18.2.14

Como resulta poco probable que vaya a ver pronto "Omar", representante de Palestina en los Oscares, continuamos con otra de las categorías que más me gustan y que suelen alejarse de las eternas repeticiones hollywoodenses: Mejor Largometraje Documental. Y comenzamos no sólo con el que es indiscutiblemente el mejor documental de este año (y quizás de la historia, si me permiten la exageración), sino probablemente de las mejores películas de cualquier género en muchos años. "El acto de matar".



"Imagine, in all this darkness, it's like we're living at the end of the world. We look around, there's only darkness. It's so very terrifying"
Es cierto que casi cualquier tema, sabiendo enfocarlo correctamente, es carne de documental. Desde las más mínimas curiosidad hasta los más grandes hechos humanos. Oscilando entre los temas interesantes y la correcta edición, muchas veces es un género al que se acerca con el único afán de conocer un poco más, de sumergirse en otra realidad. Y muchas propuestas no nos ofrecen más que eso: una ventana a otros mundos. Joshua Oppenheimer no nos abre sólamente una ventana a una de las realidad más oscuras y desconocidas del mundo actual sino que reta a esta misma realidad. Reta al género para ofrecernos algo más: las posibilidades del abismo y la catarsis en un país que lleva muchos años viviendo con una herida abierta. Esta enorme y valiente propuesta es la que da inicio a "El acto de matar". Una secuencia musical casi surreal que nos indica que hemos abierto la ventana hacia Indonesia.

Ahora, tras el merecido éxito que ha cosechado el documental, el contexto histórico del país asiático ha llegado a ser más conocido pero en un primer momento resulta hasta difícil de creer. Tras una violenta dictadura que durante los años 60 se dedicó a asesinar comunistas y chinos, el país dio un 'paso a la democracia' que en realidad fue la perpetuación de esta situación a través de partidos políticos. La historia ha continuado así, sin ninguna clase de condena, al punto que uno de los grupos paramilitares de aquel entonces se mantiene en el poder y quienes fueran integrantes de los escuadrones de la muerte de los 60 son reconocidos públicamente y pueden contar sus crímenes con total impunidad. Esto solo da para ya para varios documentales, pero Oppenheimer y sus co-directores fueron todavía más allá y contactaron a algunos de estos ex mafiosos con la propuesta de que escenificaran su versión de la historia a través de una película. "El acto de matar" no es sólo un retrato del panorama actual de una sociedad que se construye frágilmente entre víctimas y verdugos, sino una puesta en escena fantásticas desde la raíz de esos males. Genocidas tomando la cámara de director, reviviendo sus sueños de mafias hollywoodenses y creando su propia película. Una película musical donde los comunistas les agradecen haberlos matado, o en la que deben 'entrenar' a los actores que harán de víctimas para que sepan qué tanto deben sufrir en una sala de interrogatorios. 
Y apenas estamos comenzando. 

El grupo protagónico está conformado por Anwar Congo, Adi Zulkadry y Herman Koto, pero toda clase de personalidades políticas, militares y empresariales de Indonesia cruzan por la pantalla. Porque ¿quién no querría formar parte de una película que enaltecería esa historia que ellos están tan dispuestos a contar? Y el proceso por el cual atraviesan es una labor de años, una paciente y probablemente dolorosa puesta en escena a través de la cual buscan dar vuelta a estos personajes, entrar en ellos, hacerlos que escuchen y vivan sus propias historias y que quizás en algún punto puedan chocar de frente con ellas. Un muy cinematográfico 'descenso a los infiernos' de la humanidad. 

Película brutal y poderosa que resulta casi imposible de creer por momentos. La absoluta impunidad, los abusos explícitos, el total desprecio humano, se pasean libremente por las calles del Norte de Sumatra. Y es asfixiante y es necesario seguirla viendo y admirar la capacidad de todo ese equipo artístico y étnico que no se bastó con condenar un hecho, a unos personajes, sino verdaderamente acercarse a ellos, retratarlos desde dentro, tratar de entender todo lo que sucedió para llegar a ese punto. 

Enorme. Es una película enorme. Y si hay una pieza indispensable entre todas las nominadas al Oscar este año en ésta.




¿Algún otro documental sobre Indonesia que conozcan?

5 comentarios:

  1. A mi la verdad es que, aunque me gustó, me decepcionó un poco, más por hacerse cada vez más pesada que no por la película en sí, que me pareció muy interesante (destacar un final realmente poderoso).

    Un abrazo

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    1. ¿Pesada por larga o pesada porque las cosas en Indonesia cada vez lucen peores?
      Si es por larga mencionar que además hay dos versiones, una de 2 horas y otra de 2 horas 40 minutos, no sé cuál habrás visto.

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    2. Podría decirte que por ambos motivos, aunque no sea una pesadez por larga, si no una perdida de interés, ya que al final del film lo recuperé, la pesadumbre fue algo intermitente... Creo que la versión que se estrenó aquí en España es la de 2 horas, no recuerdo estar más rato en el cine...

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