3.4.11


03/04/11
Nunca está de más mirar algo de Jan Svankmajer, y tengo varias de sus películas en mi más cercana lista de espera. Y desde hace años tengo en mi cabeza la portada de "Los conspiradores del placer", y, bueno, con ese título.



"On Sunday"
Quizá si alguien les dijera que están a punto de ver una película sin un solo diálogo donde todas las secuencias se configuran alrededor de los fetiches y las estructuras del deseo de una serie de personajes tan dispares como extravagantes, se lo pensarían dos veces. Yo misma no estoy del todo segura si me hubiera animado en caso de haberlo sabido antes. Pero parte del encanto consiste en que no sólo estos detalles no resulten en una película aburrida o lenta, sino que incluso uno se sorprende al terminar de darse cuenta que, efectivamente, nadie habló y que aún así uno terminó completamente atrapado por ese mundo extraño, tan placentero como incómodo, en que se sumergen todos los personajes.

Un hombre que roba objetos del cuarto de su vecina para crear un maniquí, una mujer que tiene unos enormes peces en un cuenco para remojar sus pies, un hombre que junta todas las cosas cuyo tacto le resulta placentero, una mujer que junta bolitas de pan en su bolsa, un hombre que construye manos para su televisión. Probablemente no los primeros fetiches en los que uno pensaría encontrarse en una película.

Al igual que otras películas del director, aunque estoy pensando más en "Little Otik" que en "Alice", en las secuencias normales se introducen elementos de stop motion para dotar todo el ambiente y la trama con un toque único. Especialmente porque cualquier familiarizado con Svankmajer saben ya que su stop motion de por sí es bastante personal. En este caso en concreto, con una trama tan específica y una serie de escenas en que sencillamente se abandona uno al goce por el goce mismo, los objetos animados resultan tan fantásticos como a veces un poco siniestros, que sin duda es parte de la idea. El temor de abandonarse a algo que uno es incapaz de controlar, a algo que resulta placentero por oscuro, a un instinto completamente primario. Y para ello, Svankmajer es un maestro.

Para los que pudieran tener aún algo de duda hay que agregar que la película es más bien corta, dura poco más de una hora, y probablemente baste mirar alguna secuencia colgada en youtube para terminar de convencerse un poco (o definitivamente descubrir que no vas a disfrutar algo tan raro). La experiencia general que se propone con una trama tan conceptual es algo completamente diferente a lo que uno podría esperar y los resultados me parece son fantásticos. Cada uno de los elementos, desde la concepción hasta la realización hasta la elaboración de las secuencias (ya sea por su particularidad o por los elementos animados) está conseguido de manera admirable y uno no puede menos que preguntarse qué es lo que sucede dentro de la mente de este director checo para que consiga crear el mundo que propone en cada una de sus películas. Y sin palabra alguna, a mí no deja de resultarme admirable.

Y yo creo que continuamos con "Lunacy", definitivamente.




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