17.6.13


Cuando se trata de elegir películas al azar en mi interminable lista de espera, siempre tiendo a inclinarme por cualquier asiática, aunque no recuerde ni por qué las apunté en un primer momento ni tenga ninguna otra razón que su nacionalidad. Así de fácil soy.



"We are only goldfishes. We are useless creatures kept in the goldfish bowl that is the Ooku and our job is merely to be kept"
La primera impresión es que sería un drama de época y shoguns, tal como pueden suponer por las imágenes. Y sí, ciertamente está ambientada en un pasado remoto y hay shoguns de por medio, pero el 'giro original' no es únicamente el enredo más inmediato de su trama, sino un gancho que trata de revertir la imagen más clásica de ese Japón ancestral.

Durante la era Tokugawa, una epidemia asoló la población japonesa pero afectando de manera exclusiva a los hombres, cuyo número se redujo a una cuarta parte de lo que solían ser. Ante tal situación, los cambios políticos y sociales no se hicieron esperar, alterando la estructura social hasta convertirse en un gobierno matriarcal donde la importancia de muchas familias residía en sus hombres y su capacidad de reproducirse. En este mundo Unoshin Mizuno, un hombre de clase baja, aspira a casarse con Onobu, una chica de una clase superior de quien ha estado enamorado siempre. Pero en el medio tiempo nada le impide ayudar a otras mujeres a concebir, ¿no? Para tratar de aumentar su valía social y ayudar económicamente a su familia decide entrar al Ooku, que es básicamente el harem de la Shogun. Un pequeño palacio poblado únicamente por hombres atractivos y fuertes dedicados por entero a satisfacer los deseos de Yoshimune Tokugawa, la nueva shogun. Un sitio utópico donde los hombres tienen que valerse de todas sus armas para sobresalir.

Con la gran cantidad de películas sobre mujeres en la corte, geishas, y similares, "Ôoku" sin duda aprovecha este sencillo revés para adentrarse en las posibilidades de un submundo masculino constituido del mismo modo. Planteando situaciones donde podamos ver cómo sería la interacción entre hombres si de pronto se viesen encerrados, elegidos por su valía física, con la necesidad de satisfacer deseos ajenos, ganarse a sus superiores, manejarse en un universo cerrado tratando de ganar el favor de una única mujer (que también representa la cuestión de cómo se manejaría una mujer si de pronto el gobierno de una nación cayera en sus manos). 

La premisa no podría ser más interesante, pero una vez planteada y adentrándonos en la historia de la mano de Unoshin Mizuno, un hombre sencillo que se ve en la necesidad de salir adelante como sea si es que pretende cumplir su sueño, es que sentimos que la gran cantidad de posibilidades se reduce al aterrizarlas en una trama un poco apresurada y superficial. Que tampoco es que sea mala, pero que se queda en gran medida en la parte más sencilla de ese revés: llega al Ooku, trata de ganar el favor de la shogun, desenlace. Que es prácticamente lo mismo que solemos ver con las historias femeninas usuales, aportando apenas un poco de la interacción dentro del Ooku para dar una perspectiva distinta. Y sin duda el problema puede deberse sobre todo a su formato: la película adapta un manga, que ha sido adaptado a su vez en series de televisión, quizá con mejores resultados. Porque uno se queda con la sensación de que podría habérsele sacado mucho más jugo, sobre todo a los *enredos de la corte* en su versión masculina.
Los actores tampoco terminaron de convencerme demasiado. Kazunari Ninomiya no tiene demasiado carisma como Mizuno, ni un físico que nos haga entender cómo podría haber llegado hasta la corte. Y Kô Shibasaki, la shogun, tiene algo que nunca me ha terminado de convencer, y ésta no es una excepción. 
Quizá tendría que buscar la serie de televisión. Quizás.




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