5.10.13

Continuando con algunos de los documentales proyectados en el Festival de Cine de Derechos Humanos, vamos con "Benghazi: El frente no armado", una perspectiva de la revolución libia por una corresponsal colombiana.



"Nunca hubiéramos pensado que uno de nosotros sería uno de los primeros mártires de esta revolución"
Dentro de los distintos alzamientos de la primavera árabe, el sucedido en Libia se caracterizó por la sostenida batalla entre el violento gobierno de Gadafi y la población en resistencia, quienes tardaron meses en poder derrocar al dictador. Natalia Orozco, reportera colombiana, fue enviada a dicho país en los inicios de sus movimientos de resistencia y estuvo presente durante parte importante de los movimientos. Llegó a conocer e involucrarse con figuras clave en la resistencia en Benghazi, una ciudad que demostró que establecer un frente pacífico es tan importante como combatir de frente a las agresiones del gobierno. El corto documental (no llega a la hora de duración) nos da un panorama rápido de los sucesos en dicho país y de los personajes que en ese rincón particular contribuyeron desde una posición distinta a comenzar a construir un futuro a largo plazo.

Aunque el seguimiento puntual de la revolución en sí es bastante general y no va a servir demasiado para que un desconocedor se enteré detalladamente de lo que sucedió en Libia, el principal interés es sin duda centrarse en los *revolucionarios* que se concentraron de manera temprana en el problema de que lo más difícil no es un derrocar un gobierno, sino construir uno nuevo después. Al mismo tiempo que los choques violentos con el ejército y la policía en las calles, en Benghazi una serie de personas comenzaron a trabajar en propuestas para renovar un país que tantos años llevaba férreamente controlado. Jóvenes entregados a convocar a las manifestaciones, los creadores del primer canal de noticias no oficial, organizadores de grupos para hablar de política entre los jóvenes, abogados dedicados a los casos de presos políticos. La mirada hacia un país que todavía está un poco en ruinas pero que ya sueña y trabaja en la construcción de sus nuevos caminos.

Por más que sea una perspectiva interesante y una introducción general al panorama libio, la película no termina de concretar ninguna de las que parecen sus propuestas iniciales y no despega del tono de reportaje televisivo. El no ahondar en las particularidades más específicas de la revolución (en contraste con las sucedidas en otros países de la zona) o en los sentimientos íntimos de la documentalista en particular, quien con voz en off nos dice en un primer momento que su interés por los sucesos se volvió personal en algún punto pero luego no termina por mostrar esa conexión, por convencernos de su papel (aunque sea de testigo) ahí. 
Es otro de esos ejemplos documentales en que el tema es interesante por sí mismo pero la realización es apenas correcta. Aunque siendo que está producido, entre otros, por Canal 11, eso podría explicar su aspecto televisivo.




¿Algún otro documental o película relativos a Libia?

1 comentario:

  1. Si dices, que no merece mucho la pena... creo que no lo tendré mucho en cuenta.

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