno en la década a la que alude, como la mujer "frígida" que tiene que volver a conquistar su sexualidad a través de escenarios de humillación, tanto como el hombre cuyo microuniverso está poblado de elementos sexuales mientras que su propia sexualidad parece reprimida. Pero el giro realista hace precisamente que se cuestionen esos mismos elementos sobre los que se fundamentan esas tramas: la realidad nunca es tan simple, los problemas de sexualidad (que en este caso tienen un componente social y romántico ineludible) nunca pueden solucionarse a través de los esquemas hiper simplificados de las películas pornográficas. Tanto la búsqueda de Shizuko por llenar el vacío de su matrimonio con un amante como el seguimiento morboso de Kurosaki por inspirarse en las aventuras de su mujer son apenas paliativos para un problema que no se ataca de raíz porque la acción de la ficción sobre él ha hecho que sea imposible de reconocer.

El resultado es realmente curioso, teniendo una película que parece presentarse llanamente como pornográfica pero tiene altos componentes de drama, un poco de romance y humor, y sobre todo una dura crítica social hacia la estructura familiar y hacia la intromisión de una falsa perspectiva de la sexualidad en la vida diaria. Es claro que es una perspectiva que no podría haber existido en las propias décadas a las que refiere dado los motivos concretos que impulsaron esos géneros cinematográficos, pero que en retrospectiva sirve para encausar una nueva visión hacia la pornografía en Japón a través de una breve revisión histórica. 
Desafortunadamente, aún siendo una película compleja en el aspecto de crítica, se hace bastante pesada una vez presentada la cuestión y por momentos parece volver de manera redundante sobre las mismas cuestiones del sadomasoquismo mientras deja algo estancada la cuestión de la sexualidad como un componente realista antes que hiper-ficcionalizado. Y que una película se vuelva algo pesada cuando no dura ni hora y media no puede ser particularmente positivo.
Creo que mientras la veía le encontré muchos más contras que pros, pero ahora re-pensándola me parece que hay muchos elementos que si bien no se tratan tanto como podrían, son bastante esclarecedores al momento de hablar del género. Además que se supone está basada en una novela de Oniroku Dan, del que tanto hemos hablado con respecto a sadomasoquismo, aunque no sé si sea una adaptación muy re-elaborada o se trata de una cuestión mucho más reflexiva de la que el autor nos tiene acostumbrados (me inclino más por la primera opción). A todo esto agregar que el protagonista es el fantástico Ren Osugi, que podría haber sido la razón por la que llegara a ella en primer lugar. 




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